RIO DE JANEIRO, 9 jul (Xinhua) -- El juez instructor en segunda instancia del caso Lava Jato, que investiga la gigantesca red de corruptelas en la petrolera estatal brasileña Petrobras, decidió este lunes mantener su decisión de impedir la liberación del expresidente del país Luiz Inácio Lula da Silva (2003-2010), después de que ayer domingo un juez decretara dos veces su libertad.
El magistrado federal Joao Pedro Gebran Neto, del Tribunal Regional Federal 4 (TRF-4) de la Corte de Apelaciones, aseguró en un comunicado que mantiene lo que declaró respecto a una decisión que provocó un terremoto político en Brasil y una lucha judicial entre los partidarios de liberar a Lula y los favorables a que siga en prisión.
Gebran Neto suspendió ayer la decisión del juez Rogerio Favreto, quien estaba de guardia en el TRF-4 y que decretó la liberación de Lula atendiendo a un pedido de tres diputados del Partido de los Trabajadores (PT).
En su decisión de hoy, Gebran Neto también bloqueó las quejas dirigidas al Departamento de Asuntos Internos del tribunal y al Consejo Nacional de Justicia para investigar el supuesto incumplimiento de la orden de liberación por parte del juez federal Sérgio Moro, responsable en primera instancia del caso.
Para el magistrado, la octava sala del TRF-4 ya había rechazado la misma petición de liberar al expresidente y por ello no había ningún hecho nuevo que justificara la decisión de Rogerio Favreto de conceder la libertad al exmandatario.
"Si la aceptación de una medida cautelar durante horas normales ya es excepcional, lo es aún más su aceptación durante una guardia", argumentó Gebran.
Lula, de 72 años, cumple una condena de doce años y un mes de prisión acusado de corrupción activa y lavado de dinero en el marco del caso Petrobras.
El exmandatario fue condenado inicialmente el año pasado por el juez Moro a nueve años y medio de prisión por haber recibido supuestamente un apartamento en el litoral del estado de Sao Paulo por parte de la constructora OAS a cambio de favorecerla con contratos con Petrobras, algo que Lula niega.
Tras presentar la defensa de Lula un recurso contra la sentencia, el TRF-4 aumentó en enero la condena a doce años y un mes de prisión, que Lula empezó a cumplir el pasado 7 de abril en la sede de la Policía Federal en Curitiba (sur del país), donde dispone de una celda especial de 15 metros cuadrados, con cama, mesa y baño personal, tal y como prevé la ley brasileña para los expresidentes.
Desde su detención, la defensa de Lula ha presentado varios recursos para lograr su libertad, todos ellos desestimados por la Corte Suprema y el propio TRF-4.
