GUANGZHOU, 17 ene (Xinhua) -- Una bebé que nació con una edad gestacional de solo 23 semanas y un peso de 600 gramos fue dada de alta recientemente acompañada por su madre, de nacionalidad colombiana, tras recibir tratamiento médico por 138 días en un hospital de Guangzhou, capital de la provincia meridional china de Guangdong.
El 24 de agosto de 2023, una mujer colombiana de 31 años, con 23 semanas de embarazo, acudió al Servicio de Urgencias del Hospital Memorial Sun Yat-sen de la Universidad Sun Yat-sen quejándose de dolor abdominal y fiebre.
Al examinarla, los médicos descubrieron que tenía rotura prematura de membranas, infección intrauterina grave y contracciones uterinas frecuentes, por lo que determinaron que era urgente adelantar el parto.
Posteriormente, los especialistas se enteraron de que la mujer se encontraba de viaje en China y había mantenido sus hábitos de ejercicio durante el embarazo. El 19 de agosto experimentó pérdida de líquido amniótico tras hacer senderismo por las montañas. Su falta de experiencia hizo que pasara por alto el incidente y solo se decidiera a buscar atención médica cinco días después, cuando los síntomas se agravaron.
Tras recibir a la paciente, el departamento de neonatología del hospital organizó con rapidez un equipo y ayudó a la madre a dar a luz a su bebé en menos de dos horas.
La niña solo pesaba 600 gramos al nacer y su cuerpo tenía el tamaño de la palma de la mano de un adulto; su piel era gelatinosa y su respiración débil y con riesgo vital. El grupo médico inició inmediatamente la reanimación neonatal y luego la trasladó a la Unidad de Cuidados Intensivos Neonatales (UCIN) para seguir tratándola.
Ouyang Ying, subdirectora de la UCIN, explicó que la edad gestacional normal de los recién nacidos a término es de unas 40 semanas, y que los prematuros con una edad gestacional inferior a 24 semanas se conocen como "recién nacidos extremadamente prematuros perivariables" (PEPI, siglas en inglés), que tienen un desarrollo sumamente inmaduro y una mínima tasa de supervivencia.
"La edad gestacional de la niña era de solo 23 semanas, y es el bebé más pequeño que ha nacido en nuestro hospital. La infección intrauterina de la madre era muy grave, por lo que garantizar su supervivencia era difícil y requería de mucho tiempo", dijo Ouyang.
Después de nacer, la pequeña presentó dificultades respiratorias, insuficiencia cardíaca aguda, insuficiencia renal e inflamación gastrointestinal, y también sufrió retinopatía del prematuro (ROP, siglas en inglés), una afección que puede llegar a causar ceguera. Con colaboración multidisciplinaria, el equipo médico elaboró un plan de tratamiento individualizado para ayudarla a la niña a superar todos estos riesgos.
Después de 138 días de tratamiento activo, el peso de la menor ha aumentado a 3,2 kilos y su estatura a 48 centímetros. Su físico ha alcanzado el de los nacidos a término y no tiene las secuelas neurológicas ni respiratorias que suelen sufrir los bebés ultraprematuros.
Gracias al dedicado cuidado de los profesionales del centro médico, esta niña que llegó a estar en inminente peligro de morir, se está haciendo cada día más fuerte y sana, y la madre también se ha recuperado.
La bebé fue dada de alta a comienzos de enero. Durante su estancia en el hospital, los padres pasaron de hablar solo en español y recurrir a aplicaciones de traducción o intérpretes para comunicarse con el equipo médico a poder expresar su gratitud al personal sanitario en un chino sencillo.
"El éxito también se debe a la confianza y la ayuda mutuas entre médicos y pacientes y a su trabajo conjunto", afirmó Ouyang.
Según la experta, además de la niña colombiana, en 2023 se han presentado más de 190 casos de bebés prematuros en el departamento de neonatología del hospital. "Seguiremos con nuestra profesionalidad y entusiasmo para proteger a más recién nacidos", afirmó.
En los últimos años, el Gobierno chino ha redoblado sus esfuerzos por mejorar la seguridad de los recién nacidos. Según un plan emitido por la Comisión Nacional de Salud, el país reforzará la construcción de una red de cuidados intensivos neonatales con un centro especializado que cumpla los requisitos estandarizados de evaluación de calidad en cada distrito. La meta de las autoridades es mantener la tasa de mortalidad neonatal por debajo del 3,1 por 1.000 para 2025.
