RIO DE JANEIRO, 15 ene (Xinhua) -- Los desafíos que Brasil tiene por la frente son grandes, pero el clima es de confianza en la solución de los problemas más graves, que han impedido al país entrar en un nuevo ciclo virtuoso en la economía y la gestión pública en los últimos años, según explicaron analistas a Xinhua.
La armonía entre los poderes, con el fin del activismo del Poder Judicial, y el respeto a la Constitución de 1988 que ha sido cuestionada frecuentemente por algunas corrientes políticas, son las bases que deben facilitar un nuevo ciclo de crecimiento y expansión en Brasil.
"El Congreso Nacional, renovado y legitimado, vuelve a ser el principal protagonista de la República. Creo que lo que hay que cambiar es que los partidos que pierden votaciones en el Parlamento dejen de intentar revertir sus derrotas recurriendo al Judiciario", explicó Kléber Carrilho, profesor de comunicación política de la Universidad Metodista de Sao Paulo.
"El Poder Judicial se está volviendo cada vez más protagonista en el país, y esto es la prueba de que hay algo errado. Es necesario reconstruir el contenido y la imagen de los partidos y del Congreso", comentó.
Por su parte, Vera Chaia, profesora de Ciencia Política de la Pontificia Universidad Católica (PUC) de Sao Paulo afirmó que "Brasil todavía está saliendo de una de las elecciones más críticas de su historia, sino la que más, que es cuando hay un cambio repentino en el 'status quo', como sucedió con la victoria de Jair Bolsonaro en las elecciones".
"Se necesitará mucha creatividad y un nuevo estilo de relación con el Congreso Nacional por parte del nuevo gobierno, para asegurar la gobernabilidad del país. También porque el Partido Social Liberal (PSL, el de Bolsonaro), que creció substancialmente en las elecciones de octubre pasado, se convirtió en la segunda mayor fuerza en la Cámara de Diputados y está formado principalmente por 'elementos novatos', sin la experiencia necesaria para liderar la viabilización de la agenda del gobierno", sostuvo Chaia.
Para la experta, la crisis fiscal que vive tanto la administración federal, como los estados y los municipios brasileños son el principal problema que debe solucionar el país para recuperar la confianza de los mercados, recibir nuevas inversiones y volver a crecer.
"El foco debe ser la seguridad pública y la búsqueda de la armonía entre los poderes. Es necesarios rescatar la autoestima de los parlamentarios, precisamente en un momento en el que queda claro que la democracia está cada vez más arraigada en el país, que vive su mayor ciclo democrático de su historia", comentó Chaia.
"Cuando salimos de la dictadura militar (1964-1985), hubo una tendencia para votar a la izquierda. Ahora, por el voto popular, hubo una tendencia a la derecha, algo que debe entenderse como movimientos de ajuste dentro de la normalidad democrática de cada país", resaltó.
Ya el analista político Rodrigo Prando, de la Universidad Mackenzie, consideró que "la Constitución de 1988 está bien afinada con la realidad brasileña y tiene sus propios mecanismos de ajustes, sin que necesite ser substituida como llegó a ser propuesto durante el debate electoral por sectores que integran el nuevo gobierno".
Prando también consideró que la importancia que va adquiriendo el Poder Judicial en la escena política es algo equivocado, "porque el Judiciario no puede meterse en políticas públicas del Ejecutivo, aunque se puede ver que esto es una tendencia mundial que ocurre también en otros países.
En su opinión, el Poder Judicial debe mirar por el buen funcionamiento de la sociedad y la corrección de todos los actos, y necesita estar sincronizado en todas sus esferas para evitar sentencias contradictorias que acaban en largas batallas judiciales y reducen la credibilidad de Brasil ante inversores y el mundo.
