ESPECIAL: Pobladores buscan a familiares entre víctimas por estallido de fuga de gasolina en México

Spanish.xinhuanet.com   2019-01-20 13:21:30

Por Luis Brito

HIDALGO, México 19 ene (Xinhua) -- El poblado de Tlahuelilpan, en el central estado de Hidalgo, no despertaba todavía hoy de la pesadilla que produjo el estallido de una fuga de gasolina que la noche del viernes atrapó a decenas de personas.

Los bomberos apagaron las gigantescas llamas que sobrevinieron a la explosión y en el pequeño poblado amaneció, pero la pesadilla continuaba para las familias que perdieron integrantes y, peor aún, para las que no tenían certeza de que su pariente esté muerto o herido.

Al menos 63 de las 73 vidas que ha cobrado la tragedia, hasta la noche de hoy, se calcinaron o carbonizaron por el fuego, algunos cuerpos hasta quedar en huesos, y eso complicaba la identificación de la mayoría, dijeron las autoridades.

Por eso, habitantes como María de Jesús deambulaba por la mañana en los puestos de información habilitados en el pueblo, en el caso de ella con una fotografía de su esposo, Alejandro Reyes, en las manos y la angustia en el rostro.

"No saben nada de él hasta ahorita, no saben si está en un hospital", expresó la madre de tres niños.

De 22 años, la mujer contó que su casa está cerca del sembradío de alfalfa por donde brotaban chorros de seis metros de altura desde un ducto perforado y que su esposo, un albañil, se acercó para mirar.

Alrededor de esa fuga se habían congregado hasta 800 pobladores para llevarse la gasolina en bidones y cubetas, varios de ellos sumergidos en la inflamable lluvia que caía, de acuerdo con el gobierno mexicano.

"No tenía ni 20 minutos que había llegado él allí", lamentó María de Jesús y agregó que los ingresos de su esposo sostienen su familia.

El estallido se produjo hacia las 19:00 hora local, unas dos horas después de que soldados recibieron el reporte de la fuga y de que la noticia de que brotaba combustible corrió con rapidez en el poblado, que es cabecera de la municipalidad también llamada Tlahuelilpan.

La explosión, que pobladores dicen que se sintió como un temblor, atrapó a decenas de personas mientras que otras corrieron envueltas en llamas.

El combustible salía del ducto de la paraestatal Petróleos Mexicanos (Pemex) que corre entre Tuxpan, en la costa del golfo de México, y la refinería de Tula, ubicada cerca de Tlahuelilpan.

Para el gobierno mexicano no hay duda de que ladrones de combustibles provocaron la fuga: "Fue intencional, evidentemente alguien fue la persona que hizo esa perforación y que quería obtener ilícitamente material", declaró en conferencia el fiscal general, Alejandro Gertz Manero.

El ducto es una importante pieza en la logística de Pemex porque surte a la refinería de Tula, desde la cual se distribuye combustible al centro y oeste del país, y sólo en los últimos tres meses sufrió 10 embates de ladrones en el tramo de Tlahuelilpan, según la paraestatal.

"Entre el lugar donde sucedieron los lamentables hechos y la refinería de Tula hay 13 kilómetros, lo que equivale a un volumen de 10.000 barriles de gasolina", apuntó, en la misma conferencia, el director de Pemex, Octavio Romero.

El ducto había reiniciado operaciones el miércoles luego tres semanas de que estuvieron suspendidas, según el gobierno mexicano, que a finales de diciembre inició una ofensiva contra el robo que incluyó el cierre temporal de ductos y el transporte de la gasolina en carros tanque.

El alcalde de Tlahuelilpan, Juan Pedro Cruz, dijo a Xinhua que el hurto de hidrocarburos es un ilícito al alza en la zona y que ya se habían registrado incendios por tomas ilegales, pero aseguró que la gente no se abalanzó a esas fugas anteriores como sí lo hizo ahora.

"Lamentablemente el desabasto de combustible, creo yo, que fue el factor principal para esta desgracia", consideró el alcalde de la municipalidad, cuya población es de 30.000 habitantes en su mayoría campesinos.

Cuando más de 120 bomberos apagaron el fuego, tras cuatro horas de combatirlo, las autoridades encontraron los 63 cuerpos calcinados a lo largo de una larga zanja donde se esparcieron las llamas.

En plena madrugada, cerca de 150 pobladores rompieron el cerco militar para buscar entre los cadáveres parientes que no habían regresado a su casa tras ir a la fuga a surtirse de gasolina.

Con la mirada hurgaron si los restos tenían relojes, llaveros o credenciales que hubieran resistido al fuego y que sirvieran para identificarlos, pero sólo en tres casos las familias encontraron respuestas de inmediato y en otros seis la probabilidad.

El saldo fatal aumentó a lo largo de hoy luego de que murieron en hospitales varias de las más de 70 personas heridas, la mayoría de ellas por quemaduras.

"Va a ser muy difícil identificarlos a menos que sea con una prueba de ADN, lo cual es un método científico que durará algunos días", explicó el alcalde Cruz.

María Isabel, otra ama de casa de 49 años, se contaba entre quienes vivían incertidumbre porque sus dos sobrinas, Carina y Angélica Ugalde, estaban desaparecidas desde que "se les hizo fácil" ir a despacharse de gasolina.

Estaba consciente de que es posible que sus parientes, ambas vendedoras de elotes, figuren en la lista fatal porque no las encontró en los hospitales, pero también estaba enojada porque sentía que no era fácil el proceso para identificar los cuerpos.

Hablaba a unos metros del sitio del estallido, resguardado por decenas de militares al igual que las calles del poblado cuyos habitantes viven de sembrar maíz, alfalfa y avena: "Nos sentimos sin manos, sin palabras", expresó María Isabel.

Afuera de la alcaldía donde una pantalla mostraba la lista de personas buscadas, Norma, una comerciante, relató que anoche localizaron a su hermano Omar Vázquez vivo en un hospital con el cuerpo quemado, pero seguían buscando a otro pariente del que no sabían nada.

La mujer creía que su hermano, quien es un cerrajero, fue al sitio de la tragedia tras enterarse de que podía obtener gasolina a través de chats en redes sociales que daban cuenta de la fuga.

"Tal vez la inconsciencia y la necesidad los orilló a hacer eso porque había niños, mujeres. Entonces fue la necesidad y sí, toda la semana ha habido desabasto aquí en Hidalgo", lamentó la comerciante de 49 años.

Peritos se alistaban para hacer estudios de genética a 54 cuerpos que quedaron irreconocibles, aunque el procurador de Hidalgo, Raúl Arroyo, advirtió en conferencia por la tarde que el proceso podrá tomar "un tiempo considerable".

Mientras tanto, el poblado de Tlahuelilpan no despertaba aún de la pesadilla que hoy se reflejaba en rostros tristes, exhaustos por pasar la noche en vela y, a momentos, desesperados de sus habitantes.

"Es mucha tristeza en nuestro pueblo que desgraciadamente, a lo mejor por imprudencia, se ocasionó todo esto", expresó Norma.

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ESPECIAL: Pobladores buscan a familiares entre víctimas por estallido de fuga de gasolina en México

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Por Luis Brito

HIDALGO, México 19 ene (Xinhua) -- El poblado de Tlahuelilpan, en el central estado de Hidalgo, no despertaba todavía hoy de la pesadilla que produjo el estallido de una fuga de gasolina que la noche del viernes atrapó a decenas de personas.

Los bomberos apagaron las gigantescas llamas que sobrevinieron a la explosión y en el pequeño poblado amaneció, pero la pesadilla continuaba para las familias que perdieron integrantes y, peor aún, para las que no tenían certeza de que su pariente esté muerto o herido.

Al menos 63 de las 73 vidas que ha cobrado la tragedia, hasta la noche de hoy, se calcinaron o carbonizaron por el fuego, algunos cuerpos hasta quedar en huesos, y eso complicaba la identificación de la mayoría, dijeron las autoridades.

Por eso, habitantes como María de Jesús deambulaba por la mañana en los puestos de información habilitados en el pueblo, en el caso de ella con una fotografía de su esposo, Alejandro Reyes, en las manos y la angustia en el rostro.

"No saben nada de él hasta ahorita, no saben si está en un hospital", expresó la madre de tres niños.

De 22 años, la mujer contó que su casa está cerca del sembradío de alfalfa por donde brotaban chorros de seis metros de altura desde un ducto perforado y que su esposo, un albañil, se acercó para mirar.

Alrededor de esa fuga se habían congregado hasta 800 pobladores para llevarse la gasolina en bidones y cubetas, varios de ellos sumergidos en la inflamable lluvia que caía, de acuerdo con el gobierno mexicano.

"No tenía ni 20 minutos que había llegado él allí", lamentó María de Jesús y agregó que los ingresos de su esposo sostienen su familia.

El estallido se produjo hacia las 19:00 hora local, unas dos horas después de que soldados recibieron el reporte de la fuga y de que la noticia de que brotaba combustible corrió con rapidez en el poblado, que es cabecera de la municipalidad también llamada Tlahuelilpan.

La explosión, que pobladores dicen que se sintió como un temblor, atrapó a decenas de personas mientras que otras corrieron envueltas en llamas.

El combustible salía del ducto de la paraestatal Petróleos Mexicanos (Pemex) que corre entre Tuxpan, en la costa del golfo de México, y la refinería de Tula, ubicada cerca de Tlahuelilpan.

Para el gobierno mexicano no hay duda de que ladrones de combustibles provocaron la fuga: "Fue intencional, evidentemente alguien fue la persona que hizo esa perforación y que quería obtener ilícitamente material", declaró en conferencia el fiscal general, Alejandro Gertz Manero.

El ducto es una importante pieza en la logística de Pemex porque surte a la refinería de Tula, desde la cual se distribuye combustible al centro y oeste del país, y sólo en los últimos tres meses sufrió 10 embates de ladrones en el tramo de Tlahuelilpan, según la paraestatal.

"Entre el lugar donde sucedieron los lamentables hechos y la refinería de Tula hay 13 kilómetros, lo que equivale a un volumen de 10.000 barriles de gasolina", apuntó, en la misma conferencia, el director de Pemex, Octavio Romero.

El ducto había reiniciado operaciones el miércoles luego tres semanas de que estuvieron suspendidas, según el gobierno mexicano, que a finales de diciembre inició una ofensiva contra el robo que incluyó el cierre temporal de ductos y el transporte de la gasolina en carros tanque.

El alcalde de Tlahuelilpan, Juan Pedro Cruz, dijo a Xinhua que el hurto de hidrocarburos es un ilícito al alza en la zona y que ya se habían registrado incendios por tomas ilegales, pero aseguró que la gente no se abalanzó a esas fugas anteriores como sí lo hizo ahora.

"Lamentablemente el desabasto de combustible, creo yo, que fue el factor principal para esta desgracia", consideró el alcalde de la municipalidad, cuya población es de 30.000 habitantes en su mayoría campesinos.

Cuando más de 120 bomberos apagaron el fuego, tras cuatro horas de combatirlo, las autoridades encontraron los 63 cuerpos calcinados a lo largo de una larga zanja donde se esparcieron las llamas.

En plena madrugada, cerca de 150 pobladores rompieron el cerco militar para buscar entre los cadáveres parientes que no habían regresado a su casa tras ir a la fuga a surtirse de gasolina.

Con la mirada hurgaron si los restos tenían relojes, llaveros o credenciales que hubieran resistido al fuego y que sirvieran para identificarlos, pero sólo en tres casos las familias encontraron respuestas de inmediato y en otros seis la probabilidad.

El saldo fatal aumentó a lo largo de hoy luego de que murieron en hospitales varias de las más de 70 personas heridas, la mayoría de ellas por quemaduras.

"Va a ser muy difícil identificarlos a menos que sea con una prueba de ADN, lo cual es un método científico que durará algunos días", explicó el alcalde Cruz.

María Isabel, otra ama de casa de 49 años, se contaba entre quienes vivían incertidumbre porque sus dos sobrinas, Carina y Angélica Ugalde, estaban desaparecidas desde que "se les hizo fácil" ir a despacharse de gasolina.

Estaba consciente de que es posible que sus parientes, ambas vendedoras de elotes, figuren en la lista fatal porque no las encontró en los hospitales, pero también estaba enojada porque sentía que no era fácil el proceso para identificar los cuerpos.

Hablaba a unos metros del sitio del estallido, resguardado por decenas de militares al igual que las calles del poblado cuyos habitantes viven de sembrar maíz, alfalfa y avena: "Nos sentimos sin manos, sin palabras", expresó María Isabel.

Afuera de la alcaldía donde una pantalla mostraba la lista de personas buscadas, Norma, una comerciante, relató que anoche localizaron a su hermano Omar Vázquez vivo en un hospital con el cuerpo quemado, pero seguían buscando a otro pariente del que no sabían nada.

La mujer creía que su hermano, quien es un cerrajero, fue al sitio de la tragedia tras enterarse de que podía obtener gasolina a través de chats en redes sociales que daban cuenta de la fuga.

"Tal vez la inconsciencia y la necesidad los orilló a hacer eso porque había niños, mujeres. Entonces fue la necesidad y sí, toda la semana ha habido desabasto aquí en Hidalgo", lamentó la comerciante de 49 años.

Peritos se alistaban para hacer estudios de genética a 54 cuerpos que quedaron irreconocibles, aunque el procurador de Hidalgo, Raúl Arroyo, advirtió en conferencia por la tarde que el proceso podrá tomar "un tiempo considerable".

Mientras tanto, el poblado de Tlahuelilpan no despertaba aún de la pesadilla que hoy se reflejaba en rostros tristes, exhaustos por pasar la noche en vela y, a momentos, desesperados de sus habitantes.

"Es mucha tristeza en nuestro pueblo que desgraciadamente, a lo mejor por imprudencia, se ocasionó todo esto", expresó Norma.

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