COMENTARIO: El "virus político" de Washington es destructivo para lucha mundial contra coronavirus

Actualizado 2020-03-16 21:49:22 | Spanish. xinhuanet. com

BEIJING, 16 mar (Xinhua) -- Con más de 83.000 casos confirmados fuera de China según datos de hoy lunes, la batalla global contra el nuevo coronavirus ha entrado en una etapa crucial.

Sin embargo, en lugar de sumarse al resto del mundo en la batalla contra la epidemia, algunos políticos estadounidenses están utilizando el coronavirus como arma para difamar a China y difundir, a voluntad, su "virus político".

En un momento que exige solidaridad contra un desafío común para la humanidad, las acciones de estos fustigadores de China, perniciosos y pueriles, no harán más que obstaculizar la coordinación y los intercambios internacionales, e impedir un frente unido para vencer la enfermedad.

Desde que se inició el brote, algunos políticos estadounidenses se han dedicado a representar su frívolo teatro político.

El secretario de Estado Mike Pompeo no solo insistió en llamar el nuevo virus "coronavirus de Wuhan", sino que también culpó a Beijing de dar datos que calificó de imperfectos y que, según aseguró, pusieron a Estados Unidos "detrás de la curva" en la contención del brote. El asesor de Seguridad Nacional Robert O'Brien también acusó falsamente a China de encubrir el brote.

Ignorando totalmente las medidas decisivas de China, las cuales han dado al mundo un tiempo precioso al mundo para prepararse ante la epidemia y han recabado el reconocimiento de la comunidad internacional, las "élites políticas" en la Casa Blanca no han tenido en cuenta más que su agenda política de contener a China. Incluso han hecho del virus, un enemigo público de todos, un arma contra el país asiático.

Sin embargo, sus ataques y difamaciones políticos y malintencionados contra China no han hecho que Estados Unidos vuelva a ser grande: la situación epidémica en EEUU está empeorando. La respuesta descuidada de la Casa Blanca al tratar sus propios casos, además, ha recibido muchas críticas.

"Las cuarentenas draconianas impuestas por los chinos nos permitieron ganar tiempo, pero ¿hemos usado ese tiempo con un buen propósito, para prepararnos? La respuesta breve es no", dijo Stephen Morrison, vicepresidente del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales de EEUU y director de su Centro de Política Sanitaria Mundial.

La epidemia es un espejo que refleja la conciencia y el sentido de la responsabilidad, así como la arrogancia, los prejuicios y la ignorancia.

El artículo de opinión del "Wall Street Journal" titulado "China es el verdadero enfermo de Asia" es una prueba de los prejuicios profundamente arraigados en el mundo occidental, por no mencionar que Estados Unidos ha usado el doble rasero a la hora de evaluar los confinamientos en la ciudad china de Wuhan, por un lado, y en Italia, por el otro.

Ante la pandemia de COVID-19, los países no solo deben tomar medidas de prevención efectivas a nivel nacional, sino también mejorar la cooperación transnacional.

En este momento crucial, difamar a otros o señalar con el dedo no contribuye para nada a contener la epidemia ni a unir al mundo, sino que solo conduce a una terrible pérdida de tiempo y a que el margen de maniobra se reduzca.

Como expresaron publicado en "The Lancet" 16 expertos en derecho mundial de la salud, "las respuestas ancladas en el miedo, la desinformación, el racismo y la xenofobia no nos salvarán de brotes como el de COVID-19".

Los virus no entienden de fronteras. Solo la unión, la asistencia mutua y los esfuerzos concertados pueden ganar la lucha contra la pandemia.

 
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COMENTARIO: El "virus político" de Washington es destructivo para lucha mundial contra coronavirus

Spanish.xinhuanet.com 2020-03-16 21:49:22

BEIJING, 16 mar (Xinhua) -- Con más de 83.000 casos confirmados fuera de China según datos de hoy lunes, la batalla global contra el nuevo coronavirus ha entrado en una etapa crucial.

Sin embargo, en lugar de sumarse al resto del mundo en la batalla contra la epidemia, algunos políticos estadounidenses están utilizando el coronavirus como arma para difamar a China y difundir, a voluntad, su "virus político".

En un momento que exige solidaridad contra un desafío común para la humanidad, las acciones de estos fustigadores de China, perniciosos y pueriles, no harán más que obstaculizar la coordinación y los intercambios internacionales, e impedir un frente unido para vencer la enfermedad.

Desde que se inició el brote, algunos políticos estadounidenses se han dedicado a representar su frívolo teatro político.

El secretario de Estado Mike Pompeo no solo insistió en llamar el nuevo virus "coronavirus de Wuhan", sino que también culpó a Beijing de dar datos que calificó de imperfectos y que, según aseguró, pusieron a Estados Unidos "detrás de la curva" en la contención del brote. El asesor de Seguridad Nacional Robert O'Brien también acusó falsamente a China de encubrir el brote.

Ignorando totalmente las medidas decisivas de China, las cuales han dado al mundo un tiempo precioso al mundo para prepararse ante la epidemia y han recabado el reconocimiento de la comunidad internacional, las "élites políticas" en la Casa Blanca no han tenido en cuenta más que su agenda política de contener a China. Incluso han hecho del virus, un enemigo público de todos, un arma contra el país asiático.

Sin embargo, sus ataques y difamaciones políticos y malintencionados contra China no han hecho que Estados Unidos vuelva a ser grande: la situación epidémica en EEUU está empeorando. La respuesta descuidada de la Casa Blanca al tratar sus propios casos, además, ha recibido muchas críticas.

"Las cuarentenas draconianas impuestas por los chinos nos permitieron ganar tiempo, pero ¿hemos usado ese tiempo con un buen propósito, para prepararnos? La respuesta breve es no", dijo Stephen Morrison, vicepresidente del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales de EEUU y director de su Centro de Política Sanitaria Mundial.

La epidemia es un espejo que refleja la conciencia y el sentido de la responsabilidad, así como la arrogancia, los prejuicios y la ignorancia.

El artículo de opinión del "Wall Street Journal" titulado "China es el verdadero enfermo de Asia" es una prueba de los prejuicios profundamente arraigados en el mundo occidental, por no mencionar que Estados Unidos ha usado el doble rasero a la hora de evaluar los confinamientos en la ciudad china de Wuhan, por un lado, y en Italia, por el otro.

Ante la pandemia de COVID-19, los países no solo deben tomar medidas de prevención efectivas a nivel nacional, sino también mejorar la cooperación transnacional.

En este momento crucial, difamar a otros o señalar con el dedo no contribuye para nada a contener la epidemia ni a unir al mundo, sino que solo conduce a una terrible pérdida de tiempo y a que el margen de maniobra se reduzca.

Como expresaron publicado en "The Lancet" 16 expertos en derecho mundial de la salud, "las respuestas ancladas en el miedo, la desinformación, el racismo y la xenofobia no nos salvarán de brotes como el de COVID-19".

Los virus no entienden de fronteras. Solo la unión, la asistencia mutua y los esfuerzos concertados pueden ganar la lucha contra la pandemia.

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