Imagen del 30 de julio de 2021 de la habitación donde estuvo alojado el aviador y escritor francés Antoine de Saint-Exupery, creador del clásico infantil "El Principito", a quien se rinde homenaje manteniéndola intacta en el Viejo Hotel Ostende (VHO), en la localidad de Ostende, Argentina. El VHO, un ícono de Argentina con casi 108 años de vida, se alista para recibir a turistas en la temporada estival, mientras mantiene su halo vinculado a la literatura, cerca del mar y la arena, rodeado de la naturaleza. (Xinhua/Martín Zabala)
OSTENDE, Argentina, 30 jul (Xinhua) -- El Viejo Hotel Ostende (VHO), un ícono de Argentina con casi 108 años de vida, se alista para recibir a turistas en la temporada estival, mientras mantiene su halo vinculado a la literatura, cerca del mar y la arena, rodeado de la naturaleza.
Ubicado en la pequeña localidad balnearia de Ostende, unos 355 kilómetros al sur de la ciudad de Buenos Aires, el establecimiento destaca por su historia y por ilustres visitantes, entre ellos el aviador y escritor francés Antoine de Saint-Exupery, creador del clásico infantil "El Principito", y los autores argentinos Adolfo Bioy Casares y Silvina Ocampo.
"Es un lugar histórico, que está por cumplir 108 años de existencia y de funcionamiento ininterrumpido como hotel. El lugar fue pensado y construido como hotel, y así siguió durante toda su trayectoria", dijo Roxana Salpeter, anfitriona y directora del VHO, a Xinhua.
El proyecto original del establecimiento, denominado al comienzo Hotel Termas, incluía más de 80 habitaciones frente al mar, con amplios salones, espacios para juegos, lectura y esgrima, fábrica de pastas y de delicias dulces, restaurantes y jardines de invierno.
"El hotel tuvo periodos de estar tapado por la arena. Debió sortear a lo largo de su historia vicisitudes vinculadas al clima y a la geografía, pero es un lugar sólido, una especie de barco trasatlántico en tierra, pero no varado, sino en permanente movimiento y en mantenimiento para estar actualizado y en valor", enfatizó Salpeter.
Emplazado cerca de mar y dunas, el VHO es un ícono de la pequeña localidad balnearia que lleva el nombre de la ciudad belga de Ostende, llamada así ante una iniciativa del pionero Ferdinand Robette, nacido en Bélgica.
"El hotel estuvo tapado por la arena pero nunca dejó de funcionar. El entorno implicaba tormentas de arena, que se agolpaba contra el edificio, pero los huéspedes seguían en el lugar. Sabían por qué puerta entrar, pero no por qué ventana salir", sonrió Salpeter.
Entre los años 1928 y 1930 estuvo varias veces alojado Antoine de Saint-Exupery, creador de "El Principito", a quien se rinde homenaje manteniendo intacta la habitación que él ocupaba, sin que pueda ser utilizada por otros huéspedes.
"Decidimos dejar la habitación que él ocupaba sólo para ser visitada, en una suerte de homenaje a quien nos diera tantas letras bonitas. Esa habitación está conservada como fue originalmente", explicó Salpeter.
El recinto tiene exhibidas reproducciones de bocetos de los dibujos de "El Principito", así como también ediciones de ese reconocido texto en distintos idiomas, y la misma cama en la que dormía el autor.
El vínculo del VHO con la literatura no acaba con Saint-Exupery, pues también fueron asiduos visitantes los escritores argentinos Adolfo Bioy Casares y Silvina Ocampo.
La pareja conoció el hotel en la década de 1940, y se inspiró en este entorno para escribir su novela policial "Los que aman, odian", la única que escribieron a cuatro manos.
El hotel aparece en la novela como una imagen fantasmagórica entre las dunas, suscitando todo tipo de fabulaciones.
"La novela transcurre en la década del cuarenta. Durante una entrevista con Bioy Casares, él me contó que el hotel era un lugar ideal para plantar una novela policial y de suspenso", destacó Salpeter.
Frente a los desafíos que genera la COVID-19 al sector turístico y hotelero, el VHO se pone a punto para su óptimo funcionamiento en la temporada de verano de 2021.
"Será nuestro segundo verano en pandemia, pero encontramos una manera de trabajar que es amable y cuidadosa para el huésped, como así también para el equipo de trabajo, a fin de que se puedan llevar a cabo las tareas, sabiendo que todos somos responsables del cuidado propio y del otro", dijo la representante del establecimiento.
Con misterio, gracia y personalidad, las más de cincuenta habitaciones se encuentran algunas en el sector antiguo y otras en el sector remodelado, junto con un tercer espacio de departamentos, siempre con detalles de época y muebles originales.
"La puesta a puesto y al día se hace respetando el pasado del hotel, pero tratando de dejarlo lo más actualizado posible. Ahora sigue funcionando, pero sin el aspecto fantasmagórico de antaño, que podía inspirar a una novela policial", mencionó Salpeter.
