COMENTARIO: Prevenir todas las formas de seudomultilateralismo
                 Spanish.xinhuanet.com | 2021-01-25 20:22:43

BEIJING, 25 ene (Xinhua) -- Hace cuatro años, cuando los líderes mundiales y los titanes de los negocios se reunieron en el Foro Económico Mundial (FEM) en la estación de esquí suiza de Davos, el mundo se enfrentaba a una elección entre seguir el camino del multilateralismo o dar paso al unilateralismo defendido por la doctrina de "Estados Unidos primero" (America First), impulsada desde Washington.

Cuatro años después, la comunidad internacional, profundamente desafiada por la pandemia y una recesión económica, así como otros abrumadores problemas mundiales, se enfrenta a la nueva y crítica prueba de resistir todas las formas de pseudomultilateralismo y defender el genuino.

Si bien la fiesta globalista del FEM en 2017 brindó un apoyo inequívoco al multilateralismo, el foro de este año, un evento virtual que se inaugura el lunes, proporciona un lugar oportuno para que la comunidad global reúna un mayor consenso mundial para tomar la decisión correcta una vez más.

El multilateralismo moderno puede remontarse a la época en que se negoció y resolvió la Paz de Westfalia. Nació para disminuir la influencia de los poderosos sobre los débiles y reducir los conflictos. En los siglos siguientes, el multilateralismo ha experimentado una evolución constante para satisfacer las necesidades de diferentes épocas.

Por ejemplo, las Naciones Unidas se fundaron como uno de los pilares del orden mundial de la posguerra para apuntalar la paz global tras la Segunda Guerra Mundial. El bloque BRICS, que agrupa a Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica, se formó cuando un crecimiento económico global sostenible necesita un aporte más fuerte y coordinado de las principales economías emergentes del mundo.

Sin embargo, una forma genuina de multilateralismo exige mucho más que algunos países agrupados con un propósito egoísta. La historia no carece de lecciones dolorosas sobre algunas potencias importantes que abusan del multilateralismo como herramienta de ambiciones hegemónicas. La guerra de Irak en 2003 fue un ejemplo clásico.

En este momento crucial de la historia de la humanidad, que plantea un desafío absoluto, es imperativo que la comunidad mundial desacredite y niegue todo tipo de manipulaciones del multilateralismo y siga el camino correcto.

Para empezar, la política de grupo cerrado suele camuflarse con el multilateralismo. Al reunirse, algunas potencias mundiales ricas han formado clubes exclusivos, buscando dictar la agenda mundial sobre cuestiones globales clave para anteponer sus intereses a los del resto del mundo.

Un segundo patrón de falso multilateralismo se encuentra en el intento de un puñado de países de monopolizar los derechos para estipular reglas para el mundo e imponer su voluntad a toda la comunidad internacional.

La época en que el mundo podía estar dominado por una o varias potencias importantes ha pasado y nunca volverá. Para un orden mundial más justo, los asuntos globales deben gestionarse colectivamente y las reglas del mundo deben ser escritas conjuntamente por todos los países, grandes o pequeños, ricos o pobres.

Además, se debe alertar sobre la peligrosa maniobra de ideologizar el multilateralismo para forjar alianzas basadas en valores dirigidas a países específicos. Esas acciones divisivas solo derrumbarán la confianza entre las naciones y fortalecerán el atrincheramiento ideológico que conducirá a una mayor confrontación.

Durante siglos, desde el ocaso de las dos guerras mundiales hasta el fin de la crisis financiera mundial de 2008, el multilateralismo, incluso en su etapa incipiente, ha demostrado ser una forma eficaz de suplantar la falta de gobernanza global en un momento de anarquía para el mundo, salvaguardar la paz mundial y promover la prosperidad global.

El mundo de hoy está experimentando cambios nunca antes vistos en un siglo, y la raza humana necesita más que nunca el multilateralismo para vencer al patógeno mortal, frenar el aumento del nivel del mar, impulsar la seguridad colectiva e impulsar el desarrollo común. Ninguna de esas tareas se puede realizar a través de individualidades.

Por supuesto, nadie debería esperar que los mecanismos multilaterales necesarios en el mundo de hoy sigan siendo exactamente los mismos que cuando se fundaron las Naciones Unidas. Sin embargo, los propósitos y principios establecidos en la Carta de las Naciones Unidas y otras normas fundamentales que rigen las relaciones internacionales, incluido el respeto mutuo por la soberanía y la igualdad de todos los países, deben llevarse adelante.

La búsqueda imprudente de Washington del unilateralismo durante los últimos cuatro años ha demostrado que el multilateralismo, a pesar de ser la ola del futuro humano, no es algo que la comunidad mundial pueda dar por sentado.

La nueva Administración de Estados Unidos ha extendido un gesto de bienvenida al aceptar volver al acuerdo climático de París y a la Organización Mundial de la Salud. No obstante, para que el multilateralismo genuino tenga éxito en el futuro, la comunidad mundial debe permanecer siempre alerta contra todo tipo de seudomultilateralismo.

Después de todo, el peligro de que una o pocas potencias se apropien del multilateralismo en beneficio propio es tan destructivo como, si no más, que la práctica tajante del unilateralismo.

 
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COMENTARIO: Prevenir todas las formas de seudomultilateralismo

Spanish.xinhuanet.com 2021-01-25 20:22:43

BEIJING, 25 ene (Xinhua) -- Hace cuatro años, cuando los líderes mundiales y los titanes de los negocios se reunieron en el Foro Económico Mundial (FEM) en la estación de esquí suiza de Davos, el mundo se enfrentaba a una elección entre seguir el camino del multilateralismo o dar paso al unilateralismo defendido por la doctrina de "Estados Unidos primero" (America First), impulsada desde Washington.

Cuatro años después, la comunidad internacional, profundamente desafiada por la pandemia y una recesión económica, así como otros abrumadores problemas mundiales, se enfrenta a la nueva y crítica prueba de resistir todas las formas de pseudomultilateralismo y defender el genuino.

Si bien la fiesta globalista del FEM en 2017 brindó un apoyo inequívoco al multilateralismo, el foro de este año, un evento virtual que se inaugura el lunes, proporciona un lugar oportuno para que la comunidad global reúna un mayor consenso mundial para tomar la decisión correcta una vez más.

El multilateralismo moderno puede remontarse a la época en que se negoció y resolvió la Paz de Westfalia. Nació para disminuir la influencia de los poderosos sobre los débiles y reducir los conflictos. En los siglos siguientes, el multilateralismo ha experimentado una evolución constante para satisfacer las necesidades de diferentes épocas.

Por ejemplo, las Naciones Unidas se fundaron como uno de los pilares del orden mundial de la posguerra para apuntalar la paz global tras la Segunda Guerra Mundial. El bloque BRICS, que agrupa a Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica, se formó cuando un crecimiento económico global sostenible necesita un aporte más fuerte y coordinado de las principales economías emergentes del mundo.

Sin embargo, una forma genuina de multilateralismo exige mucho más que algunos países agrupados con un propósito egoísta. La historia no carece de lecciones dolorosas sobre algunas potencias importantes que abusan del multilateralismo como herramienta de ambiciones hegemónicas. La guerra de Irak en 2003 fue un ejemplo clásico.

En este momento crucial de la historia de la humanidad, que plantea un desafío absoluto, es imperativo que la comunidad mundial desacredite y niegue todo tipo de manipulaciones del multilateralismo y siga el camino correcto.

Para empezar, la política de grupo cerrado suele camuflarse con el multilateralismo. Al reunirse, algunas potencias mundiales ricas han formado clubes exclusivos, buscando dictar la agenda mundial sobre cuestiones globales clave para anteponer sus intereses a los del resto del mundo.

Un segundo patrón de falso multilateralismo se encuentra en el intento de un puñado de países de monopolizar los derechos para estipular reglas para el mundo e imponer su voluntad a toda la comunidad internacional.

La época en que el mundo podía estar dominado por una o varias potencias importantes ha pasado y nunca volverá. Para un orden mundial más justo, los asuntos globales deben gestionarse colectivamente y las reglas del mundo deben ser escritas conjuntamente por todos los países, grandes o pequeños, ricos o pobres.

Además, se debe alertar sobre la peligrosa maniobra de ideologizar el multilateralismo para forjar alianzas basadas en valores dirigidas a países específicos. Esas acciones divisivas solo derrumbarán la confianza entre las naciones y fortalecerán el atrincheramiento ideológico que conducirá a una mayor confrontación.

Durante siglos, desde el ocaso de las dos guerras mundiales hasta el fin de la crisis financiera mundial de 2008, el multilateralismo, incluso en su etapa incipiente, ha demostrado ser una forma eficaz de suplantar la falta de gobernanza global en un momento de anarquía para el mundo, salvaguardar la paz mundial y promover la prosperidad global.

El mundo de hoy está experimentando cambios nunca antes vistos en un siglo, y la raza humana necesita más que nunca el multilateralismo para vencer al patógeno mortal, frenar el aumento del nivel del mar, impulsar la seguridad colectiva e impulsar el desarrollo común. Ninguna de esas tareas se puede realizar a través de individualidades.

Por supuesto, nadie debería esperar que los mecanismos multilaterales necesarios en el mundo de hoy sigan siendo exactamente los mismos que cuando se fundaron las Naciones Unidas. Sin embargo, los propósitos y principios establecidos en la Carta de las Naciones Unidas y otras normas fundamentales que rigen las relaciones internacionales, incluido el respeto mutuo por la soberanía y la igualdad de todos los países, deben llevarse adelante.

La búsqueda imprudente de Washington del unilateralismo durante los últimos cuatro años ha demostrado que el multilateralismo, a pesar de ser la ola del futuro humano, no es algo que la comunidad mundial pueda dar por sentado.

La nueva Administración de Estados Unidos ha extendido un gesto de bienvenida al aceptar volver al acuerdo climático de París y a la Organización Mundial de la Salud. No obstante, para que el multilateralismo genuino tenga éxito en el futuro, la comunidad mundial debe permanecer siempre alerta contra todo tipo de seudomultilateralismo.

Después de todo, el peligro de que una o pocas potencias se apropien del multilateralismo en beneficio propio es tan destructivo como, si no más, que la práctica tajante del unilateralismo.

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