ESPECIAL: Brasil necesita más reformas para sanear economía, apunta experto

Actualizado 2019-10-25 13:25:56 | Spanish. xinhuanet. com

RÍO DE JANEIRO, 24 oct (Xinhua) -- La aprobación esta semana en el Congreso brasileño de la reforma de la Seguridad Social, considerada clave para sanear las maltrechas cuentas públicas del país, no será suficiente para sanear las cuentas públicas de la mayor economía de América Latina y deberá ir acompañada de otras reformas, en opinión del economista Gustavo Rezende.

Según el Gobierno del presidente Jair Bolsonaro, la reforma, que principalmente endurece las condiciones para la jubilación, servirá para ahorrar 800.000 millones de reales (unos 200.000 millones de dólares) en las cuentas públicas a lo largo de la próxima década.

No obstante, para que la reforma tenga éxito, necesitará ir acompañada de otras reformas, como la administrativa, que logrará reducir con gastos de personal y avanzar en las privatizaciones de empresas estatales.

"Los gastos que el Gobierno tiene con la Seguridad Social, incluso con la reforma, y en los servidores públicos sigue siendo muy grande. Entre enero y agosto, los gastos del Gobierno con personal y seguridad social llegaron a los 595.200 millones de reales (cerca de 148.050 millones de dólares), el 67,2 por ciento de todos los gastos en el período, un nivel demasiado elevado", dijo a Xinhua el economista de la consultora LCA Gustavo Rezende.

"La propuesta inicial de la reforma fue reducida en el Congreso y todavía no es suficiente para poder sanear las cuentas públicas. El Gobierno necesita hacer más reformas para ello", agregó.

Entre otros puntos, el texto aprobado establece la edad mínima de jubilación para hombres en 65 años y para mujeres en 62 años. La reforma de pensiones no incluye a empleados estatales o municipales, solo a trabajadores privados y empleados públicos federales.

La enmienda establece que las reglas de transición y las reformas anteriores no serán aceptadas y que las entidades de la federación, es decir, los estados y municipios, deberán aprobar la legislación local para acceder a la nueva reforma.

Para Rezende, uno de los problemas que tiene Brasil en la actualidad es que "buena parte de los gastos federales son obligatorios, es decir, no hay cómo reducirlos y ello hace que el margen para invertir sea muy pequeño, y con ello, el crecimiento económico queda comprometido".

El sector financiero calcula por su parte que Brasil finalizará 2019 con un déficit primario (anterior al pago de los intereses de la deuda) de 99.187 millones de reales (unos 24.800 millones de dólares), cifra inferior a la previsión del Gobierno, de 139.000 millones de reales (cerca de 34.750 millones de dólares). En ambos casos, sería el sexto año en que las cuentas públicas brasileñas cierran en rojo.

"El Gobierno necesita una reforma administrativa y acabar con ciertos gastos obligatorios. La ley sobre el techo de gastos públicos, que los limita a la inflación del año pasado, no ayuda al crecimiento económico", comentó el economista.

El presidente Bolsonaro aseguró recientemente ante la prensa que el crecimiento de los gastos obligatorios hará que en dos o tres años, el Gobierno no tenga margen para poder realizar inversiones, algo que el mercado intuyó como una voluntad de flexibilizar la ley del techo de gastos.

 
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RÍO DE JANEIRO, 24 oct (Xinhua) -- La aprobación esta semana en el Congreso brasileño de la reforma de la Seguridad Social, considerada clave para sanear las maltrechas cuentas públicas del país, no será suficiente para sanear las cuentas públicas de la mayor economía de América Latina y deberá ir acompañada de otras reformas, en opinión del economista Gustavo Rezende.

Según el Gobierno del presidente Jair Bolsonaro, la reforma, que principalmente endurece las condiciones para la jubilación, servirá para ahorrar 800.000 millones de reales (unos 200.000 millones de dólares) en las cuentas públicas a lo largo de la próxima década.

No obstante, para que la reforma tenga éxito, necesitará ir acompañada de otras reformas, como la administrativa, que logrará reducir con gastos de personal y avanzar en las privatizaciones de empresas estatales.

"Los gastos que el Gobierno tiene con la Seguridad Social, incluso con la reforma, y en los servidores públicos sigue siendo muy grande. Entre enero y agosto, los gastos del Gobierno con personal y seguridad social llegaron a los 595.200 millones de reales (cerca de 148.050 millones de dólares), el 67,2 por ciento de todos los gastos en el período, un nivel demasiado elevado", dijo a Xinhua el economista de la consultora LCA Gustavo Rezende.

"La propuesta inicial de la reforma fue reducida en el Congreso y todavía no es suficiente para poder sanear las cuentas públicas. El Gobierno necesita hacer más reformas para ello", agregó.

Entre otros puntos, el texto aprobado establece la edad mínima de jubilación para hombres en 65 años y para mujeres en 62 años. La reforma de pensiones no incluye a empleados estatales o municipales, solo a trabajadores privados y empleados públicos federales.

La enmienda establece que las reglas de transición y las reformas anteriores no serán aceptadas y que las entidades de la federación, es decir, los estados y municipios, deberán aprobar la legislación local para acceder a la nueva reforma.

Para Rezende, uno de los problemas que tiene Brasil en la actualidad es que "buena parte de los gastos federales son obligatorios, es decir, no hay cómo reducirlos y ello hace que el margen para invertir sea muy pequeño, y con ello, el crecimiento económico queda comprometido".

El sector financiero calcula por su parte que Brasil finalizará 2019 con un déficit primario (anterior al pago de los intereses de la deuda) de 99.187 millones de reales (unos 24.800 millones de dólares), cifra inferior a la previsión del Gobierno, de 139.000 millones de reales (cerca de 34.750 millones de dólares). En ambos casos, sería el sexto año en que las cuentas públicas brasileñas cierran en rojo.

"El Gobierno necesita una reforma administrativa y acabar con ciertos gastos obligatorios. La ley sobre el techo de gastos públicos, que los limita a la inflación del año pasado, no ayuda al crecimiento económico", comentó el economista.

El presidente Bolsonaro aseguró recientemente ante la prensa que el crecimiento de los gastos obligatorios hará que en dos o tres años, el Gobierno no tenga margen para poder realizar inversiones, algo que el mercado intuyó como una voluntad de flexibilizar la ley del techo de gastos.

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