BEIJING, 23 jul (Xinhua) -- Beijing ha relajado del nivel II al III su respuesta de emergencia ante la neumonía COVID-19, sentando un ejemplo sobre cómo una metrópoli puede contener un brote con acciones constantes que logran una mejoría en la situación epidémica.
El anuncio de la capital china de mejorar su respuesta de emergencia se produce después de cumplir el domingo 14 días sin informar sobre nuevos casos confirmados de la enfermedad.
Durante la lucha contra el rebrote iniciado a mediados de junio, Beijing adoptó medidas coordinadas, científicas y precisas de prevención y control.
La ventaja política de China, que le permite agrupar recursos para enfrentar grandes problemas, destaca claramente en el éxito de Beijing en el control de la epidemia.
Fuerzas de diferentes sectores del país fueron movilizadas con el fin de facilitar el rastreo e investigación epidemiológica, las pruebas de ácido nucleico, los tratamientos médicos, la prevención y el control a nivel comunitario, así como el apoyo material de la capital.
Durante ese proceso fueron mejoradas las armas científicas y tecnológicas para combatir el virus. Gracias al avance en este campo, el mercado de productos agrícolas mayoristas de Xinfadi se identificó rápidamente como el lugar de origen del riesgo epidemiológico.
La combinación de medicina tradicional china y occidental también resultó efectiva en el tratamiento de los pacientes. Se utilizaron tecnologías de macrodatos e inteligencia artificial para que Beijing pudiera tomar medidas dinámicas en diferentes áreas en función de las condiciones locales en constante evolución.
La precisión fue clave. Una serie de medidas específicas y flexibles han asegurado que los pasos relacionados con la respuesta se implementen hasta los niveles de base.
Más de 1,6 millones de habitantes, incluidos funcionarios del Gobierno, residentes y voluntarios, llevaron a cabo las medidas a nivel comunitario para que cada persona infectada fuese encontrada y tratada con prontitud, así como para atender a aquellos en cuarentena.
En una ciudad de más de 20 millones, nadie es un espectador. Con el fin de evitar una crisis sanitaria, la ciudadanía ha cooperado usando mascarillas, sometiéndose voluntariamente a pruebas de ácido nucleico y por cualquier otro medio a su alcance, estableciendo un precedente clásico de guerra popular contra el virus.
Todos los esfuerzos se han llevado a cabo de acuerdo con la filosofía de gobernanza de considerar la vida y la salud de la población como la máxima prioridad.
La situación epidémica en Beijing se ha estabilizado, pero esto no es excusa para la flojedad o el descuido, ya que el nuevo coronavirus puede coexistir con los seres humanos durante mucho tiempo de cara al futuro. Además, el riesgo de un rebrote permanece a medida que se intensifica la pandemia global.
China continuará apegándose a la estrategia de prevenir casos importados y rebrotes locales, uniéndose a la cooperación global para derrotar al coronavirus. Una victoria real es unicamente una victoria de todos.
