BEIJING, 25 may (Xinhua) -- Estados Unidos desencadenó un acoso comercial y unas técnicas de chantaje sin precedentes sobre China contra las que esta no tuvo más remedio que defenderse con fuerza para proteger sus intereses nacionales fundamentales.
Después de más de 10 rondas de diálogos con el lado estadounidense, China pudo entender con más claridad la actitud veleidosa y los bandazos de EEUU cuando el gobierno estadounidense anunció repentinamente que añadiría más aranceles sobre los productos chinos importados, a pesar de los progresos conseguidos en los diálogos anteriores.
China está completamente preparada para una guerra comercial prolongada con Estados Unidos, ya que parece muy posible que las fricciones comerciales entre ambos no terminen pronto. Todo el pueblo chino está listo para embarcarse en una nueva "Gran Marcha" con un mayor coraje y resistencia, y no cederá nunca ante la intimidación y el asalto extranjeros.
El espíritu de la "Gran Marcha" fue vital para que el Partido Comunista de China (PCCh) ganara la guerra de liberación antes de que se fundara la República Popular China. Ese sentimiento pone de relieve la firme fe, férrea voluntad y rechazo a la rendición del conjunto del Partido y el pueblo para superar los grandes desafíos en los días revolucionarios.
Este espíritu histórico tiene una importancia especial hoy en día, cuando China se enfrenta al acoso comercial de Estados Unidos, contra quien libra una guerra comercial dura y prolongada. Por difícil que sea, esta situación ofrece a China la oportunidad de agudizar su capacidad de que su economía supere abrumadores desafíos externos.
Recientemente, las fricciones comerciales se han intensificado drásticamente por las restricciones impuestas por Estados Unidos a empresas de alta tecnología chinas como Huawei. No sorprende escuchar eso; es una historia ya sabida. Huawei, entre otras empresas tecnológicas chinas, sufre constantemente un escrutinio y restricciones excesivas de Estados Unidos. Lamentablemente, las empresas chinas se han convertido en un blanco fácil en la batalla comercial entre los dos países.
Sin embargo, ha quedado patente que tales restricciones se basan en acusaciones sin fundamento. El gobierno estadounidense nunca ha dado pruebas convincentes de que Huawei estuviese involucrado en actividades de espionaje 'por la puerta trasera'. Si sigue atacando a las empresas chinas no es porque hayan hecho algo malo, sino porque EEUU no acepta su excelencia.
Bloquear y restringir a Huawei es un método fácil e inmediato de que Estados Unidos gane contra China. Así y todo, parece más bien un deseo sin base. Las empresas chinas no serán intimidadas, y no permitirán que se coarte su desarrollo.
El pueblo chino ha aprendido una gran lección en la guerra comercial: para escapar del acoso externo solo cabe centrarse en los propios asuntos y sobresalir en ellos. Debemos estar seguros de que las empresas chinas gestionarán adecuadamente sus propios negocios y saldrán finalmente victoriosas ante la intimidación estadounidense, y aún más fuertes.
Es de todo punto absurdo comprobar que, en la era de la globalización, Estados Unidos sigue anclado a la anticuada mentalidad de la guerra fría. Bloquear a las empresas chinas no hará que Estados Unidos sea más fuerte. Sólo subraya la pura arrogancia política de Estados Unidos y sus prejuicios contra China.
A lo largo de la historia, la nación China ha sobrevivido y prosperado pese a las dificultades y apuros. Hoy continuará luchando contra el acoso comercial de Estados Unidos sin temor hasta que esta larga guerra comercial llegue a su fin. Ya nos hemos embarcado en esta nueva "Gran Marcha."
