ENTREVISTA: Volatilidad, incertidumbre política y alta tasa afectan la economía argentina, afirma experto

Spanish.xinhuanet.com   2019-04-11 07:32:56

BUENOS AIRES, 10 abr (Xinhua) -- La caída de la economía argentina estimada en -1,2 por ciento por el Fondo Monetario Internacional (FMI) para 2019, es consecuencia directa de los vestigios de la volatilidad que sufrió el país en 2018, de un nuevo clima de incertidumbre política y de una persistente alta tasa de interés, opinó el economista Jorge Marchini.

En entrevista con Xinhua, el director de la Sociedad Latinoamericana de Economía Política (SEPLA) se refirió a las últimas proyecciones del FMI expuestas en el informe sobre Perspectivas Económicas Globales, donde el organismo señaló a Argentina como el sexto país con mayor inflación mundial y el segundo en América Latina, detrás de Venezuela.

"La recesión ha sido muy fuerte. Esta caída de la actividad económica se ha evidenciado en las condiciones propias del consumo, la baja de la inversión y un ajuste fiscal muy fuerte", dijo el economista argentino.

Los nuevos números del organismo financiero están a un nivel menor que los estimados a principios del año, cuando previó una caída del Producto Interno Bruto (PIB) de Argentina de un 1,7 por ciento.

Sin embargo, la cifra de 1,2 por ciento de contracción es la misma proyectada por analistas locales consultados por el Banco Central de la República Argentina (BCRA) durante el mes pasado.

Para Marchini, esta nueva cifra da "una idea de que el ciclo está cambiando, de que el escenario es más positivo y que la recesión comienza a mermar; pero lo cierto es que hay muchas dudas respecto a que esto ocurra realmente".

"Por un lado están las elecciones; uno de los elementos más complejos que existe actualmente es la incertidumbre en el marco político, que se manifiesta en la situación financiera de Argentina. Otro elemento que limita el crecimiento económico son las altas tasas de interés por el temor a la fuga de capitales", continuó el experto.

El también investigador del Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO) y profesor titular de economía en la Universidad de Buenos Aires (UBA) indicó que pese a que puede haber "cierto optimismo" sobre una ligera menor caída, "los pronósticos son de caída y no de crecimiento".

"Los mejoramientos serían más adelante", enfatizó.

Dentro de las estimaciones del FMI se encuentra que Argentina cerrará 2019 con una inflación del 30,5 por ciento y un índice de desempleo del 9,9 por ciento.

La proyección inflacionaria se ubica unos 17 puntos por debajo de la registrada en 2018, cuando el alza de precios de los bienes y servicios fue del 47,6 por ciento.

Para Marchini, el sendero ascendente de la inflación debe impulsar a un debate nacional sobre las causas reales del alza de precios, ya que actualmente hay una menor emisión monetaria, sumado a un menor déficit fiscal y alta tasa de interés en el país sudamericano.

"Estos tres elementos deberían impulsar una menor demanda, un menor consumo y, por tanto, presionar los precios hacia abajo, pero aún así la inflación sigue siendo alta, lo que indica que hay un problema estructural de la economía argentina", sostuvo el experto.

Apuntó como eventuales causas de la inflación "el arrastre de precios locales por precios internacionales" en el caso de productos alimenticios que Argentina también exporta, así como una "concentración en la producción de insumos difundidos (esenciales)".

"Los insumos difundidos como el cemento, la petroquímica, acero, aluminio, tienen una oferta muy concentrada y existe una capacidad de dominio de mercado que hace que el aumento de costos se transmita a los precios", continuó.

Para el economista "es un año difícil para Argentina", por lo que sugirió que desde la dirigencia económica se plantee el objetivo de llegar a un diagnóstico claro de la inflación.

"Puede haber factores monetarios, factores de costos, de desvío de costos, de falta de productividad, pero creo que la cuestión del arrastre de los precios nacionales a los internacionales y la oferta oligopólica deben ser tratados y deben incorporarse", puntualizó.

Marchini consideró como otro "debate pendiente" el modelo de desarrollo al que aspira el país, tomando en cuenta que tiene "enormes potencialidades, condiciones productivas diversas, entre las que se cuenta las condiciones competitivas naturales".

"Se tiene que discutir qué tipo de país se quiere, qué tipo de matriz productiva se quiere tener; creo que ese debate se ha dejado de lado por resolver siempre lo inmediato, pero ante la actual crisis esa discusión es fundamental", agregó.

Por otra parte, el investigador aseveró que la tasa de interés vigente en Argentina, que ronda hoy el 67 por ciento, no puede mantenerse por mucho tiempo, por el impacto negativo que dejaría a la economía.

"Esta tasa de interés no puede ser de muy largo plazo, porque provoca altísima recesión, problemas sociales de desempleo y caída del nivel de vida", sostuvo.

Aunque la tasa ha motivado la llegada de inversiones y capitales al país, el economista indicó que muchos de éstos han sido "capitales de muy corto plazo y en algunos casos muy especulativos", lo cual, a su juicio, da paso a distorsiones dentro de la economía con un impacto muy negativo al sector productivo del país.

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ENTREVISTA: Volatilidad, incertidumbre política y alta tasa afectan la economía argentina, afirma experto

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BUENOS AIRES, 10 abr (Xinhua) -- La caída de la economía argentina estimada en -1,2 por ciento por el Fondo Monetario Internacional (FMI) para 2019, es consecuencia directa de los vestigios de la volatilidad que sufrió el país en 2018, de un nuevo clima de incertidumbre política y de una persistente alta tasa de interés, opinó el economista Jorge Marchini.

En entrevista con Xinhua, el director de la Sociedad Latinoamericana de Economía Política (SEPLA) se refirió a las últimas proyecciones del FMI expuestas en el informe sobre Perspectivas Económicas Globales, donde el organismo señaló a Argentina como el sexto país con mayor inflación mundial y el segundo en América Latina, detrás de Venezuela.

"La recesión ha sido muy fuerte. Esta caída de la actividad económica se ha evidenciado en las condiciones propias del consumo, la baja de la inversión y un ajuste fiscal muy fuerte", dijo el economista argentino.

Los nuevos números del organismo financiero están a un nivel menor que los estimados a principios del año, cuando previó una caída del Producto Interno Bruto (PIB) de Argentina de un 1,7 por ciento.

Sin embargo, la cifra de 1,2 por ciento de contracción es la misma proyectada por analistas locales consultados por el Banco Central de la República Argentina (BCRA) durante el mes pasado.

Para Marchini, esta nueva cifra da "una idea de que el ciclo está cambiando, de que el escenario es más positivo y que la recesión comienza a mermar; pero lo cierto es que hay muchas dudas respecto a que esto ocurra realmente".

"Por un lado están las elecciones; uno de los elementos más complejos que existe actualmente es la incertidumbre en el marco político, que se manifiesta en la situación financiera de Argentina. Otro elemento que limita el crecimiento económico son las altas tasas de interés por el temor a la fuga de capitales", continuó el experto.

El también investigador del Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO) y profesor titular de economía en la Universidad de Buenos Aires (UBA) indicó que pese a que puede haber "cierto optimismo" sobre una ligera menor caída, "los pronósticos son de caída y no de crecimiento".

"Los mejoramientos serían más adelante", enfatizó.

Dentro de las estimaciones del FMI se encuentra que Argentina cerrará 2019 con una inflación del 30,5 por ciento y un índice de desempleo del 9,9 por ciento.

La proyección inflacionaria se ubica unos 17 puntos por debajo de la registrada en 2018, cuando el alza de precios de los bienes y servicios fue del 47,6 por ciento.

Para Marchini, el sendero ascendente de la inflación debe impulsar a un debate nacional sobre las causas reales del alza de precios, ya que actualmente hay una menor emisión monetaria, sumado a un menor déficit fiscal y alta tasa de interés en el país sudamericano.

"Estos tres elementos deberían impulsar una menor demanda, un menor consumo y, por tanto, presionar los precios hacia abajo, pero aún así la inflación sigue siendo alta, lo que indica que hay un problema estructural de la economía argentina", sostuvo el experto.

Apuntó como eventuales causas de la inflación "el arrastre de precios locales por precios internacionales" en el caso de productos alimenticios que Argentina también exporta, así como una "concentración en la producción de insumos difundidos (esenciales)".

"Los insumos difundidos como el cemento, la petroquímica, acero, aluminio, tienen una oferta muy concentrada y existe una capacidad de dominio de mercado que hace que el aumento de costos se transmita a los precios", continuó.

Para el economista "es un año difícil para Argentina", por lo que sugirió que desde la dirigencia económica se plantee el objetivo de llegar a un diagnóstico claro de la inflación.

"Puede haber factores monetarios, factores de costos, de desvío de costos, de falta de productividad, pero creo que la cuestión del arrastre de los precios nacionales a los internacionales y la oferta oligopólica deben ser tratados y deben incorporarse", puntualizó.

Marchini consideró como otro "debate pendiente" el modelo de desarrollo al que aspira el país, tomando en cuenta que tiene "enormes potencialidades, condiciones productivas diversas, entre las que se cuenta las condiciones competitivas naturales".

"Se tiene que discutir qué tipo de país se quiere, qué tipo de matriz productiva se quiere tener; creo que ese debate se ha dejado de lado por resolver siempre lo inmediato, pero ante la actual crisis esa discusión es fundamental", agregó.

Por otra parte, el investigador aseveró que la tasa de interés vigente en Argentina, que ronda hoy el 67 por ciento, no puede mantenerse por mucho tiempo, por el impacto negativo que dejaría a la economía.

"Esta tasa de interés no puede ser de muy largo plazo, porque provoca altísima recesión, problemas sociales de desempleo y caída del nivel de vida", sostuvo.

Aunque la tasa ha motivado la llegada de inversiones y capitales al país, el economista indicó que muchos de éstos han sido "capitales de muy corto plazo y en algunos casos muy especulativos", lo cual, a su juicio, da paso a distorsiones dentro de la economía con un impacto muy negativo al sector productivo del país.

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