COMENTARIO: Retirada de EE. UU. de Tratado de Cielos Abiertos pone en peligro paz mundial
                 Spanish.xinhuanet.com | 2020-11-24 22:38:20

BEIJING, 24 nov (Xinhua) -- Con su retirada el domingo del Tratado de Cielos Abiertos, Estados Unidos se aleja todavía más de las obligaciones que le corresponden, como única superpotencia del mundo, en cuanto a protección de la paz y seguridad mundial.

En un mundo de desafíos abundantes y crisis recurrentes, esta última medida unilateral de Washington añade sin duda más incertidumbre a una comunidad global cada vez más perpleja.

La preocupación más inmediata es que la retirada imprudente de EE. UU. del convenio desmantela una plataforma que servía a los firmantes para aminorar el riesgo de conflictos y generar confianza.

El tratado, que se firmó en 1992 y que entró en vigor en 2002, permite a los signatarios llevar a cabo vuelos de reconocimiento sin armas en territorio de los otros para recoger información sobre actividades militares a fin de reforzar la comprensión mutua, aumentar la confianza y promover la apertura y transparencia militar entre Washington, Moscú y los miembros de la OTAN en el mundo posterior a la Guerra Fría.

Hasta 2019, se habían conducido en virtud del pacto y de forma segura 1.500 vuelos.

Sin embargo, ahora que Washington le ha dado la espalda, el pacto será con probabilidad menos eficaz a la hora de reducir el riesgo de que haya juicios estratégicos erróneos y aplacar la confrontación geopolítica.

Cuando el secretario de Estado estadounidense, Mike Pompeo, trató de justificar la decisión afirmando que haría que EE. UU. estuviese más seguro, el Ministerio de Asuntos Exteriores ruso advirtió de que ni la seguridad europea ni la de Estados Unidos y sus aliados se beneficiarían de la retirada.

La medida unilateral estadounidense socava los acuerdos existentes sobre control de armas.

El tratado era reconocido como una parte muy importante de la arquitectura de control armamentístico global y, a lo largo de los años, había servido para reforzar la seguridad europea.

El acto obstinado de Washington no es más que el último episodio de la búsqueda sin escrúpulos por parte del país más poderoso del mundo de una "seguridad absoluta" en un mundo donde la seguridad colectiva se considera la opción correcta.

No es la primera vez que EE. UU. erosiona el sistema de control armamentístico. Desde su retirada del Tratado de Fuerzas Nucleares de Alcance Intermedio hasta su renuencia a extender el Nuevo Tratado de Reducción de Armas Estratégicas (Nuevo START), Washington ha frustrado una y otra vez los esfuerzos concertados de la comunidad internacional para lograr equilibrio y estabilidad estratégicos.

Ante los caprichos de EE. UU., incluso sus aliados han mostrado su inquietud. El ministro de Asuntos Exteriores alemán, Heiko Maas, afirmó que su país lamentaba la retirada de Washington y que seguía considerando el tratado "como una parte importante de la arquitectura de control de armas".

Al poner de forma obstinada sus intereses por encima de los intereses comunes del mundo, Estados Unidos está también fortaleciendo su imagen de superpotencia autoritaria y egocéntrica.

A lo largo de los últimos años, ha puesto a un lado sus deberes como gran país responsable retirándose de un tratado internacional tras otro, entre ellos, el acuerdo climático de París y el convenio nuclear de Irán.

Su alejamiento excesivo de la cooperación internacional y traición total al espíritu de consultas han minado el impulso colectivo del mundo a la hora de abordar el cambio climático, contener la proliferación nuclear, combatir el terrorismo y, más recientemente, luchar contra la pandemia del nuevo coronavirus.

Con su adicción a romper tratados y compromisos internacionales, Washington se ha convertido en el mayor violador del orden internacional y la mayor amenaza para la seguridad mundial.

En una época de interdependencia cada vez mayor, la mejor forma de garantizar los intereses vitales propios es garantizar los intereses compartidos de todos.

Sin embargo, los políticos en Washington, al seguir la doctrina miope de poner a "Estados Unidos primero", no hacen otra cosa que ir hacia atrás. Deberían cambiar de dirección lo antes posible.

 
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COMENTARIO: Retirada de EE. UU. de Tratado de Cielos Abiertos pone en peligro paz mundial

Spanish.xinhuanet.com 2020-11-24 22:38:20

BEIJING, 24 nov (Xinhua) -- Con su retirada el domingo del Tratado de Cielos Abiertos, Estados Unidos se aleja todavía más de las obligaciones que le corresponden, como única superpotencia del mundo, en cuanto a protección de la paz y seguridad mundial.

En un mundo de desafíos abundantes y crisis recurrentes, esta última medida unilateral de Washington añade sin duda más incertidumbre a una comunidad global cada vez más perpleja.

La preocupación más inmediata es que la retirada imprudente de EE. UU. del convenio desmantela una plataforma que servía a los firmantes para aminorar el riesgo de conflictos y generar confianza.

El tratado, que se firmó en 1992 y que entró en vigor en 2002, permite a los signatarios llevar a cabo vuelos de reconocimiento sin armas en territorio de los otros para recoger información sobre actividades militares a fin de reforzar la comprensión mutua, aumentar la confianza y promover la apertura y transparencia militar entre Washington, Moscú y los miembros de la OTAN en el mundo posterior a la Guerra Fría.

Hasta 2019, se habían conducido en virtud del pacto y de forma segura 1.500 vuelos.

Sin embargo, ahora que Washington le ha dado la espalda, el pacto será con probabilidad menos eficaz a la hora de reducir el riesgo de que haya juicios estratégicos erróneos y aplacar la confrontación geopolítica.

Cuando el secretario de Estado estadounidense, Mike Pompeo, trató de justificar la decisión afirmando que haría que EE. UU. estuviese más seguro, el Ministerio de Asuntos Exteriores ruso advirtió de que ni la seguridad europea ni la de Estados Unidos y sus aliados se beneficiarían de la retirada.

La medida unilateral estadounidense socava los acuerdos existentes sobre control de armas.

El tratado era reconocido como una parte muy importante de la arquitectura de control armamentístico global y, a lo largo de los años, había servido para reforzar la seguridad europea.

El acto obstinado de Washington no es más que el último episodio de la búsqueda sin escrúpulos por parte del país más poderoso del mundo de una "seguridad absoluta" en un mundo donde la seguridad colectiva se considera la opción correcta.

No es la primera vez que EE. UU. erosiona el sistema de control armamentístico. Desde su retirada del Tratado de Fuerzas Nucleares de Alcance Intermedio hasta su renuencia a extender el Nuevo Tratado de Reducción de Armas Estratégicas (Nuevo START), Washington ha frustrado una y otra vez los esfuerzos concertados de la comunidad internacional para lograr equilibrio y estabilidad estratégicos.

Ante los caprichos de EE. UU., incluso sus aliados han mostrado su inquietud. El ministro de Asuntos Exteriores alemán, Heiko Maas, afirmó que su país lamentaba la retirada de Washington y que seguía considerando el tratado "como una parte importante de la arquitectura de control de armas".

Al poner de forma obstinada sus intereses por encima de los intereses comunes del mundo, Estados Unidos está también fortaleciendo su imagen de superpotencia autoritaria y egocéntrica.

A lo largo de los últimos años, ha puesto a un lado sus deberes como gran país responsable retirándose de un tratado internacional tras otro, entre ellos, el acuerdo climático de París y el convenio nuclear de Irán.

Su alejamiento excesivo de la cooperación internacional y traición total al espíritu de consultas han minado el impulso colectivo del mundo a la hora de abordar el cambio climático, contener la proliferación nuclear, combatir el terrorismo y, más recientemente, luchar contra la pandemia del nuevo coronavirus.

Con su adicción a romper tratados y compromisos internacionales, Washington se ha convertido en el mayor violador del orden internacional y la mayor amenaza para la seguridad mundial.

En una época de interdependencia cada vez mayor, la mejor forma de garantizar los intereses vitales propios es garantizar los intereses compartidos de todos.

Sin embargo, los políticos en Washington, al seguir la doctrina miope de poner a "Estados Unidos primero", no hacen otra cosa que ir hacia atrás. Deberían cambiar de dirección lo antes posible.

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