BEIJING, 17 may (Xinhua) -- Lágrimas en los ojos de niños asustados, comunidades destruidas y miles de refugiados apiñados en campamentos improvisados... el sufrimiento de los civiles en la Franja de Gaza está poniendo a prueba la eficacia de la cooperación multilateral en el proceso de paz de Oriente Medio y cuestionando la conciencia de la humanidad.
El conflicto más severo entre Israel y Palestina desde 2014 ha entrado en la segunda semana con un gran número de víctimas. Entre más de 200 muertes, la mayoría son civiles inocentes, incluidos niños.
La tregua es ahora el tema más urgente y una de las principales prioridades en la región, ya que el derramamiento de sangre ha convertido a miles de civiles en refugiados que buscan refugios y está poniendo en riesgo la coexistencia pacífica de judíos y musulmanes en otras partes del mundo.
El intercambio de violencia está haciendo del estancamiento del proceso de paz entre Israel y Palestina un callejón sin salida.
El secretario general de la ONU, António Guterres, dijo en la reunión del domingo del Consejo de Seguridad de la ONU que la escalada de violencia en Gaza "sólo perpetúa los ciclos de muerte, destrucción y desesperación, y empuja más allá en el horizonte cualquier esperanza de coexistencia y paz".
"Los combates deben detenerse. Deben detenerse de inmediato. Los cohetes y morteros por un lado y los bombardeos aéreos y de artillería por el otro deben detenerse", subrayó el jefe de la ONU.
La historia ha demostrado que los ataques de ojo por ojo solo profundizan el odio y alimentan la venganza. Para proteger realmente a su pueblo, las fuerzas de Israel y Palestina deben detener las acciones militares y hostiles, incluidos los ataques aéreos, las ofensivas terrestres y el lanzamiento de cohetes.
Israel, que tiene la ventaja con un armamento más avanzado y muchas menos bajas, debe actuar con particular moderación. Debe cumplir con las resoluciones de la ONU, dejar de destruir viviendas y expulsar a los palestinos, detener la expansión de los asentamientos israelíes, evitar la violencia, las amenazas y las provocaciones antimusulmanas y respetar el statu quo histórico en los lugares sagrados de Jerusalén.
Mientras tanto, la parte palestina también debe evitar acciones que empeoren la situación, detener el lanzamiento de cohetes de represalia, tratar de no herir a los civiles y unirse a los esfuerzos para reducir la tensión.
El doble flagelo de los conflictos militares y la pandemia de COVID-19 ha creado preocupantes crisis humanitarias en las comunidades densamente pobladas de Gaza y sus alrededores.
Para evitar una catástrofe humanitaria, Israel debe cumplir con sus obligaciones propuestas por las resoluciones pertinentes de la ONU, levantar por completo su bloqueo en la Franja de Gaza, garantizar la seguridad y los derechos legales de los palestinos en los territorios ocupados y facilitar la entrada de asistencia humanitaria.
China ha sido constante en la promoción del proceso de paz en el Medio Oriente, se ha adherido a la equidad y la justicia y está dispuesta a apoyar todos los esfuerzos que ayuden a aliviar la tensión.
Como presidente rotatorio del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas en mayo, China ha convertido en una prioridad abordar el conflicto entre Palestina e Israel y ha empujado al mismo Consejo de la ONU a deliberar sobre la cuestión palestina muchas veces.
Todas las partes interesadas deben unirse del lado de la justicia y la paz, y del lado correcto de la historia, asumir sus debidas responsabilidades. La comunidad internacional debe practicar un verdadero multilateralismo, e impulsar cuanto antes una solución integral, justa y sostenible a la cuestión palestina.
