América Latina y el Caribe, una de las regiones más afectadas por la COVID-19, acumula aproximadamente un millón de muertes por la enfermedad, situación que exige una gran cantidad de vacunas y una campaña masiva para aplicarlas.
En la actualidad, las fabricadas por las empresas chinas, como Sinovac y Sinopharm, han logrado autorización de emergencia en Brasil, Chile, México, Argentina y Perú, entre otros países latinoamericanos.
Según la Organización Panamericana de la Salud, hasta el 14 de mayo, los 26 países de América Latina y el Caribe con datos disponibles han administrado más de 84 millones de dosis de vacunas, entre las cuales sobresalen las vacunas chinas con una proporción de 65 por ciento.