ESPECIAL: Emprendedora de Xinjiang convierte habilidad de costura en negocio de éxito

Spanish.xinhuanet.com   2017-09-13 13:09:08

URUMQI, 13 sep (Xinhua) -- La sastrería de cinco empleados de Gulnisa Ali se ha convertido en una empresa que cuenta con más de 50 trabajadores.

"Mi tienda se expandió de 30 metros cuadrados a unos 500 en solo cinco años. Es un cambio increíble", asegura Gulnisa Ali, directora de una compañía que produce ropa étnica en Turpan, una ciudad turística en la región autónoma uygur de Xinjiang, en el noroeste de China.

Nacida en una pobre familia rural con cinco hermanas más, Ali heredó la habilidad de costura de su madre, aunque su abuela y bisabuela también son costureras experimentadas.

En 1996, Ali se trasladó a Turpan y empezó su propio negocio. La venta mensual era de entre 3.000 yuanes (cerca de 462 dólares) a 4.000 yuanes antes de 2013. Sin embargo, ahora la cantidad llega a 100.000 yuanes con un beneficio neto de unos 30.000 yuanes.

"Era una experta costurera, pero no tenía ni idea sobre cómo hacer negocios...No tenía un sitio apropiado ni asistentes para hacer esto", se lamenta la mujer de 50 años.

No obstante, el negocio comenzó a despegar después de que el gobierno local le diera un taller y le ayudase a contratar aprendices.

Cuando el reportero de Xinhua pasea por uno de sus talleres, ve que unos 10 mujeres jóvenes operan las máquinas de costuras diestramente. Los magníficos vestuarios étnicos cuelgan de las paredes, organizados y limpios.

"Mira estos vestidos. Me inspiré en las uvas y las apliqué en mis diseños", describe Ali. "Como ya sabes, hay más de 200 especies de uvas plantadas aquí en Turpan".

Ali atribuye el éxito a la ayuda del gobierno, "Sin esos apoyos, no hubiese podido hacerlo. Quiero decir, el gobierno ha sido el puente que ha conectado a los empleados y al mercado conmigo", apunta y agrega que el Banco Asiático de Desarrollo también le aportó ayudas.

Paritan Gapal, directora de la Federación de Mujeres en el distrito Gaochang de Turpan, cuenta a Xinhua que el banco introdujo un proyecto para impulsar el desarrollo cultural y turismo en las regiones de minorías étnicas, y también para respaldar a la gente local, sobre todo a las mujeres.

Dicho proyecto incluía nueve sesiones sobre emprendedores y habilidades de costura, beneficiando a 450 mujeres en total.

Hasta hoy, el banco había patrocinado a 30 mujeres que mostraron su voluntad de empezar sus propios negocios, ofreciéndoles a cada una 3.000 yuanes como fondo. También les suministró máquinas electrónicas y de bordados.

"La ayuda del banco ha inyectado gran ímpetu en el espíritu emprendedor de las mujeres. Aparte de eso, el gobierno local les ha concedido préstamos a interés cero y múltiples sugerencias, lo cual ha ayudado a darles confianza", destacó Gapal.

Los beneficiarios no le han defraudado. Gulnisa Ali, por ejemplo, ayudó a todas sus hermanas a abrir sus propias tiendas. Su firma ha ofrecido cursos de capacitación a más de 300 mujeres locales cada año y ha contratado a mujeres discapacitadas.

"Quiero arremangarme y trabajar duro otros cinco años", asegura Ali. A medida que su negocio crece, está considerando expandir el taller y contratar a más personal.

"También planeo recurrir a las plataformas de venta en línea como Alibaba. Si todo va bien, mis productos van a salir a otros países", expone.

Su sueño pueden convertirse en realidad, ya que el gobierno ha incrementado sus apoyos para facilitar el comercio, sobre todo las ventas en línea.

"El futuro es impredecible, pero tengo mucha confianza", concluye Ali.

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URUMQI, 13 sep (Xinhua) -- La sastrería de cinco empleados de Gulnisa Ali se ha convertido en una empresa que cuenta con más de 50 trabajadores.

"Mi tienda se expandió de 30 metros cuadrados a unos 500 en solo cinco años. Es un cambio increíble", asegura Gulnisa Ali, directora de una compañía que produce ropa étnica en Turpan, una ciudad turística en la región autónoma uygur de Xinjiang, en el noroeste de China.

Nacida en una pobre familia rural con cinco hermanas más, Ali heredó la habilidad de costura de su madre, aunque su abuela y bisabuela también son costureras experimentadas.

En 1996, Ali se trasladó a Turpan y empezó su propio negocio. La venta mensual era de entre 3.000 yuanes (cerca de 462 dólares) a 4.000 yuanes antes de 2013. Sin embargo, ahora la cantidad llega a 100.000 yuanes con un beneficio neto de unos 30.000 yuanes.

"Era una experta costurera, pero no tenía ni idea sobre cómo hacer negocios...No tenía un sitio apropiado ni asistentes para hacer esto", se lamenta la mujer de 50 años.

No obstante, el negocio comenzó a despegar después de que el gobierno local le diera un taller y le ayudase a contratar aprendices.

Cuando el reportero de Xinhua pasea por uno de sus talleres, ve que unos 10 mujeres jóvenes operan las máquinas de costuras diestramente. Los magníficos vestuarios étnicos cuelgan de las paredes, organizados y limpios.

"Mira estos vestidos. Me inspiré en las uvas y las apliqué en mis diseños", describe Ali. "Como ya sabes, hay más de 200 especies de uvas plantadas aquí en Turpan".

Ali atribuye el éxito a la ayuda del gobierno, "Sin esos apoyos, no hubiese podido hacerlo. Quiero decir, el gobierno ha sido el puente que ha conectado a los empleados y al mercado conmigo", apunta y agrega que el Banco Asiático de Desarrollo también le aportó ayudas.

Paritan Gapal, directora de la Federación de Mujeres en el distrito Gaochang de Turpan, cuenta a Xinhua que el banco introdujo un proyecto para impulsar el desarrollo cultural y turismo en las regiones de minorías étnicas, y también para respaldar a la gente local, sobre todo a las mujeres.

Dicho proyecto incluía nueve sesiones sobre emprendedores y habilidades de costura, beneficiando a 450 mujeres en total.

Hasta hoy, el banco había patrocinado a 30 mujeres que mostraron su voluntad de empezar sus propios negocios, ofreciéndoles a cada una 3.000 yuanes como fondo. También les suministró máquinas electrónicas y de bordados.

"La ayuda del banco ha inyectado gran ímpetu en el espíritu emprendedor de las mujeres. Aparte de eso, el gobierno local les ha concedido préstamos a interés cero y múltiples sugerencias, lo cual ha ayudado a darles confianza", destacó Gapal.

Los beneficiarios no le han defraudado. Gulnisa Ali, por ejemplo, ayudó a todas sus hermanas a abrir sus propias tiendas. Su firma ha ofrecido cursos de capacitación a más de 300 mujeres locales cada año y ha contratado a mujeres discapacitadas.

"Quiero arremangarme y trabajar duro otros cinco años", asegura Ali. A medida que su negocio crece, está considerando expandir el taller y contratar a más personal.

"También planeo recurrir a las plataformas de venta en línea como Alibaba. Si todo va bien, mis productos van a salir a otros países", expone.

Su sueño pueden convertirse en realidad, ya que el gobierno ha incrementado sus apoyos para facilitar el comercio, sobre todo las ventas en línea.

"El futuro es impredecible, pero tengo mucha confianza", concluye Ali.

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