ESPECIAL: Madres mexicanas deportadas luchan por reencontrase con sus hijos en EEUU

Spanish.xinhuanet.com   2017-05-07 16:07:01

MEXICO, 6 may (Xinhua) -- Miles de madres mexicanas, que han sido deportadas a su país de origen por autoridades estadunidenses, llegan a diario a Tijuana, ciudad fronteriza con Estados Unidos, con la esperanza de encontrar ayuda que les permita reencontrarse una vez más con sus hijos, a quienes han tenido que dejar en el país vecino por diversos motivos.

Las madres regresadas de Estados Unidos no sólo tratan de buscar trabajo en México, sino también intentan apelar su caso para volver a reunirse con sus hijos que han nacido en el país norteamericano.

En ocasiones, la corte estadounidense falla en favor de las madres; sin embargo, el miedo y las nuevas condiciones migratorias obligan a las madres mexicanas a salir del país, en el que han vivido durante los últimos años, pese a sentirse felices y con mejores oportunidades en aquella nación.

Tal es el caso de la mexicana Liliana Quiroz, madre de una niña de seis años, quien dijo este sábado a Xinhua que llegó a México hace poco más de un año en busca de ayuda jurídica que le permitiera encontrar a su hija Liliana Ivonne, a quien tuvo que dejar en San Diego, California, debido a los malos tratos de su esposo, mismo que la denunció con las autoridades por encontrarse de forma ilegal en esa ciudad.

"Me duele mucho estar lejos de mi hija, no me separé de ella porque yo quisiera, sino que las leyes para los mexicanos en Estados Unidos no ayudan a los ilegales y mucho menos si tenemos hijos americanos", refirió.

Caminando por las calles de Tijuana, comentó Quiroz, "vi una bandera americana que ondeaba y que me invitaba a entrar al Centro 'Madres y Familias Deportadas en Acción'", ahí se encontró con todo tipo de apoyo, el más importante, el psicológico.

Desde entonces, Liliana comenzó todo un proceso legal, pidiendo ayuda a las autoridades mexicanas y estadounidenses; sin embargo, por sus condiciones migratorias, no obtuvo los resultados esperados, por lo que continúa en pie de lucha con el sueño de volver a ver a su hija antes de que su rostro, su voz y su risa comiencen a borrarse de su pensamiento.

En ese sitio, Liliana conoció a la activista mexicana y fundadora del Centro "Madres y Familias Deportadas en Acción", María Galleta, que comentó a Xinhua que su organización civil surgió, de manera oficial, hace casi un año como una manera de defender a las familias divididas por las leyes migratorias, quienes tienen varios años sin ver a su familia debido a las deportaciones.

El centro de ayuda se ubica en Plaza Viva Tijuana, lugar en el que se les brinda ropa, información, así como orientación para mejorar la calidad de vida de las madres con apoyo de médicos, psicólogos, artesanos, abogados, maestros de inglés, entre otros voluntarios.

"El proyecto creció muy rápido, atrayendo cada vez a más gente desprotegida que llegaba a diario de Estados Unidos y que tenían que quedarse en la línea fronteriza en espera de una llamada telefónica de sus familiares o de un posible regreso a Estados Unidos, aunque fuera de forma ilegal", indicó.

Por el momento, el Centro brinda apoyo psicológico a más de 20 mujeres y ha logrado colocarlas en varios empleos.

Galleta dijo que, en los próximos meses, el proyecto se extenderá con apoyo de organismo gubernamentales y universidades de la ciudad que contribuyen a que el Centro siga trabajando.

"El objetivo de este Centro es no dejar desprotegidas o solas a las mujeres que se ven afectadas en sus vidas por la separación de un muro fronterizo, principalmente a aquellas que son madres y sus hijos se encuentran en Estados Unidos sin poder pisar tierra mexicana o viceversa", detalló.

El espacio, aunque es pequeño, cuenta con una computadora y con un teléfono que, a decir de Galleta, son los elementos más importantes para que las madres deportadas puedan comunicarse con sus familiares o con las autoridades para mantenerse al tanto del paradero de sus hijos o de los avances de su caso legal.

"Las familias son separadas, a veces padres, pero sobre todo madres deportadas que luchan por traer consigo a sus retoños a esta frontera mexicana y que, a veces, una vez lograda esta hazaña, se suscita una de las realidades más comunes, la difícil adaptación", agregó la activista mexicana y madre de cuatro hijos.

Asimismo, las mujeres coincidieron en que este próximo 10 de mayo, Día de las Madres, lo celebrarán "luchando contra corriente" y esperando que la ayuda llegue de alguna forma y así lograr reunir a cientos de menores con sus madres deportadas, que buscan adaptarse a su nueva vida en México en ausencia de sus pequeños.

NUEVAS POLITICAS MIGRATORIAS EN EEUU

Estados Unidos ha deportado a un número récord de personas en los últimos ocho años, lo que equivale a unos 2,5 millones de individuos, de acuerdo con autoridades migratorias.

Esto incluye a algunos de los entre 740.000 y 925.000 padres de niños estadounidenses que fueron deportados, en su mayoría a México y Centroamérica, entre 2003 y 2013, según un informe reciente del Instituto Urbano y el Instituto de Políticas de Migración.

El ejemplo más cercano de estas masivas deportaciones es el de Maribel Trujillo, una madre de cuatro hijos de nacionalidad estadounidense que vivía, trabajaba y daba clases en su parroquia en Estados Unidos y que fue expulsada el mes pasado hacia el interior de México en uno de los aviones de deportación del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de EEUU (ICE, por sus siglas en inglés).

La comunidad religiosa a la que pertenecía la mexicana envió múltiples peticiones de clemencia; sin embargo, la madre fue deportada, sin permitir que su hija de tres años, quien sufre de convulsiones, viajara con ella a México.

Maribel permanecía en Estados Unidos con un permiso de estadía y de trabajo que el gobierno le otorgaba cada año, por no ser prioridad de deportación y porque estaba peleando un caso de asilo luego de su arresto en 2007 durante una redada a la fábrica en la que trabajaba.

En 2015, el gobierno de Barack Obama decidió que Maribel era una buena candidata para recibir un permiso temporal utilizando el instrumento denominado "discreción procesal", que el gobierno aplicó desde 2014 a personas sin antecedentes penales y con fuertes lazos comunitarios en Estados Unidos.

Por ello, el ICE puso a Maribel en un sistema de chequeos anuales y le dio un permiso de trabajo.

Sin embargo, a principios de abril, Maribel se presentó a su cita anual, en la que demostró que tenía una solicitud legal pendiente para reabrir su caso de asilo.

Dos días después del encuentro con autoridades migratorias de Estados Unidos, la mujer fue interceptada en la calle cuando se dirigía a Fairfiel, Ohio, donde vivía con su esposo y sus hijos, y posteriormente, deportada a México.

De acuerdo con la abogada de Maribel, Kathleen Kersh, la deportación de su cliente demuestra que "el gobierno del presidente Donald Trump no está enfocado en echar a los criminales de Estados Unidos, sino en separar a madres pacíficas de sus hijos ciudadanos".

A principios de este año, Trump ordenó a su administración que aplicara de forma más agresiva las leyes de inmigración, con lo que se desataron múltiples redadas para encontrar y deportar a los que viven en Estados Unidos de manera ilegal sin distinción.

En febrero pasado, el Departamento de Seguridad Nacional emitió una serie de documentos que convierten en políticas las órdenes ejecutivas del presidente Trump sobre inmigración y seguridad fronteriza, lo que da cuenta de un cambio significativo en lo que se refiere a la forma en las que se ejecutan las leyes de inmigración.

En la anterior administración Obama, los inmigrantes indocumentados condenados por crímenes serios eran la prioridad durante los procesos de deportación.

En la actualidad, los agentes de inmigración y elementos de la patrulla fronteriza recibieron la orden de detener a cualquier persona convicta por cualquier delito.

La política también implica una expansión de las deportaciones rápidas, lo que permite que la Patrulla Fronteriza y el ICE deporten a más personas.

Las deportaciones expeditas incluyen a quienes han residido en EEUU hasta por dos años y podrán ser detenidos en cualquier estado del país.

De acuerdo con autoridades migratorias, el número de inmigrantes indocumentados en EEUU se estima en 11 millones, en su mayoría mexicanos.

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MEXICO, 6 may (Xinhua) -- Miles de madres mexicanas, que han sido deportadas a su país de origen por autoridades estadunidenses, llegan a diario a Tijuana, ciudad fronteriza con Estados Unidos, con la esperanza de encontrar ayuda que les permita reencontrarse una vez más con sus hijos, a quienes han tenido que dejar en el país vecino por diversos motivos.

Las madres regresadas de Estados Unidos no sólo tratan de buscar trabajo en México, sino también intentan apelar su caso para volver a reunirse con sus hijos que han nacido en el país norteamericano.

En ocasiones, la corte estadounidense falla en favor de las madres; sin embargo, el miedo y las nuevas condiciones migratorias obligan a las madres mexicanas a salir del país, en el que han vivido durante los últimos años, pese a sentirse felices y con mejores oportunidades en aquella nación.

Tal es el caso de la mexicana Liliana Quiroz, madre de una niña de seis años, quien dijo este sábado a Xinhua que llegó a México hace poco más de un año en busca de ayuda jurídica que le permitiera encontrar a su hija Liliana Ivonne, a quien tuvo que dejar en San Diego, California, debido a los malos tratos de su esposo, mismo que la denunció con las autoridades por encontrarse de forma ilegal en esa ciudad.

"Me duele mucho estar lejos de mi hija, no me separé de ella porque yo quisiera, sino que las leyes para los mexicanos en Estados Unidos no ayudan a los ilegales y mucho menos si tenemos hijos americanos", refirió.

Caminando por las calles de Tijuana, comentó Quiroz, "vi una bandera americana que ondeaba y que me invitaba a entrar al Centro 'Madres y Familias Deportadas en Acción'", ahí se encontró con todo tipo de apoyo, el más importante, el psicológico.

Desde entonces, Liliana comenzó todo un proceso legal, pidiendo ayuda a las autoridades mexicanas y estadounidenses; sin embargo, por sus condiciones migratorias, no obtuvo los resultados esperados, por lo que continúa en pie de lucha con el sueño de volver a ver a su hija antes de que su rostro, su voz y su risa comiencen a borrarse de su pensamiento.

En ese sitio, Liliana conoció a la activista mexicana y fundadora del Centro "Madres y Familias Deportadas en Acción", María Galleta, que comentó a Xinhua que su organización civil surgió, de manera oficial, hace casi un año como una manera de defender a las familias divididas por las leyes migratorias, quienes tienen varios años sin ver a su familia debido a las deportaciones.

El centro de ayuda se ubica en Plaza Viva Tijuana, lugar en el que se les brinda ropa, información, así como orientación para mejorar la calidad de vida de las madres con apoyo de médicos, psicólogos, artesanos, abogados, maestros de inglés, entre otros voluntarios.

"El proyecto creció muy rápido, atrayendo cada vez a más gente desprotegida que llegaba a diario de Estados Unidos y que tenían que quedarse en la línea fronteriza en espera de una llamada telefónica de sus familiares o de un posible regreso a Estados Unidos, aunque fuera de forma ilegal", indicó.

Por el momento, el Centro brinda apoyo psicológico a más de 20 mujeres y ha logrado colocarlas en varios empleos.

Galleta dijo que, en los próximos meses, el proyecto se extenderá con apoyo de organismo gubernamentales y universidades de la ciudad que contribuyen a que el Centro siga trabajando.

"El objetivo de este Centro es no dejar desprotegidas o solas a las mujeres que se ven afectadas en sus vidas por la separación de un muro fronterizo, principalmente a aquellas que son madres y sus hijos se encuentran en Estados Unidos sin poder pisar tierra mexicana o viceversa", detalló.

El espacio, aunque es pequeño, cuenta con una computadora y con un teléfono que, a decir de Galleta, son los elementos más importantes para que las madres deportadas puedan comunicarse con sus familiares o con las autoridades para mantenerse al tanto del paradero de sus hijos o de los avances de su caso legal.

"Las familias son separadas, a veces padres, pero sobre todo madres deportadas que luchan por traer consigo a sus retoños a esta frontera mexicana y que, a veces, una vez lograda esta hazaña, se suscita una de las realidades más comunes, la difícil adaptación", agregó la activista mexicana y madre de cuatro hijos.

Asimismo, las mujeres coincidieron en que este próximo 10 de mayo, Día de las Madres, lo celebrarán "luchando contra corriente" y esperando que la ayuda llegue de alguna forma y así lograr reunir a cientos de menores con sus madres deportadas, que buscan adaptarse a su nueva vida en México en ausencia de sus pequeños.

NUEVAS POLITICAS MIGRATORIAS EN EEUU

Estados Unidos ha deportado a un número récord de personas en los últimos ocho años, lo que equivale a unos 2,5 millones de individuos, de acuerdo con autoridades migratorias.

Esto incluye a algunos de los entre 740.000 y 925.000 padres de niños estadounidenses que fueron deportados, en su mayoría a México y Centroamérica, entre 2003 y 2013, según un informe reciente del Instituto Urbano y el Instituto de Políticas de Migración.

El ejemplo más cercano de estas masivas deportaciones es el de Maribel Trujillo, una madre de cuatro hijos de nacionalidad estadounidense que vivía, trabajaba y daba clases en su parroquia en Estados Unidos y que fue expulsada el mes pasado hacia el interior de México en uno de los aviones de deportación del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de EEUU (ICE, por sus siglas en inglés).

La comunidad religiosa a la que pertenecía la mexicana envió múltiples peticiones de clemencia; sin embargo, la madre fue deportada, sin permitir que su hija de tres años, quien sufre de convulsiones, viajara con ella a México.

Maribel permanecía en Estados Unidos con un permiso de estadía y de trabajo que el gobierno le otorgaba cada año, por no ser prioridad de deportación y porque estaba peleando un caso de asilo luego de su arresto en 2007 durante una redada a la fábrica en la que trabajaba.

En 2015, el gobierno de Barack Obama decidió que Maribel era una buena candidata para recibir un permiso temporal utilizando el instrumento denominado "discreción procesal", que el gobierno aplicó desde 2014 a personas sin antecedentes penales y con fuertes lazos comunitarios en Estados Unidos.

Por ello, el ICE puso a Maribel en un sistema de chequeos anuales y le dio un permiso de trabajo.

Sin embargo, a principios de abril, Maribel se presentó a su cita anual, en la que demostró que tenía una solicitud legal pendiente para reabrir su caso de asilo.

Dos días después del encuentro con autoridades migratorias de Estados Unidos, la mujer fue interceptada en la calle cuando se dirigía a Fairfiel, Ohio, donde vivía con su esposo y sus hijos, y posteriormente, deportada a México.

De acuerdo con la abogada de Maribel, Kathleen Kersh, la deportación de su cliente demuestra que "el gobierno del presidente Donald Trump no está enfocado en echar a los criminales de Estados Unidos, sino en separar a madres pacíficas de sus hijos ciudadanos".

A principios de este año, Trump ordenó a su administración que aplicara de forma más agresiva las leyes de inmigración, con lo que se desataron múltiples redadas para encontrar y deportar a los que viven en Estados Unidos de manera ilegal sin distinción.

En febrero pasado, el Departamento de Seguridad Nacional emitió una serie de documentos que convierten en políticas las órdenes ejecutivas del presidente Trump sobre inmigración y seguridad fronteriza, lo que da cuenta de un cambio significativo en lo que se refiere a la forma en las que se ejecutan las leyes de inmigración.

En la anterior administración Obama, los inmigrantes indocumentados condenados por crímenes serios eran la prioridad durante los procesos de deportación.

En la actualidad, los agentes de inmigración y elementos de la patrulla fronteriza recibieron la orden de detener a cualquier persona convicta por cualquier delito.

La política también implica una expansión de las deportaciones rápidas, lo que permite que la Patrulla Fronteriza y el ICE deporten a más personas.

Las deportaciones expeditas incluyen a quienes han residido en EEUU hasta por dos años y podrán ser detenidos en cualquier estado del país.

De acuerdo con autoridades migratorias, el número de inmigrantes indocumentados en EEUU se estima en 11 millones, en su mayoría mexicanos.

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