LA HABANA, 7 nov (Xinhua) -- Cuba se apresta a recibir el impacto de la tormenta tropical Eta, luego de casi terminar una temporada ciclónica en la que el país ha sufrido pocas afectaciones, a pesar de que ocurrieron varios records meteorológicos.
El Instituto de Meteorología de Cuba indicó en un parte a las 21:00 horas locales (02:00 GMT) que Eta se encuentra en mares al sur del centro de la isla y puede ganar intensidad en las próximas horas.
La tormenta está a 110 kilómetros al sur-suroeste de Tunas de Zaza, en la provincia de Sancti Spíritus y a 145 kilómetros al suroeste de Júcaro, en la de Ciego de Ávila.
Se mueve al nordeste, disminuyendo su velocidad de traslación ligeramente hasta 22 kilómetros por hora y con ese rumbo y rapidez, se aproxima a la región central de Cuba, para penetrar por un punto en el litoral sur entre Sancti Spíritus y Ciego de Ávila.
Eta, que golpeó el martes a Nicaragua como un poderoso huracán y luego pasó por Honduras, dejó daños devastadores en Centroamérica, especialmente en Guatemala, donde hay 116 personas desaparecidas, 12 muertos y más de 144.000 damnificados.
"Lo principal es salvar las vidas", aseguró el presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, en referencia a impacto del fenómeno meteorológico sobre la isla.
El mandatario asistió a una reunión por video conferencia del Grupo gubernamental que sesiona dos veces por semana para analizar la situación con la COVID-19 y que en esta oportunidad revisó además los preparativos para enfrentar ese organismo meteorológico en todas las provincias del país.
Díaz-Canel indicó a las máximas autoridades de las provincias del centro y el oriente observar bien de cerca la evacuación de las personas, sobre todo en las áreas de inundación, las cuales están identificadas y previstas en los planes de reducción de desastres.
De manera particular, se refirió a aquellos poblados que están aguas abajo de las presas, ante el peligro de las intensas lluvias que podría ocasionar Eta.
Asimismo, comentó sobre la protección a los animales, las siembras, las casas de cultivos, las viviendas y las instalaciones que podrían sufrir daños con los vientos.
"Hay que prever cómo se distribuyen en cada provincia los recursos para la recuperación. Estos tienen que estar descentralizados, por si se corta la comunicación entre los territorios con las inundaciones y después no existe manera de pasar de un lado a otro el equipamiento y las fuerzas", señaló.
Cuba no es azotada por un huracán de grandes dimensiones desde 2017, cuando Irma recorrió la costa norte de oriente a occidente dejando 10 muertos y pérdidas materiales cuantificadas en 13.185 millones de dólares en viviendas, infraestructuras y en los sectores agrícola y ganadero, según datos oficiales.