RÍO DE JANEIRO, 19 feb (Xinhua) -- El hidrógeno verde, el etanol de maíz y el SAF (combustible de aviación sostenible) son los principales combustibles y fuentes de energía renovables que podrían guiar la transición energética de Brasil en los próximos años y décadas, según afirmaron hoy lunes expertos durante el seminario Energía Limpia: la Transición Energética de Brasil, organizado por el diario Folha.
Según el director de transición energética y sostenibilidad de la estatal Petrobras, Maurício Tolmasquim, la descarbonización del planeta vendrá de la electricidad producida por fuentes renovables, sin embargo, algunos sectores, como la petroquímica, el refino, la siderurgia y los fertilizantes, necesitarán otra fuente de energía, el hidrógeno, porque es más viable.
"A corto plazo, nosotros [Petrobras] vamos a invertir en energía eólica y solar terrestre y también en biocombustibles, como el diesel renovable, porque son tecnologías que ya están maduras y tienen infraestructura. Pero lo que me parece más prometedor, a medio plazo, es el hidrógeno verde", dijo Tolmasquim.
Según él, el hidrógeno verde será importante para la producción de combustibles como el etanol verde y los combustibles sintéticos - hechos de la combinación de hidrógeno y dióxido de carbono.
"Tal vez empecemos a exportar, porque Europa tiene subsidios que hacen que el mercado allí sea competitivo. Pero si los costes caen de la forma que se está proyectando, el mercado nacional tiene potencial para nuestro hidrógeno".
La exsenadora Kátia Abreu, otra participante, destacó la importancia del etanol producido a partir del maíz.
"Es una energía que nació en 2017 y ya es una gran fuente difundida por todo Brasil. En cuanto a sus ventajas comparativas, el etanol de maíz está disponible todo el año, no sólo durante la época de lluvias", dijo.
Otra ventaja del etanol de maíz es el DDG (distillers dried grain), que también se obtiene de la producción de etanol. Estos granos son ricos en proteínas, vitaminas y aminoácidos y se utilizan para alimentar al ganado.
La exsenadora afirmó que la agroindustria brasileña creció gracias a los subsidios (ayudas públicas), que, según ella, permitieron al sector soportar los tipos de interés de otros países.
Abreu dijo, sin embargo, que estos beneficios deben ser válidos. "En aras de la salud económica, los subsidios de larga duración pueden provocar la muerte de otros sectores que están alrededor", comentó.
En esta línea, Sandoval Neto, director general de la Agencia Nacional de Electricidad (Anel), afirmó que es necesario rediscutir los subsidios ofrecidos al sector eléctrico, que se trasladan al consumidor. Señaló el coste de la tarifa energética como uno de los factores que desincentivan la industria en el país.
Según el medidor de subsidios divulgado por la agencia, el monto de subsidios en el sector eléctrico en 2023 ya superó la marca de 37.400 millones de reales (7.500 millones de dólares), y dijo que el nivel viene aumentando en los últimos años.
"La gran perspectiva que tenemos es aprovechar este momento exuberante de nuestros recursos naturales y de la tecnología que se ha construido para transformar la vida de las personas. Hoy tenemos electricidad más barata y una tarifa cada vez más cara. Hay un problema que hay que resolver por el camino", explicó.
Para Patricia Ellen, cofundadora de AYA Earth Partners y exsecretaria de Desarrollo Económico de São Paulo, Brasil tiene la oportunidad de liderar la agenda de la transición energética y empezar a crecer más que la media del PIB (Producto Interior Bruto) mundial.
"Tenemos la única oportunidad de dejar de ser el país del 'pequeño PIB' y convertirnos en un país que crece un 5 por ciento al año y distribuye esta riqueza entre la población", afirmó.
Ellen señaló el etanol de maíz, el SAF (combustible de aviación sostenible) y el hidrógeno verde como fuentes de energía y biocombustibles que pueden ayudar al país a añadir valor a su PIB. "Estamos exportando productos de bajo valor añadido y tendríamos la oportunidad de añadir ingresos a la población", aseguró.