WASHINGTON, 15 may (Xinhua) -- Estados Unidos ha apostado por la ruta del "estadounidense primero" para vacunar rápidamente a su población contra la COVID-19 y solo después ayudar al resto del mundo, pero ese nacionalismo de las vacunas no está funcionando para que el país vuelva a la normalidad, según los medios estadounidenses.
Estados Unidos, al igual que otras naciones ricas, ha llegado a acuerdos con compañías farmacéuticas y ha aumentado sus reservas desde el principio, dijo un artículo publicado el jueves en The Atlantic.
Sin embargo, la tasa de vacunación de Estados Unidos se está desacelerando. A pesar de la abundancia de suministros, menos de la mitad de la población del país está protegida por al menos una dosis de una vacuna, y solo casi un tercio está completamente vacunada, según la revista.
La era de las vacunaciones masivas en el país casi ha terminado, y el objetivo ahora es persuadir a los estadounidenses más escépticos sobre las vacunas. Mientras tanto, Estados Unidos carece de un esquema para convencerlos de que inviertan en la lucha contra la pandemia en el extranjero, incluso mientras esta se va calmando en casa, detalló el artículo.
El mundo necesita un plan integral para invertir miles de millones en infraestructura de salud mundial, transferencias de tecnología y exportaciones de materias primas. Si el imperativo moral de combatir el virus no es suficiente para impulsar a Estados Unidos a la acción, también se corre el riesgo de desacelerar la recuperación económica mundial, la circulación de nuevas variantes de países que aún enfrentan brotes y la necesidad de imponer nuevos cierres y prohibiciones de viaje, explicó la revista.
Los esfuerzos para apoyar la dimensión internacional no deberían prohibirse, "porque esa dimensión internacional refuerza la protección aquí en casa", dijo Katherine Bliss, experta en Salud Global, citada por The Atlantic.