COMENTARIO: Escurrir el bulto es tóxico para la lucha mundial contra la epidemia

Actualizado 2020-03-04 14:28:05 | Spanish. xinhuanet. com

BEIJING, 4 mar (Xinhua) -- El nuevo coronavirus se está extendiendo a más países. A medida que se torna cada vez más difícil impedir que se vuelva una pandemia, es evidente que es hora de hermanarse.

Pero algunos en Estados Unidos no parecen estar de acuerdo. En lugar de unirse a la lucha global, están ocupados buscando a quien culpar. China, naturalmente, se convirtió en su mayor blanco, en un nuevo episodio de sus interminables ataques contra el país asiático.

Durante el fin de semana, el senador estadounidense de Florida Marco Rubio culpó a China por "poner en riesgo al mundo" y atacó a Beijing por falta de transparencia y "por no haber tomado las precauciones necesarias al comienzo del brote".

Otros políticos de Washington, como el secretario de Estado de EEUU, Mike Pompeo, y el asesor comercial de la Casa Blanca, Peter Navarro, también han mantenido su humeante maquinaria de críticas contra China.

Aquellos que critican a China deberían acordarse de que encontrar fallas en China no ayuda a frenar la propagación del virus ni a curar a los afligidos pacientes. Lo único que puede funcionar son acciones contundentes y una sólida cooperación internacional.

Desde el estallido de la epidemia, el Gobierno de China ha actuado de manera rigurosa, transparente y responsable para combatir esta enfermedad mortal. Hasta ahora, ha logrado progresos constantes y notorios en términos de control de la epidemia. Como resultado, las naciones del mundo tienen la oportunidad de encontrarse mejor preparadas.

Beijing también está trabajando para reanudar las labores domésticas y la producción de una manera meticulosamente administrada para no correr el riesgo de una reversión en la lucha contra la epidemia y para mitigar el posible impacto en las cadenas de suministro mundiales.

Las medidas implementadas por China pueden no ser del todo adecuadas para otros, ya que diferentes países se enfrentan a diferentes situaciones, pero ofrecen algunos recordatorios útiles para los tomadores de decisiones, profesionales médicos y personas comunes en todo el mundo que también están luchando contra la enfermedad.

El virus no respeta fronteras y ha sido una batalla global desde el comienzo del brote en esta era de creciente interconectividad global. Eso hace que la cooperación internacional sea altamente significativa. Los diseminadores de miedo en Washington solo pueden sembrar división y desconfianza, y avivar el odio.

Para ganar esta lucha, las naciones del mundo tienen actualmente tres prioridades comunes.

Una es continuar manteniéndose actualizados sobre todas las informaciones útiles, incluidos los últimos resultados de investigación virológicas, números de infecciones y desarrollos de vacunas; el segundo es estrangular conjuntamente, o al menos ralentizar, la propagación transfronteriza de la enfermedad; el tercero es resistir la tentación de las políticas de "empobrecer al vecino".

A largo plazo, los miembros de la comunidad internacional deben trabajar juntos para cerrar las brechas en el mecanismo actual de cooperación mundial en materia de seguridad sanitaria, con el fin de enfrentar mejor los desafíos similares en el futuro.

También deberían prepararse para frenar los efectos colaterales de la epidemia en la economía global y coordinarse más estrechamente para evitar que los sentimientos antiglobalización desencadenen una recesión global. Los recientes movimientos de montaña rusa en los mercados bursátiles de todo el mundo han mostrado una señal de advertencia.

Richard Partington, corresponsal de economía del periódico británico The Guardian, admitió en su reciente artículo que la globalización facilita "la propagación de enfermedades virales e incuba muchos otros males sociales y económicos", pero también advirtió que "caer de cabeza en un mundo proteccionista y ludita no proporcionará soluciones adecuadas y duraderas ".

A medida que el reloj avanza sin cesar, la guerra contra la enfermedad continúa. Se debe dedicar un tiempo valioso a un consenso creciente y a unir fuerzas a nivel mundial en lugar de señalar con el dedo a otros sin motivo. Esa es la única salida.

 
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COMENTARIO: Escurrir el bulto es tóxico para la lucha mundial contra la epidemia

Spanish.xinhuanet.com 2020-03-04 14:28:05

BEIJING, 4 mar (Xinhua) -- El nuevo coronavirus se está extendiendo a más países. A medida que se torna cada vez más difícil impedir que se vuelva una pandemia, es evidente que es hora de hermanarse.

Pero algunos en Estados Unidos no parecen estar de acuerdo. En lugar de unirse a la lucha global, están ocupados buscando a quien culpar. China, naturalmente, se convirtió en su mayor blanco, en un nuevo episodio de sus interminables ataques contra el país asiático.

Durante el fin de semana, el senador estadounidense de Florida Marco Rubio culpó a China por "poner en riesgo al mundo" y atacó a Beijing por falta de transparencia y "por no haber tomado las precauciones necesarias al comienzo del brote".

Otros políticos de Washington, como el secretario de Estado de EEUU, Mike Pompeo, y el asesor comercial de la Casa Blanca, Peter Navarro, también han mantenido su humeante maquinaria de críticas contra China.

Aquellos que critican a China deberían acordarse de que encontrar fallas en China no ayuda a frenar la propagación del virus ni a curar a los afligidos pacientes. Lo único que puede funcionar son acciones contundentes y una sólida cooperación internacional.

Desde el estallido de la epidemia, el Gobierno de China ha actuado de manera rigurosa, transparente y responsable para combatir esta enfermedad mortal. Hasta ahora, ha logrado progresos constantes y notorios en términos de control de la epidemia. Como resultado, las naciones del mundo tienen la oportunidad de encontrarse mejor preparadas.

Beijing también está trabajando para reanudar las labores domésticas y la producción de una manera meticulosamente administrada para no correr el riesgo de una reversión en la lucha contra la epidemia y para mitigar el posible impacto en las cadenas de suministro mundiales.

Las medidas implementadas por China pueden no ser del todo adecuadas para otros, ya que diferentes países se enfrentan a diferentes situaciones, pero ofrecen algunos recordatorios útiles para los tomadores de decisiones, profesionales médicos y personas comunes en todo el mundo que también están luchando contra la enfermedad.

El virus no respeta fronteras y ha sido una batalla global desde el comienzo del brote en esta era de creciente interconectividad global. Eso hace que la cooperación internacional sea altamente significativa. Los diseminadores de miedo en Washington solo pueden sembrar división y desconfianza, y avivar el odio.

Para ganar esta lucha, las naciones del mundo tienen actualmente tres prioridades comunes.

Una es continuar manteniéndose actualizados sobre todas las informaciones útiles, incluidos los últimos resultados de investigación virológicas, números de infecciones y desarrollos de vacunas; el segundo es estrangular conjuntamente, o al menos ralentizar, la propagación transfronteriza de la enfermedad; el tercero es resistir la tentación de las políticas de "empobrecer al vecino".

A largo plazo, los miembros de la comunidad internacional deben trabajar juntos para cerrar las brechas en el mecanismo actual de cooperación mundial en materia de seguridad sanitaria, con el fin de enfrentar mejor los desafíos similares en el futuro.

También deberían prepararse para frenar los efectos colaterales de la epidemia en la economía global y coordinarse más estrechamente para evitar que los sentimientos antiglobalización desencadenen una recesión global. Los recientes movimientos de montaña rusa en los mercados bursátiles de todo el mundo han mostrado una señal de advertencia.

Richard Partington, corresponsal de economía del periódico británico The Guardian, admitió en su reciente artículo que la globalización facilita "la propagación de enfermedades virales e incuba muchos otros males sociales y económicos", pero también advirtió que "caer de cabeza en un mundo proteccionista y ludita no proporcionará soluciones adecuadas y duraderas ".

A medida que el reloj avanza sin cesar, la guerra contra la enfermedad continúa. Se debe dedicar un tiempo valioso a un consenso creciente y a unir fuerzas a nivel mundial en lugar de señalar con el dedo a otros sin motivo. Esa es la única salida.

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