Por Cristóbal Chávez Bravo
SANTIAGO, 26 sep (Xinhua) -- El próximo 25 de octubre los chilenos tendrán la posibilidad de decidir si quieren cambiar la Constitución vigente, una de las salidas políticas tras el estallido social que moviliza a la fecha a miles de personas que exigen derechos sociales y una clase política más transparente.
"Por primera vez en la historia de la República en Chile, el pueblo va a ser convocado para que se pronuncie respecto de si quiere cambiar de Constitución", dijo a Xinhua el abogado experto en Teoría Política y Derecho Constitucional, Jaime Bassa.
El profesor de la Escuela de Derecho de la Universidad de Valparaíso de Chile también recalcó que es la primera vez en todos los procesos constituyentes del país sudamericano que existe la posibilidad de participar de "manera democrática, sin intermediación de fuerzas armadas y golpes de Estado".
Bassa indicó que el día del plebiscito los chilenos emitirán dos votos: si aprueban o rechazan la redacción de una nueva Constitución y el tipo de órgano que quieren para redactar una Constitución.
En esta última consulta se dirimirá entre una convención constitucional íntegramente compuesta por personas elegidas democráticamente o una convención mixta donde la mitad estaría designada por el actual Congreso.
"Es muy probable que en octubre gane el apruebo y la convención constitucional, por lo que tendríamos luego elecciones de constituyentes en abril", proyectó.
Sobre la posible nueva Carta Magna, comentó que "podría cambiar de manera muy significativa los fundamentos a partir de los cuales se regula el ejercicio de los derechos fundamentales".
Y detalló que en los temas de la nueva Constitución hay "dos grandes vectores de transformación que debiera enfrentar": la desconcentración del poder, tanto territorial como institucional, y alejar del mercado los derechos fundamentales "especialmente los derechos de carácter sociales", explicó.
El viernes, cuando comenzó la transmisión de la franja televisiva en la que participaron partidos políticos a favor y en contra de la nueva Constitución para disuadir a la población en el plebiscito, facciones de los comandos del "Apruebo" y el "Rechazo" se congregaron en diferentes espacios de Chile.
En la Plaza Italia, el punto de encuentro de las convocatorias masivas en la capital y donde se han articulado las protestas sociales, el alcalde de Recoleta y miembro del comando "Apruebo Chile digno", Daniel Jadue, dijo que "estamos ante la oportunidad más importante en los últimos 30 años".
Existe la posibilidad de "tirar al basurero la Constitución de Pinochet y poder avanzar hacia la Constitución de un país como el que la mayoría del pueblo sueña", declaró Jadue a periodistas.
En tanto, el diputado Diego Schalper del partido derechista Renovación Nacional e integrante de la plataforma "Chile rechaza", aseveró en otra concentración que "Chile no necesita partir desde cero".
"Necesitamos que las reformas se hagan hoy día, no podemos esperar dos años y medio de incertidumbre para hacer los cambios que la gente necesita", agregó Schalper en referencia a que la promulgación y publicación de la nueva Constitución está prevista para 2022.
El informe "Radiografía del cambio social", a cargo del Centro de Estudios de Conflicto y Cohesión Social de Chile, difundido esta semana, arrojó que un 82 por ciento de los chilenos está de acuerdo con cambiar la Constitución.
Sin embargo, las organizaciones sociales, aunque apoyan el cambio constitucional, son perspicaces con la participación que puedan tener en la redacción de la posible nueva Carta Fundamental.
El presidente del Colegio de Profesores de Chile, Mario Aguilar, y miembro del colectivo Ciudadanía Constituyente, explicó a Xinhua que el movimiento social está en una desventaja para participar en el proceso constituyente.
Explicó que la elección de constituyentes estará subyugada a la integración de partidos políticos y al sistema de elección parlamentaria, que privilegia a los grandes conglomerados políticos por sobre los independientes.
"Nosotros lo que queremos es un proceso que no esté apropiado por la clase política, por eso nuestra identidad la resaltamos, que acá estamos quienes somos expresión del movimiento social y ciudadano y muchos acá seguimos insistiendo en la necesidad de una asamblea constituyente", exhortó.
El 18 de octubre pasado, tras un llamado de los estudiantes de secundaria para desacatar un alza de 0,04 dólares de los pasajes del metro de Santiago, estalló una crisis social en el país sudamericano en rechazo a la desigualdad, al encarecimiento de la vida y al modelo económico neoliberal instalado durante el gobierno militar de Augusto Pinochet (1973-1990), cuando se impuso la Constitución de 1980.
Este movimiento confluyó en el inicio del proceso para modificar esa Carta Magna que arrancará con el plebiscito del próximo 25 de octubre.
