LA HABANA, 17 ene (Xinhua) -- Cuba vivió una de las etapas más duras de los últimos diez meses en la última semana, cuando se registraron 19 muertes y 3.575 nuevos contagios con el nuevo coronavirus, cifras que ilustran el rebrote de la pandemia que sacude a la isla.
Tanto los decesos como los contagios constituyen un récord para una semana, etapa en que el Gobierno decidió establecer la fase de transmisión autóctona limitada en las occidentales provincias de La Habana y Matanzas, así como en las orientales de Santiago de Cuba y Guantánamo.
Tras esa medida 63 de los 158 municipios del país están en fase de transmisión autóctona limitada, entre ellos todos los de La Habana y Matanzas.
Las nuevas restricciones incluyen el cierre a partir desde el jueves de las escuelas en 34 municipios del país, entre ellos los 15 de La Habana.
"Esta es una enfermedad con peligros sobre todo cuando hay un aumento de los casos dentro de los grupos de riesgo", dijo en televisión el director nacional de Higiene y Epidemiología del Ministerio de Salud Pública (MINSAP), Francisco Durán, al informar sobre la evolución de la pandemia en la isla.
Los 3.575 infectados diagnosticados esta semana superan ampliamente los 2.152 reportados en los siete días anteriores, un resultado que confirma el repunte de los enfermos como consecuencia de las violaciones de los protocolos sanitarios aplicados a viajeros que llegan desde el exterior, especialmente para las fiestas de fin de año.
La Habana, con 1.068 casos, sigue siendo el territorio con mayor número de contagios, aunque la provincia de Guantánamo, en el extremo este de la isla, enfrenta un acelerado repunte con 206 casos reportados este domingo.
Desde el fin de semana anterior, la capital había aplicado restricciones como la suspensión del transporte público desde las 21:00 hasta las 05:00 y la suspensión de los viajes entre las provincias por trenes, ómnibus, aviones y embarcaciones.
También se suspendieron las actividades recreativas y culturales y quedó prohibida la estancia de personas en parques y lugares públicos, como el emblemático Malecón habanero, a partir de las 19:00.
Además se pusieron de nuevo en vigencia altas multas por la violación de las normas sanitarias como el uso de mascarilla, que aquí llaman nasobuso, la prohibición de celebrar fiestas y el quebrantamiento del aislamiento obligatorio para viajeros llegados del extranjero.
Desde el domingo anterior se exige a quienes llegan desde el extranjero una declaración de sanidad y una prueba de biología molecular en tiempo real, los conocidos test PCR, realizado como máximo 72 horas antes por laboratorios certificados de los países de origen.
Además se mantiene la realización de la prueba a todos los que ingresen al territorio nacional y quienes se alojen en hoteles, hostales o casas de renta deberán permanecer en aislamiento hasta tener el resultado negativo de esa prueba.
El país reabrió sus fronteras en noviembre tras ocho meses de cierre, pero con el nuevo año volvió a limitar la llegada de vuelos desde Estados Unidos, México, Panamá, República Dominicana, Bahamas y Haití.
Esa medida ha hecho disminuir los casos importados, que pasaron de 516 en la semana anterior a 220 durante los últimos siete días.
La cifra de casos activos llegó este domingo a 4.405 pacientes confirmados, entre los cuales hay 46 personas ingresadas en las salas de terapia intensiva, 11 de ellas reportadas como críticas y otras 35 como graves.
La isla tiene una tasa de incidencia de 37,19 por cada 100.000, de acuerdo a datos ofrecidos por el titular del MINSAP, José Ángel Portal.
El ministro ratificó esta semana en una comparecencia televisiva que Cuba continúa apostando para enfrentar a la COVID-19 por el desarrollo de las cuatro vacunas autóctonas, que están en distintas fases de ensayos clínicos.
