BEIJING, 25 jul (Xinhua) -- China tiene todo el derecho a desconfiar de la atención injustificada que Occidente está poniendo en el Instituto de Virología de Wuhan, aseguró el periodista estadounidense Danny Haiphong, para quien las investigaciones sesgadas y la politización del origen del coronavirus plantearán más preguntas que respuestas.
"La teoría de la filtración de un laboratorio conforma un marco muy politizado para la búsqueda de respuestas sobre el origen de la COVID-19. Que China sea cautelosa a la hora de respaldar una investigación que tiene motivos que distan de ser imparciales no debería sorprender", dijo Haiphong, también investigador independiente, en un artículo de opinión publicado el viernes en China Global Television Network.
El artículo se publicó después de que Zeng Yixin, subdirector de la Comisión Nacional de Salud de China, rechazara el jueves el plan para la segunda fase del estudio del origen del SARS-CoV-2 propuesto por la Organización Mundial de la Salud (OMS), centrado en la teoría de una eventual fuga de laboratorio.
Zeng reiteró que los expertos de la OMS acordaron después de visitar la instalación de Wuhan que era "extremadamente improbable" que el virus se escapara de un laboratorio.
Según detalló Haiphong, la hipótesis de una eventual filtración surgió el año pasado de fuerzas políticas de extrema derecha en EE. UU., aunque la Administración actual continúa con ese discurso.
El presidente estadounidense, Joe Biden, ordenó una investigación de inteligencia sobre el posible origen del coronavirus en Wuhan después de que el diario "The Wall Street Journal" publicase que había trabajadores de ese instituto que habían enfermado, dijo.
Suena a lo que ocurrió en 2002, continuó, cuando Michael Gordon, corresponsal sobre seguridad del periódico, fue coautor de una información que aseguraba que el Irak presidido por Sadam Husein tenía armas de destrucción masiva, una acusación que influyó en la decisión de Washington de invadir el país.
Los ocho años de guerra que siguieron dejaron casi un millón de muertos y una inestabilidad generalizada en la región, remarcó Haiphong.
"La COVID-19 es un fenómeno extremadamente complejo. Es probable que los expertos científicos tarden años en comprender en su totalidad un virus que ha provocado una crisis de salud pública de dimensión histórica en todas partes del mundo", acotó.
Al contrario de lo que aseguran Washington y Occidente en cuanto a que Beijing no está siendo transparente en su rechazo a una investigación sobre una posible fuga de laboratorio, señaló, "China ha sido un modelo de transparencia durante toda la pandemia de COVID-19. Los funcionarios de salud y del Gobierno del país han trabajado de forma incansable con la OMS y países de todo el mundo en la lucha contra la enfermedad".
"EE. UU. y Occidente, sin embargo, se han agarrado a una teoría sobre el origen del virus que se apoya en las que, posiblemente, son las instituciones menos transparentes del mundo: sus propias agencias de inteligencia", concluyó el periodista.
