ESPECIAL: Impactos de pandemia acentúa desafíos sociales para la educación brasileña

Actualizado 2020-09-10 09:12:06 | Spanish. xinhuanet. com

Por Edgardo Loguercio

BRASILIA, 9 sep (Xinhua) -- La pandemia de la COVID-19 impactó duramente a la educación brasileña, poniendo de relieve las desigualdades sociales y regionales, en especial debido a las dificultades de acceso a los medios técnicos para acompañar las clases de forma remota, que se tradujeron en un aumento de la deserción escolar.

El tercer país más afectado por la pandemia, después de Estados Unidos y la India, Brasil declaró el estado de calamidad pública a fines de marzo, suspendiendo las clases presenciales en todos los niveles educativos, y promoviendo clases online, una experiencia inédita para la mayoría de los docentes y estudiantes.

Aunque algunos estados brasileños han retomado en las últimas semanas parte de las actividades presenciales, la mayoría de las clases siguen suspendidas sin plazo de retorno.

Para la doctora Catarina de Almeida Santos, de la Universidad de Brasilia (UnB), especialista en Política Educacional, el impacto es mayor para la población de menores ingresos, para quienes la escuela representa un espacio seguro.

"La escuela ofrece la enseñanza de forma remota, pero esa población no tiene en casa acceso a tecnología, no tiene alimentación, y no tiene personas que los ayuden en el desarrollo de sus actividades", dijo Almeida a Xinhua en entrevista telefónica este miércoles.

"Esos estudiantes no están aprendiendo en la pandemia, aquellos que permanecen están aprendiendo de forma precaria. Y muchos no están consiguiendo hacer ninguna actividad", lamentó.

Aunque los perjuicios ocurren en todos los niveles, incluso en las universidades, donde muchos estudiantes también tienen dificultades de acceso, el impacto es mayor en la enseñanza básica.

"Tenemos 8 millones y medio de estudiantes en la educación superior, y 49 millones en la educación básica. En la educación superior, la mayoría están matriculados en instituciones privadas, pero en la educación básica es lo contrario, la mayoría está en las escuelas públicas", explicó.

Para Marcus Barao, vicepresidente del Consejo Nacional de la Juventud (Conjuve), un órgano que reúne a representantes gubernamentales y de la sociedad civil, es prioritario atender al alto nivel de deserción escolar.

En diálogo telefónico con Xinhua este miércoles, comentó los resultados de la encuesta Juventud y Pandemia del Coronavirus, realizada con más de 33.000 participantes de 15 a 29 años.

"El primer punto que llama la atención es la cuestión de la evasión escolar. Antes de la pandemia teníamos un número relevante, que puede aumentar. Cerca de 30 por ciento de los jóvenes ya pensaron en no retomar los estudios en el período pos-pandemia", explicó Barao, que coordinó la encuesta.

Ese aumento de la evasión ocurre por el temor de contaminación con el coronavirus, pero también por factores socioeconómicos, como relataron muchos estudiantes.

"El joven dice: no consigo acompañar todas las materias, porque soy de otro estado o porque mis padres perdieron el empleo, sólo vivo del auxilio de emergencia ahora, tal vez no consiga concluir mis estudios y tenga que volver a mi ciudad para trabajar y ayudar a mi familia", explicó.

Barao destacó que la evasión representa una pérdida potencial de renta de 37 por ciento a lo largo de la vida con relación a quien concluye sus estudios.

De acuerdo a la encuesta, además, 49 por ciento de los jóvenes que se proponían hacer el Examen Nacional de Enseñanza Media (ENEM), que funciona como pasaporte de ingreso a la universidad, dijeron que ya pensaron en desistir.

Según Almeida Santos, cuando regresen las clases presenciales, es necesario que el Estado haga una búsqueda activa de esos jóvenes que no pudieron mantener sus estudios.

"Este país tiene 70 millones de brasileños con más de 25 años de edad que no concluyeron la educación básica. Si esa juventud no regresa al sistema de enseñanza sólo va a engrosar esa cifra", advirtió.

"La garantía del derecho a la educación en Brasil es una tarea de largo plazo, no es algo que se resuelva en el corto plazo. Tenemos siglos de atraso con relación a la educación, y nunca conseguimos universalizar ese derecho", recordó.

Para la pos-pandemia, subrayó la investigadora de la UnB, será necesario repensar la escuela, y un punto fundamental es que los docentes sean escuchados para la formulación de políticas públicas.

"Está más que probado que la escuela no está dando cuenta de cumplir con su función, que es desarrollar el proceso de aprendizaje. Hay que mejorar la infraestructura y las condiciones de trabajo de los profesores, pero también repensar la currícula que tenemos y la educación que estamos ofreciendo", señaló.

"El proceso de gestión tiene que tomar en cuenta la opinión de los sujetos que realmente hacen la educación, que son los profesores y profesoras", concluyó.

 
Para cualquier sugerencia o consulta puede ponerse en contacto con nosotros a través del siguiente correo
electrónico:spanish@xinhuanet.com
分享
Xinhuanet

ESPECIAL: Impactos de pandemia acentúa desafíos sociales para la educación brasileña

Spanish.xinhuanet.com 2020-09-10 09:12:06

Por Edgardo Loguercio

BRASILIA, 9 sep (Xinhua) -- La pandemia de la COVID-19 impactó duramente a la educación brasileña, poniendo de relieve las desigualdades sociales y regionales, en especial debido a las dificultades de acceso a los medios técnicos para acompañar las clases de forma remota, que se tradujeron en un aumento de la deserción escolar.

El tercer país más afectado por la pandemia, después de Estados Unidos y la India, Brasil declaró el estado de calamidad pública a fines de marzo, suspendiendo las clases presenciales en todos los niveles educativos, y promoviendo clases online, una experiencia inédita para la mayoría de los docentes y estudiantes.

Aunque algunos estados brasileños han retomado en las últimas semanas parte de las actividades presenciales, la mayoría de las clases siguen suspendidas sin plazo de retorno.

Para la doctora Catarina de Almeida Santos, de la Universidad de Brasilia (UnB), especialista en Política Educacional, el impacto es mayor para la población de menores ingresos, para quienes la escuela representa un espacio seguro.

"La escuela ofrece la enseñanza de forma remota, pero esa población no tiene en casa acceso a tecnología, no tiene alimentación, y no tiene personas que los ayuden en el desarrollo de sus actividades", dijo Almeida a Xinhua en entrevista telefónica este miércoles.

"Esos estudiantes no están aprendiendo en la pandemia, aquellos que permanecen están aprendiendo de forma precaria. Y muchos no están consiguiendo hacer ninguna actividad", lamentó.

Aunque los perjuicios ocurren en todos los niveles, incluso en las universidades, donde muchos estudiantes también tienen dificultades de acceso, el impacto es mayor en la enseñanza básica.

"Tenemos 8 millones y medio de estudiantes en la educación superior, y 49 millones en la educación básica. En la educación superior, la mayoría están matriculados en instituciones privadas, pero en la educación básica es lo contrario, la mayoría está en las escuelas públicas", explicó.

Para Marcus Barao, vicepresidente del Consejo Nacional de la Juventud (Conjuve), un órgano que reúne a representantes gubernamentales y de la sociedad civil, es prioritario atender al alto nivel de deserción escolar.

En diálogo telefónico con Xinhua este miércoles, comentó los resultados de la encuesta Juventud y Pandemia del Coronavirus, realizada con más de 33.000 participantes de 15 a 29 años.

"El primer punto que llama la atención es la cuestión de la evasión escolar. Antes de la pandemia teníamos un número relevante, que puede aumentar. Cerca de 30 por ciento de los jóvenes ya pensaron en no retomar los estudios en el período pos-pandemia", explicó Barao, que coordinó la encuesta.

Ese aumento de la evasión ocurre por el temor de contaminación con el coronavirus, pero también por factores socioeconómicos, como relataron muchos estudiantes.

"El joven dice: no consigo acompañar todas las materias, porque soy de otro estado o porque mis padres perdieron el empleo, sólo vivo del auxilio de emergencia ahora, tal vez no consiga concluir mis estudios y tenga que volver a mi ciudad para trabajar y ayudar a mi familia", explicó.

Barao destacó que la evasión representa una pérdida potencial de renta de 37 por ciento a lo largo de la vida con relación a quien concluye sus estudios.

De acuerdo a la encuesta, además, 49 por ciento de los jóvenes que se proponían hacer el Examen Nacional de Enseñanza Media (ENEM), que funciona como pasaporte de ingreso a la universidad, dijeron que ya pensaron en desistir.

Según Almeida Santos, cuando regresen las clases presenciales, es necesario que el Estado haga una búsqueda activa de esos jóvenes que no pudieron mantener sus estudios.

"Este país tiene 70 millones de brasileños con más de 25 años de edad que no concluyeron la educación básica. Si esa juventud no regresa al sistema de enseñanza sólo va a engrosar esa cifra", advirtió.

"La garantía del derecho a la educación en Brasil es una tarea de largo plazo, no es algo que se resuelva en el corto plazo. Tenemos siglos de atraso con relación a la educación, y nunca conseguimos universalizar ese derecho", recordó.

Para la pos-pandemia, subrayó la investigadora de la UnB, será necesario repensar la escuela, y un punto fundamental es que los docentes sean escuchados para la formulación de políticas públicas.

"Está más que probado que la escuela no está dando cuenta de cumplir con su función, que es desarrollar el proceso de aprendizaje. Hay que mejorar la infraestructura y las condiciones de trabajo de los profesores, pero también repensar la currícula que tenemos y la educación que estamos ofreciendo", señaló.

"El proceso de gestión tiene que tomar en cuenta la opinión de los sujetos que realmente hacen la educación, que son los profesores y profesoras", concluyó.

010020070760000000000000011100001393574671