Observatorio Económico: Consecuencias ocultas de ley de chips de EEUU | Spanish.xinhuanet.com

Observatorio Económico: Consecuencias ocultas de ley de chips de EEUU

spanish.news.cn| 2022-08-27 00:36:45|
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WASHINGTON, 25 ago (Xinhua) -- La Ley de Chips y Ciencia promulgada recientemente en Estados Unidos supuestamente está dirigida a promover la "relocalización" de la manufactura de semiconductores en el país proporcionando subsidios y créditos fiscales a los fabricantes de chips.

A pesar de todas las excusas, ese acto proteccionista es el intento más reciente de Washington para revertir la tendencia de globalización. Como señalaron economistas y observadores, viola las normas del comercio internacional, y alterará las cadenas mundiales de suministro y reducirá la competitividad mundial de compañías de semiconductores.

Además, al implementar la ley de chips, Washington se está disparando a sí mismo en el pie debido a que menor competitividad y menor eficiencia pueden llevar a mayores costos de producción, impulsar la presión inflacionaria y el déficit gubernamental, y con ello añadir cargas a sus propios consumidores y contribuyentes.

UNA ACCIÓN CONTRA LA GLOBALIZACIÓN

En el proceso de globalización, la industria de chips ha establecido una cadena global de valor compleja y altamente interdependiente, lo cual ha hecho posible décadas de avances en la industria. El objetivo de promover la "relocalización" de la manufactura de chips en Estados Unidos va en contra de eso.

De acuerdo con la Casa Blanca, Estados Unidos sólo produce actualmente alrededor de 10 por ciento del suministro mundial, mientras que Asia Oriental representa 75 por ciento, incluyendo la mayoría de los chips de primer nivel.

La industria de los chips tiene una tendencia natural a formar "grupos altamente concentrados, basados en el talento y la disponibilidad de recursos", dijo la firma consultora Deloitte en un informe publicado en diciembre de 2021. Los analistas señalan que incluso si Washington atrae exitosamente a compañías para que instalen fábricas en Estados Unidos, la cuestión de la mano de obra podría ser un desafío.

Al indicar que la ley de chips crea incentivos para la producción dentro de Estados Unidos, Brad Martin, director del Instituto de Seguridad de Cadena de Suministro de RAND Corporation, dijo a Xinhua que "eso sólo es un comienzo".

"Cuestiones como el desarrollo de la mano de obra requerirán años y un esfuerzo concertado para resolverlas", dijo Martin.

"Esto definitivamente creará ineficiencias en la cadena de suministro", dijo el analista Matt Langione de Boston Consulting Group, citado por CNET, una página web estadounidense de noticias que se enfoca en tecnología y electrónicos de consumo.

Además, la ley contiene disposiciones que obligan a las compañías a tomar partido y obstaculizar a sus rivales para salir adelante, una política contraproducente que distorsionará la cadena global de suministro de semiconductores y perturbará el comercio internacional.

"La prohibición durante 10 años de las inversiones en más instalaciones de vanguardia en China ha sido particularmente controvertida, ya que las empresas argumentan que eso las hará menos competitivas mundialmente y, en última instancia, hará retroceder a Estados Unidos en una carrera contra los competidores chinos", señaló un informe reciente del periódico The New York Times.

UNA CARGA PARA LOS ESTADOUNIDENSES

El Gobierno estadounidense, bajo esta ley, proporcionará más de 52.000 millones de dólares a la investigación, el desarrollo y la fabricación de semiconductores en Estados Unidos y también ofrecerá un crédito fiscal a la inversión de 25 por ciento para gastos de capital.

"Miles de millones de dólares en gastos imprudentes y bienestar corporativo, la Ley CHIPS-Plus arroja leña al fuego de la inflación y coloca la carga sobre las familias estadounidenses", opinó Adam Brandon, presidente de la organización de defensa de las bases FreedomWorks.

Los contribuyentes estadounidenses no tienen por qué ser los responsables de llenar los bolsillos de las corporaciones mediante un "regalo" de miles de millones de dólares, indicó Brandon.

Desmond Lachman, investigador principal del American Enterprise Institute, opinó que la ley sobre los chips podría tener un papel para impulsar la producción de semiconductores en Estados Unidos. No obstante, "es probable que lo haga con un mayor costo para el consumidor y el contribuyente estadounidense", dijo Lachman.

"Las cinco mayores empresas de semiconductores que probablemente recibirán la mayor parte de esta ayuda del contribuyente --Intel, Texas Instruments, Micron Technology, Global Foundries y Samsung-- obtuvieron 70.000 millones de dólares de utilidades el año pasado. ¿Parece que estas empresas realmente necesitan el bienestar corporativo?", expresó el senador Bernie Sanders en una reciente declaración.

La Oficina de Presupuesto del Congreso descubrió recientemente que la ley aumentará el gasto en 55.000 millones de dólares en 10 años, mientras que reducirá los ingresos fiscales en 24.000 millones de dólares, lo que significa que los contribuyentes verán aumentar el déficit de Estados Unidos en 79.000 millones de dólares.

UNA HERRAMIENTA POLÍTICA

La ley de chips es parte de los esfuerzos de Estados Unidos para convertir en un arma el comercio y las herramientas económicas con el fin de impulsar sus intereses.

"Estados Unidos pretende crear sus propias cadenas de suministro de semiconductores avanzados para competir con China", dijo a Xinhua Jeffrey Sachs, profesor de economía de la Universidad de Columbia.

Pero la desvinculación con China en el sector de los semiconductores no sólo perturbará las cadenas de suministro mundiales, sino que también perjudicará los propios intereses de Estados Unidos.

De acuerdo con un análisis del Boston Consulting Group, las empresas estadounidenses podrían perder 18 puntos porcentuales de participación mundial y 37 por ciento de sus ingresos en el mismo período si Estados Unidos prohíbe completamente a las empresas de semiconductores vender a clientes chinos.

"Necesitamos más diplomacia y cooperación entre China y Estados Unidos para garantizar que la competencia tecnológica siga siendo justa, pacífica y mutuamente benéfica, en lugar de convertirse en un arma", dijo Sachs.

Las acciones unilaterales de Estados Unidos contra China sobre las exportaciones de tecnología a ese país y los ataques a las empresas chinas de alta tecnología están en contra de este tipo de cooperación pacífica, añadió.

"Es hora de intensificar la diplomacia para establecer unas reglas de competencia nuevas y mutuamente aceptables", indicó Sachs. 

 

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