RÍO DE JANEIRO, 27 ago (Xinhua) -- La polémica por el aumento de los incendios en la Amazonía brasileña ha encendido las alarmas en el sector del agronegocio del país, del que Brasil es una de las mayores potencias mundiales y que teme que la imagen de los productos del país quede afectada en el resto de países.
Durante los últimos días, distintas personalidades del sector agricultor y comercial brasileño expusieron públicamente su preocupación por el daño que puede causarle al país el hecho de ser asociado a la deforestación amazónica, el uso excesivo de agrotóxicos y el poco interés del actual gobierno en la defensa del medio ambiente.
En una audiencia en la Comisión de Agricultura del Senado, el secretario de política externa comercial de la Cancillería brasileña, Norberto Moretti, aseguró que "Brasil está perdiendo la guerra de la información" y criticó que hay movimientos internacionales que tienen un interés comercial en perjudicar el agronegocio brasileño.
Según el funcionario, es necesario que Brasil haga un esfuerzo unificado para recuperar el prejuicio y cambiar las percepciones "distorcionadas" que hay sobre el país.
"La imagen de nuestro país en el exterior se ha convertido en una preocupación de todos, en el gobierno y en el sector privado. Se ha convertido en un tema de relevancia crucial para todos", comentó Moretti.
Sin querer citar en concreto a ningún país, el diplomático explicó que "hay una percepción equivocada sobre nuestro agronegocio, resultado en parte de ignorancia y mala fe y unos intereses inconfesables".
Por su parte, el presidente de la Asociación Brasileña del Agronegocio (Abag), Marcello Brito, comentó que "le saldrá caro a Brasil reconquistar la confianza de algunos mercados internacionales" tras toda esta polémica.
Brito, uno de los participantes en la Semana Latinoamericana del Clima, organizada por la ONU en la ciudad de Salvador la semana pasada, consideró que "el agronegocio no necesita avanzar sobre tierras indígenas en la Amazonía" y defendió que "la riqueza bioeconómica de la Amazonía es incalculable".
Según él, el agronegocio mueve cada año "1,2 trillones de reales (300.000 millones de dólares), es un sector muy importante para la economía del país", y dijo que "ultrapasa, por mucho, los datos oficiales, que dicen que representa el 20 por ciento del PIB".
"Ahora que Brasil, después de años, logró conquistar el mundo y el mercado externo, la situación es de temor. Todas estas noticias pueden afectar mucho las exportaciones del agronegocio brasileño", comentó.
Para el presidente de la Asociación Brasileña de la Industria del Trigo (Abitrigo), Rubens Barbosa, el gobierno del país tiene que entender que la política ambiental pasó a formar parte de la política comercial mundial.
"El desarrollo sostenible es un concepto que llegó para quedarse", dijo Barbosa, y admitió que "las polémicas y cruces de declaraciones perjudican la imagen del agronegocio brasileño", por lo que se mostró partidario de que el Ejecutivo intensifique el trabajo de "diplomacia ambiental".
"Tenemos que mostrar al mundo que cumplimos con los compromisos de preservación asumidos, tenemos que preservar nuestra imagen y no deteriorarla", subrayó.
Las principales críticas a la política ambiental del actual gobierno brasileño proceden de Europa, uno de los principales destinos del agronegocio del país sudamericano.
Según datos del Ministerio de Agricultura de Brasil, la Unión Europeo fue el destino del 17,7 por ciento de las exportaciones del agronegocio brasileño entre enero y julio de este año, con un valor de 1.000 millones de dólares.
