Por Chen Yao y Xi Yue
BEIJING, 13 feb (Xinhua) -- La profesora Liu Jia ha olvidado la última vez que se despertó gracias a su reloj biológico. Desde Argentina, sus estudiantes del Instituto Confucio le escriben mensajes que le expresan el deseo de retomar las clases presenciales.
El Instituto Confucio de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC) de Argentina y la Universidad de Jinan en China han demostrado que no conocen obstáculos para cumplir su objetivo común de enseñar el chino mandarín. Las clases comenzaron en agosto de 2020, y el instituto inauguró en octubre en plena pandemia. Las once horas de diferencia que separan a los dos países no han sido obstáculos para su propósito.
LAS ESTRATEGIAS
Los maestros chinos y los estudiantes argentinos comienzan las clases a las 06:00 de la mañana de China y a las 19:00 de la tarde de Argentina, y esto requiere de algunas estrategias para cumplir con la agenda.
"Siri, despiértame mañana a las cinco en punto", le pide a su teléfono la maestra china Liu Jia, que ha empleado este método desde agosto de 2020.
La profesora Liu comenta: "He enseñado chino en Argentina durante tres años y ahora no puedo ir allí temporalmente debido a la epidemia. Lo echo de menos todo".
El desafío de despertar a las 05:00 de la mañana todos los días laborales fue paliado por Liu tomando una taza del té de yerba mate, bebida favorita de los argentinos.
Al igual que Liu Jia, una de las estudiantes argentinas, Martina Jeifetz, también encontró la felicidad en las clases de chino.
Martina, de 32 años, es abogada egresada de la UNC, y es amante de la cultura china desde hace bastante tiempo. A comienzos de enero del año 2020, cuando armó sus objetivos para el año nuevo, puso como el primer plan aprender mandarín.
Sin embargo, cuando comenzó la epidemia en marzo, el Gobierno argentino declaró rápidamente la emergencia sanitaria e implementó medidas de cuarentena obligatorias. El plan para aprender chino parecía truncado, lo que despertó en Jeifetz cierta frustración.
Un día, Martina vio una noticia sobre la apertura del tercer Instituto Confucio de Argentina en la UNC. Al ver que la institución china había llegado a su universidad, se emocionó mucho.
"¡No dudé en anotarme! Siempre me interesó conocer más sobre la cultura china, y por supuesto, el idioma es el paso inicial", dijo Martina.
Martina Jeifetz aprende el mandarín aprovechando las clases en línea del Instituto Confucio. (Captura de pantalla)
¡FELIZ CUMPLEAÑOS!
El aprendizaje en línea era una experiencia completamente nueva para Martina, quien todavía recuerda muy bien el 11 de agosto de 2020 como su primer día de clases.
Tenía su cuaderno listo para tomar anotaciones, además había descargado los materiales desde el Aula Virtual, se sentía muy entusiasmada pero también "un poco temerosa, porque todos dicen que el chino mandarín es un idioma muy dificil".
Sin embargo, superó pronto las incertidumbres. En un grupo de WhatsApp Martina intercambiaba dudas con sus compañeros. Además, los maestros del Instituto Confucio introdujeron algunos juegos en línea para inspirar a los estudiantes.
Martina se toma muy en serio el aprendizaje del chino. Las clases terminaban a las 20:30 de la tarde, pero ella seguía leyendo o revisando lo que había aprendido y continuaba durante el fin de semana.
No obstante, la rigurosidad también da tiempo para alguna que otra celebración. El 22 de septiembre es el cumpleaños de Martina. Considerando las normas de prevención en medio de la epidemia decidió quedarse sola en casa y asistir a la clase virtual como de costumbre. Pero durante la clase su padre le envió una torta de cumpleaños, lo que la sorprendió y conmovió.
Cuando regresó para continuar la clase, Liu Jia le hizo una pregunta. Martina había perdido un poco el hilo. Tuvo que confesar que había ido a recibir su regalo de cumpleaños. Inmediatamente Liu escribió "Feliz cumpleaños" en chino en el grupo de clase y los demás estudiantes se sumaron al saludo.
"No es muy fácil cumplir años en cuarentena, pero ese acontecimiento fue algo bonito," sostuvo Martina.
LOS DESEOS
Aunque la primera fase del curso ha terminado, Martina todavía sigue aprovechando algunas ocasiones para leer en chino y revisar el idioma en algunas aplicaciones. Al mismo tiempo la abogada argentina espera con ansias el inicio del nuevo semestre.
Para el año nuevo, Martina se trazó un nuevo objetivo. Tiene previsto anotarse apenas se abra el siguiente nivel del curso y desea poder continuar sus estudios de derecho internacional en China. "Esto me permitiría conocer la cultura china de manera completa", manifestó.
Durante las clases en línea, Martina experimentó las ventajas de la virtualidad, pero para ella en las clases por internet "se pierde lo lindo de compartir con los compañeros de clase, conocer gente nueva, intercambiar ideas. Así que ojalá pronto podamos retomar las clases presenciales".
En un breve video con sus estudiantes la maestra Liu Jia les dijo: "Espero que después de la epidemia pueda ir a Argentina e intercambiar la cultura china cara a cara con ustedes lo antes posible".
(Contribuyeron a esta información los corresponsales de Xinhua Ni Ruijie en Buenos Aires, Tian Rui en Beijing.)