BRASILIA, 11 ene (Xinhua) -- Las ministras de Pueblos Indígenas, Sonia Guajajara, y de Igualdad Racial, Anielle Franco, asumieron hoy miércoles sus cargos en una ceremonia encabezada por el presidente Luiz Inácio Lula da Silva en el Palacio de Planalto.
La asunción de las ministras estaba prevista para lunes y martes de esta semana, pero los actos fueron postergados debido al ataque a la sede presidencial el domingo pasado por partidarios del ex presidente Jair Bolsonaro, que provocaron serios destrozos.
Guajajara es la primera indígena en ocupar un cargo ministerial en la historia brasileña, y Franco, por su parte, es la hermana de la ex concejal Marielle Franco, asesinada en Río de Janeiro en marzo de 2018.
La ceremonia, que contó también con la presencia de la ex presidenta Dilma Rousseff (2011-2016), empezó con la entonación del Himno Nacional de Brasil en la lengua del pueblo ticuna, el pueblo indígena más numeroso de la Amazonia brasileña.
En su discurso, Guajajara afirmó que es importante que la población brasileña sepa que los indígenas "existen de diferentes maneras" y que "no son lo que muchos libros de historia suelen retratar".
"Estamos en las ciudades, en los pueblos, en los bosques, ejerciendo los oficios más diversos que se puedan imaginar. Vivimos en el mismo tiempo y espacio que cualquiera de ustedes, somos contemporáneos de este presente y construiremos el Brasil del futuro, porque el futuro del planeta es ancestral", subrayó.
La ministra es conocida internacionalmente por haber realizado numerosas denuncias ante las Naciones Unidas, el Parlamento Europeo y las conferencias mundiales del clima (COP) sobre violaciones de los derechos de los indígenas en su país.
Por su parte, Franco inició su discurso agradeciendo y haciendo un homenaje a su hermana Mariella, una activista social reconocida por su lucha por los derechos de la población afrodescendiente.
"El fascismo, como el racismo, es un mal que hay que combatir en nuestra sociedad. Desde el 14 de marzo de 2018, día en que Marielle fue arrebatada de mi familia y de la sociedad brasileña, he dedicado cada minuto de mi vida a luchar por la justicia, defender la memoria, multiplicar el legado y regar las semillas de mi hermana", afirmó.
La ministra se comprometió a seguir con ese legado y resaltó que "mientras haya racismo, no habrá democracia".
Durante la ceremonia, el presidente Lula sancionó una ley, presentada en el Congreso en 2015, que convierte en delito la injuria racial cometida en lugares públicos o privados.
