ESPECIAL: Cuba revitaliza la cooperación médica internacional

Actualizado 2020-04-23 08:42:27 | Spanish. xinhuanet. com

Por Raúl Menchaca

LA HABANA, 22 abr (Xinhua) -- En medio de la pandemia mundial por el nuevo coronavirus (COVID-19), el gobierno cubano ha enviado brigadas médicas a 21 países, lo que constituye una revitalización de la cooperación internacional de la isla.

Poco más de un millar de profesionales cubanos de la salud, agrupados en 22 contingentes, llegaron en las últimas semanas a 21 naciones, entre ellas Italia, Andorra y Qatar, a solicitud de sus respectivos gobiernos ante el arrollador avance del COVID-19.

Los médicos, enfermeras y especialistas forman parte del Contingente Internacional de Médicos Especializados en Situaciones de Desastres y Graves Epidemias Henry Reeve, constituido en septiembre de 2005 por el entonces presidente cubano Fidel Castro.

La brigada se organizó para brindar asistencia médica a los damnificados tras el devastador azote del huracán Katrina en el sur de Estados Unidos, ayuda que rechazó el gobierno de George W. Bush en ese entonces.

En su paso por el sur estadounidense, y en particular por la ciudad de Nueva Orleans, el fenómeno meteorológico dejo una estela de 1.833 muertos, 107.379 casas inundadas y daños materiales valuados en 146.000 millones de dólares.

Castro conformó entonces el grupo de cooperantes, cuya brigada tomó el nombre del estadounidense Henry Reeve (1850-1876), quien en 1869 se alistó como voluntario en la primera de las tres guerras cubanas contra el colonialismo español y llegó a alcanzar el grado de General de brigada del Ejército Libertador.

"Desde hace mucho tiempo se puede hablar de la ideología de justicia social de la Revolución Cubana, que es un valor ético de esta sociedad que exporta la solidaridad de manera natural", afirma a Xinhua el politólogo Darío Machado, al referirse a la cooperación médica cubana.

Esa colaboración se inició en 1963, cuando la isla envió una primera brigada médica a Argelia, que había sufrido un violento terremoto, y desde entonces casi medio millón de cooperantes cubanos han prestado ayuda a 164 países, de acuerdo con cifras oficiales.

En el caso particular de la Brigada Henry Reeve unos 8.000 profesionales se desplegaron antes en 22 naciones para enfrentar los efectos de inundaciones, huracanes, terremotos y epidemias.

En ese sentido, sobresalen las tres brigadas que enfrentaron el virus del ébola en Sierra Leona, Guinea y Liberia entre 2014 y 2015, por solicitud del entonces secretario general de la Organización de Naciones Unidas, Ban Ki-moon y la entonces directora general de la Organización Mundial de la Salud, Margaret Chan.

Ahora, la isla cuenta con unos 29.000 colaboradores en 64 países, aunque casi la mitad de ellos están en Venezuela, pero desde el inicio mismo de la pandemia del nuevo coronavirus, el gobierno cubano comenzó a prestar a ayuda a quienes se lo solicitan.

"En medio del acecho del nuevo coronavirus SARS-CoV-2, la decisión de nuestro gobierno ha sido mantener la colaboración médica, y en aquellas naciones donde existen internacionalistas cubanos, convertirlos en bastión de avanzada para enfrentar la pandemia", dijo en fecha reciente el presidente Miguel Díaz-Canel.

Hace una semana, el gobierno cubano, en una declaración de la cancillería, defendió la "necesidad de cooperación pese a las diferencias políticas" entre naciones para combatir el coronavirus y criticó a Estados Unidos por buscar descalificar a la Organización Mundial de la Salud.

"La dimensión de la actual crisis nos obliga a cooperar y a practicar la solidaridad, incluso reconociendo diferencias políticas", subrayó el texto donde se aclaró que Cuba ha "respondido a solicitudes de cooperación sin detenernos a evaluar coincidencias políticas o ventajas económicas".

El actual Programa de Cooperación Médica cubana se basa en la solidaridad, pues los cooperantes trabajan, por lo general, en zonas a las que no suelen acudir los médicos de los países beneficiados, ya sea por su lejanía, difícil acceso o por el riesgo sanitario.

En esas misiones, los profesionales cubanos reciben un estipendio para su sustento, aunque sus familiares en la isla continúan percibiendo los salarios correspondientes a cada uno.

En algunos casos, el gobierno cubano cobra por la exportación de esos servicios profesionales, lo que constituye el primer rubro de la economía cubana, que en 2018 alcanzó ingresos por 6.300 millones de dólares, según datos de la estatal Oficina Nacional de Estadísticas e Información.

Sin embargo, un cambio en el mapa político en América Latina hizo que los gobiernos de Brasil, Bolivia, Ecuador y El Salvador cancelaran sus contratos con los cooperantes médicos cubanos.

Estados Unidos, que mantiene un ácido diferendo político con Cuba, a la que aplica un férreo bloqueo desde hace más de medio siglo, acusa al gobierno antillano de quedarse con el grueso de los ingresos que genera la cooperación sanitaria.

Hace apenas cuatro semanas, el Departamento de Estado exhortó a rechazar la cooperación cubana para enfrentar el nuevo coronavirus, al considerarla una forma de explotación laboral.

La cancillería cubana respondió que "la campaña de descrédito del gobierno de Estados Unidos es inmoral y particularmente ofensiva para Cuba y el mundo en momentos de una pandemia que nos amenaza a todos".

Las autoridades cubanas argumentan que esos recursos contribuyen a sostener el sistema universal y gratuito de salud, que este año demanda el 28 por ciento del presupuesto estatal, una erogación equivalente a 12.740 millones de dólares. Fin

 
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Spanish.xinhuanet.com 2020-04-23 08:42:27

Por Raúl Menchaca

LA HABANA, 22 abr (Xinhua) -- En medio de la pandemia mundial por el nuevo coronavirus (COVID-19), el gobierno cubano ha enviado brigadas médicas a 21 países, lo que constituye una revitalización de la cooperación internacional de la isla.

Poco más de un millar de profesionales cubanos de la salud, agrupados en 22 contingentes, llegaron en las últimas semanas a 21 naciones, entre ellas Italia, Andorra y Qatar, a solicitud de sus respectivos gobiernos ante el arrollador avance del COVID-19.

Los médicos, enfermeras y especialistas forman parte del Contingente Internacional de Médicos Especializados en Situaciones de Desastres y Graves Epidemias Henry Reeve, constituido en septiembre de 2005 por el entonces presidente cubano Fidel Castro.

La brigada se organizó para brindar asistencia médica a los damnificados tras el devastador azote del huracán Katrina en el sur de Estados Unidos, ayuda que rechazó el gobierno de George W. Bush en ese entonces.

En su paso por el sur estadounidense, y en particular por la ciudad de Nueva Orleans, el fenómeno meteorológico dejo una estela de 1.833 muertos, 107.379 casas inundadas y daños materiales valuados en 146.000 millones de dólares.

Castro conformó entonces el grupo de cooperantes, cuya brigada tomó el nombre del estadounidense Henry Reeve (1850-1876), quien en 1869 se alistó como voluntario en la primera de las tres guerras cubanas contra el colonialismo español y llegó a alcanzar el grado de General de brigada del Ejército Libertador.

"Desde hace mucho tiempo se puede hablar de la ideología de justicia social de la Revolución Cubana, que es un valor ético de esta sociedad que exporta la solidaridad de manera natural", afirma a Xinhua el politólogo Darío Machado, al referirse a la cooperación médica cubana.

Esa colaboración se inició en 1963, cuando la isla envió una primera brigada médica a Argelia, que había sufrido un violento terremoto, y desde entonces casi medio millón de cooperantes cubanos han prestado ayuda a 164 países, de acuerdo con cifras oficiales.

En el caso particular de la Brigada Henry Reeve unos 8.000 profesionales se desplegaron antes en 22 naciones para enfrentar los efectos de inundaciones, huracanes, terremotos y epidemias.

En ese sentido, sobresalen las tres brigadas que enfrentaron el virus del ébola en Sierra Leona, Guinea y Liberia entre 2014 y 2015, por solicitud del entonces secretario general de la Organización de Naciones Unidas, Ban Ki-moon y la entonces directora general de la Organización Mundial de la Salud, Margaret Chan.

Ahora, la isla cuenta con unos 29.000 colaboradores en 64 países, aunque casi la mitad de ellos están en Venezuela, pero desde el inicio mismo de la pandemia del nuevo coronavirus, el gobierno cubano comenzó a prestar a ayuda a quienes se lo solicitan.

"En medio del acecho del nuevo coronavirus SARS-CoV-2, la decisión de nuestro gobierno ha sido mantener la colaboración médica, y en aquellas naciones donde existen internacionalistas cubanos, convertirlos en bastión de avanzada para enfrentar la pandemia", dijo en fecha reciente el presidente Miguel Díaz-Canel.

Hace una semana, el gobierno cubano, en una declaración de la cancillería, defendió la "necesidad de cooperación pese a las diferencias políticas" entre naciones para combatir el coronavirus y criticó a Estados Unidos por buscar descalificar a la Organización Mundial de la Salud.

"La dimensión de la actual crisis nos obliga a cooperar y a practicar la solidaridad, incluso reconociendo diferencias políticas", subrayó el texto donde se aclaró que Cuba ha "respondido a solicitudes de cooperación sin detenernos a evaluar coincidencias políticas o ventajas económicas".

El actual Programa de Cooperación Médica cubana se basa en la solidaridad, pues los cooperantes trabajan, por lo general, en zonas a las que no suelen acudir los médicos de los países beneficiados, ya sea por su lejanía, difícil acceso o por el riesgo sanitario.

En esas misiones, los profesionales cubanos reciben un estipendio para su sustento, aunque sus familiares en la isla continúan percibiendo los salarios correspondientes a cada uno.

En algunos casos, el gobierno cubano cobra por la exportación de esos servicios profesionales, lo que constituye el primer rubro de la economía cubana, que en 2018 alcanzó ingresos por 6.300 millones de dólares, según datos de la estatal Oficina Nacional de Estadísticas e Información.

Sin embargo, un cambio en el mapa político en América Latina hizo que los gobiernos de Brasil, Bolivia, Ecuador y El Salvador cancelaran sus contratos con los cooperantes médicos cubanos.

Estados Unidos, que mantiene un ácido diferendo político con Cuba, a la que aplica un férreo bloqueo desde hace más de medio siglo, acusa al gobierno antillano de quedarse con el grueso de los ingresos que genera la cooperación sanitaria.

Hace apenas cuatro semanas, el Departamento de Estado exhortó a rechazar la cooperación cubana para enfrentar el nuevo coronavirus, al considerarla una forma de explotación laboral.

La cancillería cubana respondió que "la campaña de descrédito del gobierno de Estados Unidos es inmoral y particularmente ofensiva para Cuba y el mundo en momentos de una pandemia que nos amenaza a todos".

Las autoridades cubanas argumentan que esos recursos contribuyen a sostener el sistema universal y gratuito de salud, que este año demanda el 28 por ciento del presupuesto estatal, una erogación equivalente a 12.740 millones de dólares. Fin

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