BEIJING, 14 dic (Xinhua) -- Si la historia sirve de guía, el engaño es un truco político común utilizado por Washington para lograr y perpetuar su dominio.
Después de todo, muchos académicos estadounidenses, incluyendo a Stephen Knott, profesor de asuntos de seguridad nacional en el United States Naval War College, han concluido que "Estados Unidos fue fundado sobre la base de secretos y mentiras".
En su interminable guerra propagandística contra China, Washington eligió recientemente asuntos relacionados con la región autónoma uygur de Xinjiang en China como su nuevo objetivo. Para sorpresa de muchos, Washington llegó incluso al punto de imponer sanciones contra China y de afectar la cadena de suministro mundial basándose únicamente en sus infundadas acusaciones de "genocidio" y de "trabajo forzado" de la población uygur de Xinjiang.
Como siempre, las acusaciones de Washington fueron repetidas sólo por unos cuantos de sus aliados occidentales, pero se toparon con el silencio ensordecedor de la comunidad internacional en general y del mundo árabe en particular.
Los países árabes han resistido el poder de fuego de la desinformación de Washington y se han mantenido firmes al lado de China, apoyando la política de China en Xinjiang.
Si las acusaciones de Washington fueran ciertas, los países árabes nunca hubieran permanecido de brazos cruzados pues tienen la misma religión que la considerable población uygur de Xinjiang. Y el Corán señala que "los creyentes son como hermanos entre sí".
En sus entrevistas con Xinhua, expertos árabes han señalado que las mentiras de Estados Unidos sobre Xinjiang no van a ningún lado porque cada vez más árabes ven las contradicciones y las ironías de las declaraciones estadounidenses y han perdido por completo la fe en la credibilidad de Estados Unidos. Además, muchas delegaciones árabes tienen experiencias de primera mano por haber viajado a Xinjiang y han visto lo que está ocurriendo ahí.
UNA GUERRA DE DESINFORMACIÓN CONTRA CHINA
Cuando una moción contra China relacionada con Xinjiang presentada por Washington y sus aliados en la 51ª sesión del Consejo de Derechos Humanos (CDH) fue rechazada en octubre, estalló un fuerte aplauso en la sala de conferencias del Palacio de las Naciones en Ginebra. Los países árabes han estado apoyando a China en la votación.
No es de sorprender que el mundo árabe siempre apoye a China en su justa causa, dijo Kamal Gaballa, un columnista egipcio y miembro del Consejo de Asuntos Exteriores de Egipto. "Algunos países están tratando de obstaculizar el desarrollo de China, de lo cual el mundo árabe está muy consciente".
La cuestión de Xinjiang "es un problema político provocado por Occidente que desea dejar al pueblo (de Xinjiang) en la pobreza y la ignorancia. Occidente desea convertir a Xijiang en un foco de tensiones y terrorismo para impactar el desarrollo de China", dijo.
Con el fin de lograr que más países votaran sobre el proyecto de decisión en octubre, Estados Unidos y sus aliados occidentales tramaron presentarlo como una cuestión de procedimiento que supuestamente debía ser neutral y carecer de motivaciones políticas. Otras tácticas de la campaña de desinformación de Washington contra China son mucho menos sutiles.
Tomemos como ejemplo la descarada mentira de Washington sobre el llamado "genocidio" en Xinjiang. Los políticos y los medios estadounidenses han estado vendiendo incansablemente esta escandalosa acusación para vilipendiar a China.
De hecho, en los últimos 60 años o más, la población uygur de Xinjiang ha aumentado sustancialmente de 2,2 millones a cerca de 12 millones, y la expectativa promedio de vida ha aumentado de 30 a 74,7 años.
"¿Cómo puede haber un genocidio en Xinjiang si la población está creciendo y el país está trabajando para mejorar el desarrollo económico y social de las personas?", preguntó Gaballa, quien atribuyó el aumento de la población a los significativos esfuerzos del Gobierno chino para mejorar los sectores de vivienda, salud y educación en el lugar.
Para Kawa Mahmoud, secretario del Comité Central del Partido Comunista de Kurdistán/Irak, al parecer algunos políticos occidentales se hacen de la vista gorda en relación con la oscura historia de sus respectivos países cuando acusan falsamente a China.
"Si abrimos el expediente del genocidio, entonces el colonialismo es genocidio", dijo Mahmoud. "El asesinato de pueblos indígenas en Estados Unidos y Canadá es una forma de genocidio... Pueden haber tratado de abordar esto a través de otorgar algunos derechos y privilegios, pero esto no borrará de la memoria los terribles actos cometidos contra estos pueblos".
La infundada y ridícula acusación de "genocidio" contra China forma parte de la propaganda ideológica de Washington contra China, dijo.
Estas acusaciones de Estados Unidos contra China forman parte de una estrategia estadounidense sistémica para "fracturar la unidad geográfica, política y nacional en otros países", y es una táctica para "incitar a la discordia entre los componentes de un país", dijo Osama Danura, un experto en política siria y ex integrante de la delegación gubernamental siria para las conversaciones de paz de Siria en Ginebra.
"Washington cuenta con incitar al odio y la división entre pueblos, religiones y otros componentes étnicos y raciales de las sociedades... como una alternativa a las guerras directas, sobre todo con la decreciente capacidad de Estados Unidos para librar guerras tradicionales luego de varias aventuras (militares) fallidas en Vietnam, Irak y otros países", señaló.
UN CALDERO DE ENGAÑOS TÓXICOS
En sus entrevistas con Xinhua, expertos árabes señalaron que el pueblo árabe no será embaucado fácilmente por las mentiras de Estados Unidos acerca de Xinjiang debido a que el mundo árabe es una región demasiado familiarizada con el engaño estadounidense.
El 9 de abril de 2003, unas tres semanas después de la invasión a Irak, soldados de Estados Unidos derribaron la estatua de Saddam Hussein en Bagdad, la capital iraquí. Todo el mundo sabe ahora que esta guerra costó cientos de miles de vidas, lanzó al Medio Oriente al caos, y se basó en flagrantes mentiras.
"Mis colegas, cada declaración que hago hoy está apoyada por fuentes, fuentes sólidas", afirmó el entonces secretario de Estado de Estados Unidos, Colin Powell, ante el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas a principios de 2003. "Lo que les estamos presentando son hechos y conclusiones basados en sólida información de inteligencia".
Para justificar la invasión de Estados Unidos a Irak, Powell presentó a Saddam Hussein como una gran amenaza global que tenía en su poder armas de destrucción masiva. La imagen perdurable de ese momento es Powell sosteniendo un pequeño frasco con polvo blanco que supuestamente era el ántrax de Hussein, y diciendo al mundo que Estados Unidos no tenía más remedio que ir a la guerra.
Los años de guerra dejaron cientos de miles de iraquíes muertos, millones de desplazados y pueblos y ciudades destruidos. La ocupación y caos e inseguridad posteriores generaron una significativa oportunidad para el crecimiento de grupos terroristas, incluido el Estado Islámico.
Hasta ahora no se ha encontrado una sola huella de armas químicas o de armas de destrucción masiva en Irak.
Esa no fue la única ocasión en que Washington mintió para llegar a una intervención militar en un país árabe.
"¿No recuerdan cómo, en 1998, las fuerzas de Estados Unidos bombardearon una fábrica en Sudán con el pretexto de que producía armas químicas, sólo para que posteriormente el entonces presidente (de Estados Unidos, Bill) Clinton admitiera que la fábrica había sido bombardeada por error? Con base en una mentira, los estadounidense destruyeron una fábrica destinada a producir medicinas para el pueblo de Sudán y de todo el continente", dijo Kamel Mansari, director de noticias del periódico en idioma francés Le Jeune Independent de Argelia.
Para el pueblo árabe, dijo Danura, "la credibilidad de Estados Unidos ha sufrido incesantes reveses".
Washington también ha realizado enormes esfuerzos para "empañar la reputación del islam y para crear un espacio de islamofobia en las sociedades occidentales y generar temor al islam, lo cual alienta el racismo hacia las sociedades islámicas", añadió.
Para el columnista egipcio Gaballa, la credibilidad de Estados Unidos y de sus aliados "es cuestionada y no es bienvenida en lo absoluto por las personas en Medio Oriente".
"Estados Unidos sabe que es responsable de incitar y de provocar escaladas en Medio Oriente", indicó.
VER PARA CREER
Cuando el embajador de Argelia en China, Hassane Rabehi, visitó Xinjiang en agosto, quedó impresionado por la forma en la que los derechos de las personas de todos los grupos étnicos en el lugar se encontraban tan bien protegidos.
"La fruta es aquí tan dulce como la vida de las personas aquí", dijo entonces.
En años recientes, más de 2.000 funcionarios gubernamentales, personal religioso y periodistas de más de 100 países y organizaciones, muchos de ellos del mundo árabe, han visitado Xinjiang.
"Escuchar la propaganda occidental sobre la situación en Xinjiang podría dar la impresión de que esta es una región 'infernal', pero la verdad es completamente lo contrario. Periodistas y personas sin orientación política, así como el embajador de Argelia en Beijing, visitaron Xinjiang y dieron su opinión acerca de la situación ahí", dijo el director de noticias argelino Mansari.
Recordando una visita previa a Xinjiang, Mahmoud dijo que le "sorprendió el desarrollo que se registra ahí".
"Ahora, creo que si regresamos a esta región, veremos otros desarrollos. Veremos la renovación en todas las áreas", indicó.
En 2021, el producto interno bruto (PIB) de Xinjiang llegó a casi 1,6 billones de yuanes (alrededor de 229.310 millones de dólares), el doble de la cifra de 2012. En la última década, más del 70 por ciento del gasto fiscal de Xinjiang ha sido destinado a mejorar los medios de vida de las personas.
Durante sus dos visitas a Xinjiang en 2010 y 2019, el columnista egipcio Gaballa dijo que se sintió impresionado por la cantidad de mezquitas del lugar y por su libertad religiosa.
"Visité Xinjiang durante el mes del Ramadán en 2010 y vi cómo los musulmanes tienen completa libertad para practicar sus rituales", dijo Gaballa. "La libertad religiosa está ahí para todos (y) las mezquitas están abiertas todos los días y durante las vacaciones".
Hay 24.000 mezquitas en Xinjiang, con una mezquita por cada 530 musulmanes. En resumen, hay más del doble de mezquitas en Xinjiang que en Estados Unidos, Reino Unido, Alemania y Francia juntos.
"Esto ilustra cuánto se preocupa el Gobierno chino por preservar la identidad cultural y religiosa de Xinjiang. Demuestra que el Gobierno no interfiere en los rituales religiosos en Xinjiang, sino que los protege del terrorismo y otros factores desestabilizadores", añadió Mansari.
DESARROLLO Y SEGURIDAD INSEPARABLES
Originarios de una región plagada de inestabilidad, terrorismo y agresión militar externa, los expertos árabes señalaron que el mundo árabe apoya los esfuerzos del Gobierno chino para promover la estabilidad y la seguridad en Xinjiang y que la campaña de desinformación de Estados Unidos en contra de China carece de credibilidad para ellos.
"La estabilidad y el separatismo son cuestiones críticas para cualquier país, y ningún país puede tolerar la división de ninguna parte de su territorio", dijo Mansari.
"Así que la cuestión de Xinjiang es un asunto de combatir la inestabilidad y el separatismo y no un asunto de derechos humanos", señaló, y agregó que "la situación de los derechos humanos puede verse a través del desarrollo alcanzado en Xinjiang".
Durante su segundo viaje a Xinjiang en 2019, Gaballa dijo que las condiciones de seguridad eran completamente diferentes en comparación con 2010 cuando los "grupos saboteadores estaban paralizando el desarrollo en la región" mediante ataques terroristas.
"Con la seguridad imperante y los esfuerzos del Gobierno central, todo ha cambiado para bien", indicó.
En su incesante campaña de difamación contra China, Occidente ha propagado la mentira de que los centros de educación y formación profesional en Xinjiang son los llamados campos de internamiento donde un millón de uygures han sido detenidos.
De hecho, el sitio de internet estadounidense de noticias de investigación, Grayzone, ha revelado que la teoría fue propuesta y difundida por primera vez por el grupo llamado Defensores de los Derechos Humanos Chinos, una organización no gubernamental estadounidense apoyada por el Gobierno de Estados Unidos. La organización llegó a su ridícula conclusión sólo a través de entrevistas con ocho uygures y una estimación aproximada.
Gaballa dijo que visitó esos centros en los que las personas locales aprenden el idioma chino, derecho y varias profesiones.
"Quienes se gradúan de esos centros están calificados para participar en el desarrollo de su sociedad en lugar de convertirse en (un recluta en potencia para ser) futuros terroristas", indicó.
"La retórica de Estados Unidos y sus aliados de Occidente contra China "era aceptada en años pasados por la falta de aclaración de los hechos", subrayó Mahmoud. "Pero las cosas quedaron claras después de que los hechos fueron esclarecidos y después de que Estados Unidos llevara a cabo prácticas de doble rasero respecto al terrorismo y otras cuestiones de derechos humanos".
Después de todo, dijo el iraquí, Estados Unidos es la nación que ha establecido numerosos campos de detención en otros países, como la prisión de la bahía de Guantánamo, en donde han quedado al descubierto escandalosas violaciones a los derechos humanos.