Por Javier Córdoba
GUATEMALA, 30 sep (Xinhua) -- En el municipio guatemalteco de San Antonio Aguas Calientes, del departamento de Sacatepéquez (sur), ya nadie recuerda cuándo ocurrió el último homicidio en el lugar.
Tanto autoridades como pobladores aseguran que por al menos dos décadas no ha ocurrido un asesinato en el municipio.
En los informes de la Policía Nacional Civil de Guatemala se ha vuelto recurrente encontrar en "cero" la cifra de homicidios en este lugar.
Permanecer sin registro de asesinatos no es cosa sencilla en un país que según el Instituto Nacional de Ciencias Forenses tuvo 4.914 muertes violentas en 2018 y 5.384 en 2017.
Encontrar referencias de un homicidio en este pequeño municipio de 17 kilómetros cuadrados no es sencillo.
En 2013 el entonces presidente de Guatemala, Otto Pérez Molina, citaba a este lugar como ejemplo de "un lugar seguro" y en los años anteriores o siguientes no aparece referencia alguna a muertes de este tipo.
Esa seguridad es la que fácilmente se puede percibir en el ambiente en San Antonio, donde la tranquilidad y amabilidad de sus poco más de 15.000 pobladores confirman que es un lugar muy distinto a la mayoría de los municipios del país.
El alcalde Mynor Ariel López dijo a Xinhua que sin temor a equivocarse esta localidad no ha visto un asesinato en los últimos 20 años, pese a estar cercano a sitios de gran movimiento de personas y actividad turística, como es el caso de Antigua Guatemala.
Para López, la pobreza tampoco es justificación para la violencia, pues en este pueblo de artesanos, agricultores y trabajadores turísticos, la pobreza se mantiene en niveles muy cercanos al 70 por ciento que registra el resto del país.
"Un joven o niño que no estudia es un potencial delincuente. Aquí tenemos el 98 por ciento de muchachos en primaria y los que no estudian tienen carreras técnicas", dijo.
"Ofrecemos talleres de arte, pintura, academia de computación, con tal de que los muchachos vayan a ocupar su tiempo libre", explicó el alcalde.
La simbiosis entre educación y seguridad es fundamental para López, quien destacó que en su municipio cuentan con una escuela modelo y una sede la estatal Universidad de San Carlos para completar la formación de sus pobladores.
San Antonio no cuenta con policía municipal, pero sí ha invertido en un sistema de cámaras de video que monitorea los principales puntos del municipio, mientras que desde la Alcaldía se han girado algunas políticas para mantener su ambiente tranquilo.
López comentó que está prohibida la venta de licor en las tiendas de abarrotes, los bares deben estar cerrados a las 22:00 horas y quien quiera alquilar una casa o comercio a alguna persona externa al poblado, deberá presentar a la municipalidad una constancia que demuestre que no tiene antecedentes penales.
A poca distancia del Palacio Municipal está una pequeña subestación de la Policía Nacional Civil, donde solo 12 oficiales se encargan de vigilar el lugar y mantener el orden.
El jefe de esta subestación, Alvaro López, confirmó a Xinhua que San Antonio Aguas Calientes es un sitio muy tranquilo y con pocos incidentes violentos.
Para este policía, la clave está en la cercanía que sienten las personas por sus autoridades, pues todos conocen bien a los oficiales.
La cultura de paz y el desarrollo educativo en San Antonio hizo que la Secretaría de Paz de la Presidencia de Guatemala decidiera instalar un Monumento a la Paz en la Escuela Oficial Urbana Mixta el pasado 14 de agosto.
"Este monumento representa el fin del conflicto armado que vivió Guatemala hace muchos años", dijo a Xinhua Karina Rodríguez, asesora de comunicación de la Secretaría de la Paz.
Uno de los pobladores de nombre Wilson René, de 20 años, afirmó que San Antonio es un lugar tan tranquilo, que la gente camina sin preocupaciones por el parque a altas horas de la noche, y atribuye este ambiente al buen nivel educativo del lugar.
Similar opinó tiene Cecilia López, ama de casa de 23 años y residente en este municipio, para quién la clave de la tranquilidad radica en que todo el pueblo se conoce entre sí.
