Personas sostienen pancartas contra la guerra y ondean banderas iraquíes durante una manifestación en Bagdad, Irak, el 24 de mayo de 2019. (Xinhua/Khalil Dawood)
BAGDAD, 21 mar (Xinhua) -- Aunque han pasado 20 años desde que EE. UU. lanzara una invasión flagrante contra Irak, no se ha hecho justicia por este país ni sus habitantes, muchos de los cuales están sufriendo todavía el dolor generado por la guerra injusta.
Durante los más de ocho años de guerra y la violencia posterior a la retirada estadounidense de 2011, más de 200.000 civiles fueron asesinados y hubo otros más de 9 millones de desplazados en Irak. Gran parte de la infraestructura del país también fue destruida durante los implacables bombardeos lanzados por la coalición liderada por Estados Unidos.
Como resultado, Irak, un país rico antes de la invasión, había degenerado rápidamente en un Estado pobre sumido todavía hoy en la pobreza y el caos derivados de la inestabilidad política y las dificultades económicas provocadas por la invasión de EE. UU. y su impacto.
El Gobierno de EE. UU. justificó su invasión a Irak sobre mentiras fabricadas de que Irak poseía armas de destrucción masiva, pero hasta ahora no ha sido hallado rastro alguno al respecto. Sobre este punto, Washington debe a Irak y a la comunidad internacional una explicación detallada.
Irak no ha recibido ninguna disculpa formal de Washington por su invasión ilegal ni tampoco compensación financiera ninguna por la destrucción masiva de su infraestructura y los crímenes cometidos por tropas de EE. UU. contra civiles iraquíes.
Entretanto, ninguno de los en Washington que adoptaron la decisión de invadir un Estado soberano, violando flagrantemente la Carta de Naciones Unidas, ha sido llevado ante la justicia. Nadie que animara a cometer, o cometiera, los deleznables crímenes de guerra contra civiles en Irak ha sido realmente juzgado.
Y lo que es peor, si aquellos que perpetraron crímenes tales como invadir un Estado soberano eluden el castigo de la justicia, volverán a repetirlos una y otra vez. Mientras EE. UU. mantenga sus políticas hegemónicas y beligerantes, el mundo nunca estará en paz.
Es más, impune por sus crímenes pasados, EE. UU. se percibe a sí mismo como alguien encima de la Carta de la ONU y otras normas que rigen el orden internacional. De esta forma, Washington siempre está tentado a repetir tales crímenes para satisfacer sus propios intereses, como han demostrado sus bombardeos aéreos sobre Libia y Siria no mucho tiempo después de la guerra de Irak.
Incluso en estos momentos, políticos estadounidenses insisten en que invadir Irak y derrocar a su Gobierno fue lo correcto. Washington todavía amenaza fácilmente con usar la fuerza para interferir en los asuntos internos de cualquier otro país que se niega a obedecer sus órdenes. El mundo sigue viviendo bajo la sombra de la guerra y la inseguridad.
La historia ha demostrado que, pese a autodenominarse a sí mismo "amante de la paz", EE. UU. es de hecho un "imperio de la guerra". Desde la fundación de EE. UU., en 1776, el país ha estado en guerra durante el 93 por ciento de toda su existencia. Hasta el expresidente estadounidense Jimmy Carter admitió que EE. UU. es sin duda la nación más beligerante de la historia.
Aunque por ahora poco se pueda hacer para llevar a los instigadores y criminales de guerra estadounidenses ante la justicia, porque EE. UU. sigue siendo la única superpotencia del mundo, se cree que el tiempo de la expiación eventualmente llegará.
La justicia podría llegar tarde, pero no estará ausente para siempre.