El viceministro de Comercio Exterior e Integración del Ministerio de Relaciones Exteriores de Bolivia, Benjamín Blanco Ferri, participa durante una entrevista con la Agencia de Noticias Xinhua en la sede del Ministerio de Relaciones Exteriores, en La Paz, Bolivia, el 1 de marzo de 2021. La pandemia es un problema global que se debe resolver entre todos; "no sirve de nada que un país pueda vacunarse si el resto del mundo no está inmunizado. El virus no respeta fronteras", destacó el lunes Benjamín Blanco Ferri. (Xinhua/Mateo Romay)
LA PAZ, 1 mar (Xinhua) -- La pandemia es un problema global que se debe resolver entre todos; "no sirve de nada que un país pueda vacunarse si el resto del mundo no está inmunizado. El virus no respeta fronteras", destacó hoy lunes el viceministro de Comercio Exterior e Integración del Ministerio de Relaciones Exteriores de Bolivia, Benjamín Blanco Ferri.
En una entrevista exclusiva con Xinhua en su despacho, Blanco expresó su orgullo del proceso de vacunación de Bolivia. En su opinión, Bolivia podrá tener 2,5 por ciento de su población vacunable con las vacunas chinas Sinopharm, que la ponen "muy por encima" de la media en América Latina.
"Efectivamente, en América Latina, en este momento el 0,3 por ciento de la población ha recibido una primera dosis. Con estas 500.000 dosis Bolivia podrá tener 2,5 por ciento de su población vacunable, que es bastante, pues estamos muy por encima de América Latina", declaró Blanco.
A decir del viceministro, gracias a la solidaridad y nivel de relacionamiento estratégico que Bolivia tiene con China se logró acceder a las vacunas, lo cual permitirá a Bolivia estar entre los cinco países con mayor porcentaje de población vacunada.
Con la aplicación de las vacunas chinas Sinopharm contra el coronavirus a personas con enfermedad de base, Bolivia arrancó el jueves 25 de febrero, en la ciudad de Santa Cruz (este), la campaña de inmunización más grande de su historia sanitaria.
Esta cruzada, que despertó gran expectativa en la población por la "dosis de esperanza", se extenderá a los demás departamentos bolivianos.
En cerca de un año, la pandemia ha provocado hasta el domingo 249.010 contagios, 11.649 decesos y 193.032 recuperados.
Asimismo, el viceministro dijo que el país andino amazónico será una de las primeras naciones de América Latina en tener a todo su sector salud vacunado.
El viceministro fue enfático en señalar que Bolivia coincide con China en que las vacunas deben ser un producto público.
"Como Bolivia, manifestamos en foros internacionales el derecho a la salud, medicamentos y las vacunas como derechos humanos esenciales. En este momento, la única solución estructural para la pandemia es la vacunación, por tanto, las vacunas deberían ser un producto que sea accesible para todos los países y personas, sin importar su grado de desarrollo", dijo.
Consultado sobre si las dosis chinas son bien recibidas en Bolivia, respondió que se acogen con mucho agrado, especialmente por sus características técnicas.
"Esta vacuna ha sido aplicada a más de 30 millones de personas, conocemos bien los resultados; es una vacuna de alta calidad que utiliza un virus inactivo, a diferencia de otras, que la hace mucho más segura", consideró.
Sobre la cooperación sanitaria bilateral reflejada en la vacuna entre Bolivia y China, Blanco manifestó que las vacunas y medicamentos que llegaron al país "hablan muy bien de la relación de cooperación que existe entre ambos países".
Asimismo, se refirió a las declaraciones del secretario general de la Organización de Naciones Unidas (ONU), Antonio Guterres, quien mencionó en febrero que 130 países no han recibido vacunas contra COVID-19 y 10 países acaparan antígenos, y dijo que en estos momentos hay que apelar a la solidaridad de las naciones para que no acaparen las dosis, porque es un problema que debemos resolver entre todos.
"La mayor parte de las vacunas han sido acaparadas por 15 países desarrollados que han pagado por adelantado para contar con las vacunas. Eso muestra los efectos de un capitalismo salvaje donde el que más tiene puede acceder a la salud", criticó.
En cambio, concluyó, los países en desarrollo tienen un desafío que asumir y recurrir a sus mecanismos diplomáticos y relaciones internacionales para acceder a las vacunas, en momentos en que no hay disponibilidad en el mundo.
