BUENOS AIRES, 7 ene (Xinhua) -- Saldar la deuda externa, recuperar la actividad económica en medio de un eventual rebrote de la enfermedad del nuevo coronavirus (COVID-19) y controlar la inflación, serán algunos de los desafíos más serios del gobierno de Argentina en 2021, consideró el vicepresidente de la Fundación para la Integración Latinoamericana (FILA), Jorge Marchini.
En entrevista con Xinhua, el economista sostuvo que el tema de la actividad económica "es una incógnita porque, si bien ha habido algún tipo de recuperación a nivel mundial, la perspectiva poco clara de cómo va a darse la evolución de la pandemia plantea nuevos efectos en la dinámica de la economía doméstica".
"La vacunación a nivel mundial genera una gran expectativa, es un proceso no inmediato y es complejo, sus resultados debemos evaluarlos en la medida que van funcionando y esto podría generar una expectativa que disipe un poco el panorama", dijo.
El analista se refirió a las actuales negociaciones que mantiene el gobierno de Alberto Fernández con el Fondo Monetario Internacional (FMI) para resolver una deuda por más de 44.100 millones de dólares, así como a las futuras y necesarias conversaciones con el Club de París, organización con la que el país se mantiene en cesación de pagos (default) desde el pasado 5 de junio.
Explicó que las negociaciones con el Club recibirán el impacto de los acuerdos alcanzados con el FMI, y recordó que en el caso del organismo financiero se busca un programa de facilidades extendidas (EFF, siglas en inglés) que otorgue al gobierno un margen de al menos cuatro años y medio para comenzar a pagar la deuda.
El también profesor de Economía de la Universidad de Buenos Aires (UBA) apuntó que un tercer objetivo desafiante será el control de la inflación, al tiempo que "se dan señales de recuperación de la actividad económica inmediata pero también un horizonte sobre el crecimiento y el desarrollo del país".
Señaló que existe una interdependencia en cada variable, de manera que una mejora de la actividad, después de la fuerte caída sufrida a lo largo del 2020, podría ser determinante en la inflación así como en las negociaciones para el tema de la deuda.
"La inflación responde a varios factores, no sólo a la emisión monetaria. También hay alza de precios por la incertidumbre y la desconfianza de los residentes argentinos en la moneda local, lo cual lleva a una presión en el tipo de cambio, así también está el abultado déficit fiscal y la suba de precios por disputas sectoriales", indicó.
"También existen condiciones dentro de la economía argentina como por ejemplo que el país exporta productos alimenticios, y la devaluación genera que se arrastren los precios internacionales a los precios domésticos, teniendo efecto sobre los costos y los precios locales, muchos de los cuales forman parte de la canasta básica", agregó.
Para Marchini, la asistencia del Banco Central de Argentina (BCRA) al gobierno, que se tradujo en una disposición de "adelantos transitorios netos" por 407.720 millones de pesos (unos 4.808 millones de dólares) de acuerdo con datos de la entidad monetaria, no sería el único factor causante de inflación además de haber sido una política necesaria en medio de una emergencia económica y sanitaria sin precedentes.
"En los países periféricos la emisión también ocurrió ya que la capacidad de financiamiento de estos países, la posibilidad de tomar crédito era más complejo, y esto ha significado que existe un déficit fiscal cubierto con una amplia emisión monetaria", dijo.
"Sin embargo, en el caso de Argentina hay una baja demanda, los salarios han caído, el nivel de desocupación ha aumentado, por lo tanto la emisión no se ha traducido en mayor consumo", enfatizó.
Para el experto, pese a los desafíos que enfrentará el país sudamericano a lo largo de este año, se augura una recuperación parcial de la actividad económica alentada por un buen desempeño de las exportaciones y por eventuales políticas de contención inflacionaria.
