COMENTARIO: Mentiras de Pompeo sobre China serán contraproducentes para él y su Gobierno
                 Spanish.xinhuanet.com | 2020-07-27 19:40:48

BEIJING, 27 jul (Xinhua) -- El discurso reciente del secretario de Estado estadounidense, Mike Pompeo, sobre China está lleno de mentiras políticas y prejuicios ideológicos que tendrán un efecto contrario al esperado y destruirán no solo su propia credibilidad, sino también la del Gobierno de su país.

En una intervención en la Biblioteca Presidencial Richard Nixon, Pompeo atacó con dureza al Partido Comunista de China (PCCh) y el sistema social chino, mostrando una vez más la obsoleta mentalidad de guerra fría de Washington.

Las mentiras de Pompeo están prácticamente por todas partes. Según algunos de los principales medios estadounidenses, durante sus dos años como secretario de Estado ha bombardeado a países como China, Rusia e Irán, y también a organizaciones y agencias internacionales como la ONU, la OMS y el FMI, con la invención de acusaciones despiadadas.

Las mentiras del secretario de Estado estadounidense están, además, cargadas de contradicciones.

En febrero, Pompeo anunció que EE. UU. estaba preparado para asistir con hasta 100 millones de dólares a China y otros países afectados por el coronavirus. A día de hoy, no hay señal alguna de esta ayuda y, además, Washington decidió congelar su financiación a la OMS, la agencia de salud líder en el mundo de que dependen la mayoría de países en desarrollo y menos desarrollados.

En abril, en una conversación telefónica con la parte china, aseguró que el brote era un reto común para la comunidad internacional y su país estaba dispuesto a trabajar con China para reforzar la cooperación bilateral en el combate al virus. Días después, sin embargo, acusó de forma injustificada al país asiático de no haber reportado el brote a su debido tiempo.

Para Pompeo, los hechos y la verdad se pueden distorsionar si eso beneficia a sus intereses personales. En pleno combate a la COVID-19, difamar a China es su arma más poderosa para satisfacer a la Administración estadounidense, garantizar su puesto en la Casa Blanca y desviar la atención de la deficiente respuesta de su país a la pandemia.

Sin embargo, la verdad habla por sí misma. El sistema social y el camino de desarrollo chinos se han ganado el apoyo firme de su pueblo en los últimos más de 70 años, un apoyo que nunca cambiará como Washington pretende.

Con el liderazgo del PCCh, China ha logrado avances notables a nivel político, económico, social, entre otros ámbitos, que han sido reconocidos en todo el mundo, y ha mejorado de forma ostensible la vida de sus habitantes, cientos de millones de los cuales han salido de la extrema pobreza.

China, además, ha colaborado a mantener la paz mundial, al tiempo que ha contribuido al desarrollo mundial y a la protección del orden internacional basado en las normas.

El intento de Pompeo de demonizar a China en su beneficio político, es contraproducente, pues el pasado y la realidad demuestran que los dos países ganan de la cooperación y pierden de la confrontación.

Las mentiras se vuelven contra uno mismo. Ha llegado la hora de que Pompeo se dé cuenta, cure su adicción a atacar a China lo antes posible y empiece a dedicar sus energías a arreglar los problemas de su propio país.

 
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COMENTARIO: Mentiras de Pompeo sobre China serán contraproducentes para él y su Gobierno

Spanish.xinhuanet.com 2020-07-27 19:40:48

BEIJING, 27 jul (Xinhua) -- El discurso reciente del secretario de Estado estadounidense, Mike Pompeo, sobre China está lleno de mentiras políticas y prejuicios ideológicos que tendrán un efecto contrario al esperado y destruirán no solo su propia credibilidad, sino también la del Gobierno de su país.

En una intervención en la Biblioteca Presidencial Richard Nixon, Pompeo atacó con dureza al Partido Comunista de China (PCCh) y el sistema social chino, mostrando una vez más la obsoleta mentalidad de guerra fría de Washington.

Las mentiras de Pompeo están prácticamente por todas partes. Según algunos de los principales medios estadounidenses, durante sus dos años como secretario de Estado ha bombardeado a países como China, Rusia e Irán, y también a organizaciones y agencias internacionales como la ONU, la OMS y el FMI, con la invención de acusaciones despiadadas.

Las mentiras del secretario de Estado estadounidense están, además, cargadas de contradicciones.

En febrero, Pompeo anunció que EE. UU. estaba preparado para asistir con hasta 100 millones de dólares a China y otros países afectados por el coronavirus. A día de hoy, no hay señal alguna de esta ayuda y, además, Washington decidió congelar su financiación a la OMS, la agencia de salud líder en el mundo de que dependen la mayoría de países en desarrollo y menos desarrollados.

En abril, en una conversación telefónica con la parte china, aseguró que el brote era un reto común para la comunidad internacional y su país estaba dispuesto a trabajar con China para reforzar la cooperación bilateral en el combate al virus. Días después, sin embargo, acusó de forma injustificada al país asiático de no haber reportado el brote a su debido tiempo.

Para Pompeo, los hechos y la verdad se pueden distorsionar si eso beneficia a sus intereses personales. En pleno combate a la COVID-19, difamar a China es su arma más poderosa para satisfacer a la Administración estadounidense, garantizar su puesto en la Casa Blanca y desviar la atención de la deficiente respuesta de su país a la pandemia.

Sin embargo, la verdad habla por sí misma. El sistema social y el camino de desarrollo chinos se han ganado el apoyo firme de su pueblo en los últimos más de 70 años, un apoyo que nunca cambiará como Washington pretende.

Con el liderazgo del PCCh, China ha logrado avances notables a nivel político, económico, social, entre otros ámbitos, que han sido reconocidos en todo el mundo, y ha mejorado de forma ostensible la vida de sus habitantes, cientos de millones de los cuales han salido de la extrema pobreza.

China, además, ha colaborado a mantener la paz mundial, al tiempo que ha contribuido al desarrollo mundial y a la protección del orden internacional basado en las normas.

El intento de Pompeo de demonizar a China en su beneficio político, es contraproducente, pues el pasado y la realidad demuestran que los dos países ganan de la cooperación y pierden de la confrontación.

Las mentiras se vuelven contra uno mismo. Ha llegado la hora de que Pompeo se dé cuenta, cure su adicción a atacar a China lo antes posible y empiece a dedicar sus energías a arreglar los problemas de su propio país.

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