Por Alien Fernández
LA HABANA, 3 abr (Xinhua) -- La voluntad política del Partido Comunista y el Estado Chino, de poner fin a la pobreza durante el año 2020, es más fuerte que los efectos económicos que podría ocasionar el COVID-19, aseguró el analista político cubano Eduardo Regalado.
Como especialista, Regalado ha dedicado unos 20 años de su vida a realizar estudios sobre China y está convencido de que ese país tiene una "probada resilencia ante eventos de gran magnitud", que impedirá cualquier retroceso de los planes del gobierno para barrer la pobreza.
En entrevista con Xinhua, el experto en Asia, del Centro de Investigaciones de Política Internacional (CIPI) de Cuba, subrayó que China no solo ha destinado cuantiosos recursos financieros a combatir la pobreza, también ha demostrado una gran capacidad de maniobra, designando cuadros con experiencia de dirección y compromiso para tal propósito.
Los directivos de la Oficina del Grupo Dirigente del Alivio de la Pobreza y el Desarrollo del Consejo de Estado de China, informaron recientemente que la determinación para eliminar la pobreza sigue siendo firme a pesar del impacto del nuevo coronavirus.
Al respecto, el analista cubano aseveró que una de las fortalezas de la nación asiática para cumplir esos planes, radica en establecer, con claridad, las necesidades a solucionar de las personas pobres.
"Se estructuró una colaboración entre las regiones para apoyar a las zonas más atrasadas, empoderar a los sectores pobres y reforzar la educación", comentó.
El experto, además, destacó el impacto del programa diseñado para las zonas rurales, donde se "estimula el incremento de la producción, el desarrollo educativo, la seguridad social y las inversiones en servicios sanitarios y transporte".
Regalado sostiene que los avances de China durante todos estos años en materia de reducción de la pobreza han sido posibles por el liderazgo del presidente Xi Jinping.
"El mandatario ha definido los aspectos claves para medir el avance, resolviendo de este modo, problemas como a quiénes se debe ayudar, quién presta la ayuda, cómo se hace y cuándo se dejan de recibir las mismas", detalló.
El gobierno chino afirmó que las tareas para el alivio de la pobreza del país están casi terminadas ya que el número de personas empobrecidas ha disminuido a 5,51 millones a fines de 2019 de los 98,99 millones al cierre de 2012, y el número de distritos afectados por la pobreza se redujo a 52 en 2020.
"Esos avances se alcanzan solo en una sociedad socialista", dice el analista cubano, quien sostiene que "el socialismo es inherente a la lucha contra la pobreza, por la equidad y por el mejoramiento de las condiciones de vida de cada miembro de la sociedad".
Recordó que al triunfo de la República Popular China, las condiciones sociales del país eran pésimas, con una profunda pobreza, situación que fue mejorando gracias a la llegada del socialismo.
"No obstante, los avances en el período pre-reforma no se correspondían con las necesidades de tantos millones de personas debido a convulsiones sociales y la dinámica del desarrollo de la época", explica el entrevistado.
Considera que fue el proceso de Reforma y Apertura, iniciado en 1978, el que priorizó el desarrollo y estableció políticas robustas contra la pobreza.
Desde entonces, según cifras oficiales, alrededor de 13 millones de chinos salen cada año de condiciones de vida humildes.
Con tales estadísticas, "China se ha convertido en el primer país en alcanzar las metas de reducción de la pobreza que se plantea la ONU en sus Objetivos de Desarrollo del Milenio", precisa el analista.
Regalado, quien ha ido como académico más de diez veces a China, fue enfático al asegurar que "por la dinámica de desarrollo, su voluntad política y organización social, difícilmente alguna nación alcance los éxitos de China en su lucha sin descanso contra la pobreza".
