Por Victoria Argüello
BUENOS AIRES, 23 feb (Xinhua) -- La recuperación salarial y una política acertada de contención de precios son dos de los objetivos que deberán llamar la atención del Gobierno argentino si quiere acelerar la reactivación de la economía, apuntó hoy el economista Pablo Salvador.
La pérdida del poder adquisitivo en Argentina es el resultado de tres años de recesión a lo que se sumaron los negativos efectos que ha dejado la pandemia de COVID-19, todo lo cual ha develado un incremento de la población por debajo de la línea de pobreza, comentó el profesor de la Universidad Nacional de Cuyo en entrevista con Xinhua.
"Los salarios no van acompañando la inflación, o al menos en los últimos tres años no han acompañado la inflación, y eso quiere decir que cada vez hay más personas por debajo de la línea de pobreza e indigencia, por su dificultad de acceder a la canasta básica", explicó el también doctor en Economía por la Universidad de Jyväskylá de Finlandia.
Según el último dato disponible del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC), un 30,4 por ciento del total de hogares en Argentina, o 2,85 millones de familias, se encontraban por debajo de la línea de pobreza hasta junio de 2020.
Esto se traduce en que un 40,9 por ciento de la población del país, equivalente a 11.680.575 personas, son pobres, mientras que otras 2.995.878 están por debajo de la línea de indigencia.
En versión de Salvador, pese a las políticas de contención de precios que ha llevado adelante el Gobierno, sobre todo en medio de la pandemia, las Canastas Básica Alimentaria (CBA) y Total (CBT, alimentos más servicios) "han saltado mucho" disminuyendo la capacidad adquisitiva de la población.
Solo la canasta alimentaria reflejó un incremento del 44 por ciento interanual en enero pasado, con una variación cercana al 5 por ciento mensual, detalló el INDEC.
En tanto, el próximo 31 de marzo se conocerá el dato oficial del índice de pobreza en Argentina al cierre del año pasado.
Salvador también se refirió a la política de retenciones que mantiene el Gobierno hacia el sector exportador, y que, de acuerdo con el Ejecutivo, buscan evitar una escalada de la inflación frente al avance de los precios internacionales.
En ese sentido, consideró que la medida "puede contener los precios en el corto plazo", pero "el problema es que en el mediano y largo plazo este empresario que dirige los productos hacia el mercado interno en vez del externo puede dejar de invertir, generando una retracción de la oferta y a largo plazo incidiendo en el aumento de los precios".
Para el analista, la inflación cuyo último dato oficial conocido fue del 38,5 por ciento interanual, debe ser un problema de principal atención y combate si se quiere recuperar la economía.
"Venimos de tres años de caída del Producto Interno Bruto (PIB), este año si bien habrá un rebote no es tan seguro que haya un crecimiento de la economía. Para que en 2022 haya un crecimiento tiene que haber algún tipo de reforma estructural", concluyó el experto.
"Claramente hay que contener la inflación, y eso significa aplicar reformas estructurales, porque la inflación es como la fiebre, que indica que hay algo en la economía que no está funcionando bien y esto va por la vía, principalmente, de un excesivo gasto público", agregó.
