NUEVA YORK, 9 jul (Xinhua) -- La tasa de pruebas no ha conseguido ponerse al día con el gran auge de casos diarios en Estados Unidos y el país más afectado por el coronavirus "no tiene todavía control en los tests" debido a diversos factores, publicó el domingo "Politico".
En la última semana, se han realizado más de cuatro millones de pruebas en el país, que tiene una población superior a los 328 millones de personas. Sin embargo, el incremento desbordante de contagios nuevos ha robado la atención del aumento de tests.
Expertos en salud pública advirtieron de que el brote podría "quedar fuera de control en los meses proximos", según "Politico".
Una pieza de opinión en la publicación enumeró cinco factores que explican la crisis de pruebas en EE. UU.
En primer lugar, los problemas en la cadena de suministro siguen siendo intrincados. Los laboratorios comerciales en el país todavía no han conseguido acopiar suficientes reservas de reactivos, que son indispensables para producir muestras para las pruebas.
En segundo lugar, la reapertura lleva a un auge de la demanda. Los laboratorios se están quedando sin capacidad para analizar las muestras que se amontonan como resultado de la presión para hacer tests en cárceles y residencias de ancianos, empresas o también en hospitales en el caso de pacientes que se van a someter a cirugía electiva.
"Podemos completar entre 5.000 y 7.000 pruebas al día, cantidad que creemos que es adecuada para manejar la enfermedad", dijo a "Politico" el gobernador de Hawái, David Ige. Sin embargo, añadió, "la reapertura creará un dilema real y un reto en cuanto a pruebas una vez que estemos cerca del nivel normal de turismo".
Y lo que es más, la realización de pruebas en sí misma está lejos de ser suficiente para contener la propagación del virus, resaltó la información, y añadió que rastrear los contactos de los casos confirmados, someterlos a pruebas y ponerlos en cuarentena es importante para abordar la epidemia.
Añadió también que "las pruebas en desiertos", que albergan a 20 millones de estadounidenses, sobre todo a gente de color, así como la falta de una estrategia nacional por parte de la Casa Blanca, han agravado también la crisis en lo que respecta a las pruebas.
