ESPECIAL: Aprendizaje de mandarín envuelve a profesora mexicana en cultura china

Actualizado 2017-10-23 09:15:14
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Por Luis Brito y Wu Hao

MEXICO, 22 oct (Xinhua) -- Estefany Macías, una profesora del idioma español, encontró en su afición por la cultura de China un camino profesional. Desde hace poco más de dos años es una de las escasas docentes en México especializadas en enseñar la lengua de Cervantes a los chinos que llegan por trabajo o estudios.

La mexicana, de 29 años, cuenta en entrevista con Xinhua que se acercó a China hace una década, cuando decidió aprender mandarín mientras cursaba la licenciatura en Lengua y Literaturas Hispánicas en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

Eligió ese idioma por mera curiosidad, pero con el tiempo descubrió una cultura en la que dice que prevalecen los valores del trabajo, amistad, confianza y respeto.

"Cuando empecé a estudiar (mandarín) me encantó, me fascinó. Es como un novio, como que me enamoró", recuerda la profesora del Centro de Enseñanza para Extranjeros (CEPE) de la UNAM.

Relata que le impresionó la apertura que mostraban los chinos para compartir su cultura cuando se acercaba a alguno con la intención de poner en práctica su mandarín, que estudió por tres años también en una escuela de la máxima casa de estudios del país.

EL BOOM DEL ESPAÑOL EN CHINA

Hacia 2010, cuando terminaba la licenciatura, se enfocó en encontrar la forma profesional de unir su pasión por los dos idiomas y entonces se dio cuenta que prácticamente no existían profesores especializados en dar clases de español a chinos.

"Eso me abrió un campo, una visión, una fuente de trabajo y de investigación muy importante y única", comenta.

"Descubrí que el español es un boom en China y para los chinos. En México, también, el mayor número de estudiantes que vienen son de Asia: japoneses, coreanos y chinos", agrega.

Después estudió un diplomado de enseñanza del español a extranjeros para especializarse en hablantes del mandarín, pero no sólo quería tener las herramientas pedagógicas necesarias para impartir las clases del castellano.

Para comprender mejor a sus alumnos llegados del otro lado del mundo, la académica también cursó la maestría en Estudios de Asia y África del Colegio de México con enfoque en China, en la que en estos últimos dos años se formó en cuanto a su historia, filosofía, literatura, política y economía.

Macías conoce la pronunciación del mandarín y su escritura, pero también acerca de la transición del gigante asiático hacia la China moderna y la capacidad estratégica del ex primer ministro Zhou Enlai, uno de sus históricos dirigentes.

También conoce la hospitalidad de los chinos por un viaje que hizo en 2015, en el que recorrió las ciudades de Shanghai, Suzhou, Xi´an, Pingyao, Taiyuan y Beijing, tras realizar una breve estancia en la Universidad de Minería y Tecnología de China.

Durante ese viaje se enamoró de las típicas empanadillas "jiaozi" y del bollo relleno "baozi", y en Beijing compró un collar con una mariposa de jade que usa sólo en ocasiones especiales: "Fue la joya de este viaje, de mi primera experiencia en China".

ALUMNOS DE DIVERSOS SECTORES Y UN MISMO PAIS

En estos dos años en su aula en el CEPE, ubicado en la Ciudad Universitaria de la UNAM, la profesora ha impartido clases a diplomáticos, empresarios, comerciantes, reporteros y universitarios chinos que llegan a México.

La lista de alumnos también abarca entrenadores de ping pong, tiro con arco y gimnasia que prestan sus servicios a equipos de la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte mexicana e incluso profesores de mandarín.

Destaca que los estudiantes chinos son disciplinados y muestran respeto hacia el profesor por la formación que reciben desde niños en su país, además de que percibe que les llama la atención la cultura y la gastronomía mexicana.

"Cada vez que doy clases se pule más mi interés (en China), se pule más el amor hacia lo que yo hago, que es enseñar español y que aprendan. El amor a enseñar y el amor hacia el chino", expresa.

Dice que a ella le llaman la atención la cultura de planeación con la que los chinos desarrollan su vida y el amor que muestran hacia sus raíces e historia. La convivencia con ellos ha hecho que cambie a tener mayor paciencia en el salón de clases y una mente más abierta a lo que es diferente.

"Admiro el amor que tienen hacia su cultura, hacia su patria. Unos dicen que el nacionalismo o ser nacionalista no está visto con buenos ojos, pero un poco de nacionalismo aquí en México y a los mexicanos no nos caería nada mal", abunda.

Por su experiencia, la profesora considera que el gobierno y los mexicanos en general tendrían que aumentar su conocimiento sobre China para sacar un mayor provecho de la relación bilateral, que en este 2017 cumplió 45 años de establecerse por la vía diplomática.

"Mi consejo es que hay que ser abiertos, hay que ser pacientes con el otro y darse la oportunidad de conocer China y conocer a los chinos", concluye.

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