ESPECIAL: Cubanos prefieren jardines botánicos como destino en medio del plan de recuperación tras pandemia

Actualizado 2020-08-04 03:40:01 | Spanish. xinhuanet. com

Por Alien Fernández

CUBA-HABANA-JARDIN BOTANICO

Imagen del 30 de julio de 2020 de personas caminando en un área de recreación del Jardín Botánico Nacional de Cuba, ubicado a 25 kilómetros de La Habana, capital de Cuba. Cientos de cubanos visitan diariamente el Jardín Botánico Nacional de Cuba, un destino para reconectarse con la naturaleza en medio de las medidas de distanciamiento social que se han flexibilizado con el plan de recuperación implementado luego de la pandemia en el país caribeño. (Xinhua/Joaquín Hernández)

LA HABANA, 3 ago (Xinhua) -- Leonilda Pérez, una cubana de 56 años, decidió romper su rutina hogareña en la que pasaba casi todo el tiempo viendo televisión o navegando en internet y atravesó en autobús la capital cubana con su familia para llegar al Jardín Botánico Nacional, a unos 25 kilómetros del centro histórico de La Habana.

Cientos de cubanos toman a diario una decisión similar para reconectarse con la naturaleza y tomar un respiro del ajetreo y el bullicio de la urbe, en medio de las medidas de distanciamiento social que se han flexibilizado con el plan de recuperación implementado luego de la pandemia en el país caribeño.

Pérez, quien vive en el tercer piso de un pequeño apartamento en el municipio capitalino del Cerro, quería visitar un espacio al aire libre en el que sus nietos pudieran correr, oler las flores y jugar al fútbol.

La abuela cubana calificó el jardín como "un museo de plantas" y comentó que el poder curativo de la naturaleza es fundamental para deshacerse del estrés social provocado por la crisis de la pandemia de la enfermedad del nuevo coronavirus (COVID-19).

"Yo no quería venir aquí, prefería ir a la playa, pero ahora me doy cuenta que hay un mundo completamente nuevo por descubrir en este lugar. Los niños se sienten muy bien", dijo Pérez a Xinhua antes de sentarse en el césped de un área diseñada especialmente para días de campo.

Con unas 3.000 especies de plantas diferentes de Cuba y otras regiones del mundo, el Jardín Botánico Nacional perteneciente a la Universidad de La Habana desempeña un papel de liderazgo en los proyectos de investigación dirigidos sobre todo a la conservación de especies vegetales amenazadas.

A los visitantes les resulta imposible recorrer en un solo día todo el espacio, considerado uno de los más grandes del Caribe con 600 hectáreas de extensión, por lo que tienen que regresar si quieren una visión más completa de las aéreas verdes, donde se muestran cactus exóticos, pinos y magnolias.

El director de desarrollo y relaciones institucionales del jardín, Alejandro Palmarola, explicó a Xinhua que la institución se propone que las personas se diviertan, pero al mismo tiempo que adquieran hábitos relacionados con la convivencia armónica con el medio ambiente.

Palmarola, también presidente de la Sociedad Cubana de Botánica, consideró que la sostenibilidad ambiental debe ser un punto clave para el desarrollo del país durante la etapa posterior a la pandemia.

"En este lugar destaca una de las colecciones más importantes de plantas tropicales y es necesario que se vea como una extensión de las aéreas verdes de la ciudad, pero eso implica una conducta ambiental cada vez más responsable de la ciudadanía y las instituciones públicas", agregó.

En el jardín se han implementado rigurosos protocolos de salud y procedimientos de desinfección en cafeterías, restaurantes y el parque de atracciones, pero las personas también pueden encontrar áreas aisladas para quitarse las mascarillas y sentirse seguras mientras disfrutan de la belleza del lugar.

Entre las nuevas atracciones del Jardín Botánico Nacional se encuentra la opción del recorrido en tirolesa, que a diferencia de otros establecidos en áreas turísticas de algunos países, el servicio aquí tiene como objetivo sensibilizar al público sobre la importancia de la biodiversidad y la conservación.

Es el caso del visitante Marlon Méndez, quien no solo buscaba el aire puro, sino que quería sentir la adrenalina en sus venas, y por eso él y su hijo de tres años se enrolaron en la travesía de una hora en tirolesa sobre los árboles.

"Siempre tuve miedo a las alturas, pero decidí superar mi fobia y predicar con el ejemplo ante mi hijo. Los guías nos proporcionaron información sobre la fauna y la flora cubana", dijo a Xinhua tras soltar el arnés.

El Jardín Botánico Nacional de Cuba es también un destino para la observación de cerca de 120 especies de aves, que van desde endémicas hasta migratorias que transitan por el sur y otras que pasan el invierno en el país.

El sitio también busca convertirse en una referencia del desarrollo del ecoturismo del país y convidar a los amantes de la naturaleza a explorar la impresionante anatomía del lugar, considerado único por sus vistas de paisajes cubanos.

Como parte de la estrategia para difundir la cultura ambiental entre la población, el gobierno provincial de La Habana ha reforzado el servicio público de autobuses que transportan personas al Jardín Botánico Nacional y a la vez minimizar el hacinamiento en horas pico.

El director de la institución científica, Carlos Manuel Pérez, dijo a Xinhua que involucrar a los niños en la protección del medio ambiente es una de las prioridades del jardín, que también albergará un área de feria de alimentos y el primer sendero para bicicletas de montaña en La Habana.

"También estamos trabajando en la rehabilitación del pavimento, para que las personas puedan llegar en automóvil a diferentes aéreas. Esperamos que sigan incrementándose las visitas, porque nuestro jardín se ha convertido en el lugar perfecto para que las familias cubanas se distraigan en el contexto de la pandemia", señaló.

Aunque las obras de construcción comenzaron en 1968, no fue sino hasta 1984 que el Jardín Botánico Nacional abrió al público, convirtiéndose en parte de un corredor verde que proporciona oxígeno a los municipios densamente poblados y con poca vegetación.

Este espacio verde recibe en la actualidad a cerca de 2.500 visitantes los fines de semana y alrededor de 500 de lunes a viernes.

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ESPECIAL: Cubanos prefieren jardines botánicos como destino en medio del plan de recuperación tras pandemia

Spanish.xinhuanet.com 2020-08-04 03:40:01

Por Alien Fernández

CUBA-HABANA-JARDIN BOTANICO

Imagen del 30 de julio de 2020 de personas caminando en un área de recreación del Jardín Botánico Nacional de Cuba, ubicado a 25 kilómetros de La Habana, capital de Cuba. Cientos de cubanos visitan diariamente el Jardín Botánico Nacional de Cuba, un destino para reconectarse con la naturaleza en medio de las medidas de distanciamiento social que se han flexibilizado con el plan de recuperación implementado luego de la pandemia en el país caribeño. (Xinhua/Joaquín Hernández)

LA HABANA, 3 ago (Xinhua) -- Leonilda Pérez, una cubana de 56 años, decidió romper su rutina hogareña en la que pasaba casi todo el tiempo viendo televisión o navegando en internet y atravesó en autobús la capital cubana con su familia para llegar al Jardín Botánico Nacional, a unos 25 kilómetros del centro histórico de La Habana.

Cientos de cubanos toman a diario una decisión similar para reconectarse con la naturaleza y tomar un respiro del ajetreo y el bullicio de la urbe, en medio de las medidas de distanciamiento social que se han flexibilizado con el plan de recuperación implementado luego de la pandemia en el país caribeño.

Pérez, quien vive en el tercer piso de un pequeño apartamento en el municipio capitalino del Cerro, quería visitar un espacio al aire libre en el que sus nietos pudieran correr, oler las flores y jugar al fútbol.

La abuela cubana calificó el jardín como "un museo de plantas" y comentó que el poder curativo de la naturaleza es fundamental para deshacerse del estrés social provocado por la crisis de la pandemia de la enfermedad del nuevo coronavirus (COVID-19).

"Yo no quería venir aquí, prefería ir a la playa, pero ahora me doy cuenta que hay un mundo completamente nuevo por descubrir en este lugar. Los niños se sienten muy bien", dijo Pérez a Xinhua antes de sentarse en el césped de un área diseñada especialmente para días de campo.

Con unas 3.000 especies de plantas diferentes de Cuba y otras regiones del mundo, el Jardín Botánico Nacional perteneciente a la Universidad de La Habana desempeña un papel de liderazgo en los proyectos de investigación dirigidos sobre todo a la conservación de especies vegetales amenazadas.

A los visitantes les resulta imposible recorrer en un solo día todo el espacio, considerado uno de los más grandes del Caribe con 600 hectáreas de extensión, por lo que tienen que regresar si quieren una visión más completa de las aéreas verdes, donde se muestran cactus exóticos, pinos y magnolias.

El director de desarrollo y relaciones institucionales del jardín, Alejandro Palmarola, explicó a Xinhua que la institución se propone que las personas se diviertan, pero al mismo tiempo que adquieran hábitos relacionados con la convivencia armónica con el medio ambiente.

Palmarola, también presidente de la Sociedad Cubana de Botánica, consideró que la sostenibilidad ambiental debe ser un punto clave para el desarrollo del país durante la etapa posterior a la pandemia.

"En este lugar destaca una de las colecciones más importantes de plantas tropicales y es necesario que se vea como una extensión de las aéreas verdes de la ciudad, pero eso implica una conducta ambiental cada vez más responsable de la ciudadanía y las instituciones públicas", agregó.

En el jardín se han implementado rigurosos protocolos de salud y procedimientos de desinfección en cafeterías, restaurantes y el parque de atracciones, pero las personas también pueden encontrar áreas aisladas para quitarse las mascarillas y sentirse seguras mientras disfrutan de la belleza del lugar.

Entre las nuevas atracciones del Jardín Botánico Nacional se encuentra la opción del recorrido en tirolesa, que a diferencia de otros establecidos en áreas turísticas de algunos países, el servicio aquí tiene como objetivo sensibilizar al público sobre la importancia de la biodiversidad y la conservación.

Es el caso del visitante Marlon Méndez, quien no solo buscaba el aire puro, sino que quería sentir la adrenalina en sus venas, y por eso él y su hijo de tres años se enrolaron en la travesía de una hora en tirolesa sobre los árboles.

"Siempre tuve miedo a las alturas, pero decidí superar mi fobia y predicar con el ejemplo ante mi hijo. Los guías nos proporcionaron información sobre la fauna y la flora cubana", dijo a Xinhua tras soltar el arnés.

El Jardín Botánico Nacional de Cuba es también un destino para la observación de cerca de 120 especies de aves, que van desde endémicas hasta migratorias que transitan por el sur y otras que pasan el invierno en el país.

El sitio también busca convertirse en una referencia del desarrollo del ecoturismo del país y convidar a los amantes de la naturaleza a explorar la impresionante anatomía del lugar, considerado único por sus vistas de paisajes cubanos.

Como parte de la estrategia para difundir la cultura ambiental entre la población, el gobierno provincial de La Habana ha reforzado el servicio público de autobuses que transportan personas al Jardín Botánico Nacional y a la vez minimizar el hacinamiento en horas pico.

El director de la institución científica, Carlos Manuel Pérez, dijo a Xinhua que involucrar a los niños en la protección del medio ambiente es una de las prioridades del jardín, que también albergará un área de feria de alimentos y el primer sendero para bicicletas de montaña en La Habana.

"También estamos trabajando en la rehabilitación del pavimento, para que las personas puedan llegar en automóvil a diferentes aéreas. Esperamos que sigan incrementándose las visitas, porque nuestro jardín se ha convertido en el lugar perfecto para que las familias cubanas se distraigan en el contexto de la pandemia", señaló.

Aunque las obras de construcción comenzaron en 1968, no fue sino hasta 1984 que el Jardín Botánico Nacional abrió al público, convirtiéndose en parte de un corredor verde que proporciona oxígeno a los municipios densamente poblados y con poca vegetación.

Este espacio verde recibe en la actualidad a cerca de 2.500 visitantes los fines de semana y alrededor de 500 de lunes a viernes.

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