Comentario: Reunión entre Xi y Trump tranquilizará al mundo en cuanto a vínculos China-EE. UU.
                 Spanish.xinhuanet.com | 2017-04-05 16:59:38

Por Zhang Chunxiao y Meng Na

BEIJING, 5 abr (Xinhua) -- El presidente de China, Xi Jinping, y su homólogo estadounidense, Donald Trump, se reunirán en Florida, Estados Unidos, del jueves al viernes para definir el tono del futuro desarrollo de las relaciones bilaterales.

La reunión, que tendrá lugar en el complejo de recreo Mar-a-Lago, será la primera entre los dos mandatarios desde la toma de posesión de Trump, en enero, y también una ocasión para dispensar de manera considerable la formalidad que usualmente implica una visita de Estado, así como para fijar el enfoque en la comunicación efectiva en los asuntos de interés común.

Para aquellos que se han alarmado frente a la posibilidad de que surjan incertidumbres de los ajustes de políticas por parte de la administración Trump, la reunión enviará una señal positiva y tranquilizadora de que ambos países ponen gran énfasis en la estabilidad de sus relaciones.

Desde el establecimiento de los lazos diplomáticos, en 1979, China y Estados Unidos han tenido temporadas buenas y malas, pero la cooperación ha sido el tema principal, sobre todo ahora, dada la interdependencia, en un nivel nunca antes visto, y la creciente convergencia de intereses.

Los dos países han recorrido un largo camino, con el comercio bilateral multiplicado 207 veces desde 1979 hasta los 519.600 millones de dólares en 2016. Para finales de ese mismo año, la inversión bilateral llegó a ser de más de 170.000 millones de dólares. Aparte de eso, cooperaron en la lucha contra el terrorismo, el cambio climático y otros asuntos de impacto global.

Logros como éstos lo dicen todo sobre cuán beneficiosa es una relación China-EE. UU. sólida, no sólo para los dos pueblos sino también para el mundo en general. La cooperación ha probado ser el camino correcto para seguir adelante.

En 2013, Beijing y Washington acordaron impulsar sus vínculos con base en la cooperación de no confrontación ni conflicto, el respeto mutuo y el beneficio compartido.

Es de esperar que estos principios sigan prevaleciendo, como lo indicó el secretario de Estado estadounidense, Rex Tillerson, al reiterar los principios en su viaje a China, en marzo, al igual que el compromiso hecho por Trump de adherirse a la política de "una sola China", en una conversación telefónica con Xi en febrero.

Al mantener una comunicación estrecha, especialmente al nivel máximo, se garantizará que las relaciones sigan por el camino correcto.

En medio de una débil recuperación de la economía mundial, y una actitud cada vez más hostil hacia la globalización, el mundo observa atentamente a China y Estados Unidos.

En cuanto a la reunión, se espera que los dos líderes busquen consensos en cooperación económica y comercial, entre otras temáticas. Los resultados tendrán implicaciones globales.

Como países de gran influencia, China y Estados Unidos deben ir mucho más allá de sólo cuidar sus propios intereses.

Ambas naciones deben establecer ejemplos positivos para el mundo, asumir las responsabilidades debidas y, de manera individual o conjunta, proveer más recursos públicos para promover el bienestar de la humanidad.

Es crucial evitar la trampa de Tucídides. Y para eso la clave puede ser el fortalecimiento del diálogo y la coordinación entre ambas partes.

 
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Comentario: Reunión entre Xi y Trump tranquilizará al mundo en cuanto a vínculos China-EE. UU.

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Por Zhang Chunxiao y Meng Na

BEIJING, 5 abr (Xinhua) -- El presidente de China, Xi Jinping, y su homólogo estadounidense, Donald Trump, se reunirán en Florida, Estados Unidos, del jueves al viernes para definir el tono del futuro desarrollo de las relaciones bilaterales.

La reunión, que tendrá lugar en el complejo de recreo Mar-a-Lago, será la primera entre los dos mandatarios desde la toma de posesión de Trump, en enero, y también una ocasión para dispensar de manera considerable la formalidad que usualmente implica una visita de Estado, así como para fijar el enfoque en la comunicación efectiva en los asuntos de interés común.

Para aquellos que se han alarmado frente a la posibilidad de que surjan incertidumbres de los ajustes de políticas por parte de la administración Trump, la reunión enviará una señal positiva y tranquilizadora de que ambos países ponen gran énfasis en la estabilidad de sus relaciones.

Desde el establecimiento de los lazos diplomáticos, en 1979, China y Estados Unidos han tenido temporadas buenas y malas, pero la cooperación ha sido el tema principal, sobre todo ahora, dada la interdependencia, en un nivel nunca antes visto, y la creciente convergencia de intereses.

Los dos países han recorrido un largo camino, con el comercio bilateral multiplicado 207 veces desde 1979 hasta los 519.600 millones de dólares en 2016. Para finales de ese mismo año, la inversión bilateral llegó a ser de más de 170.000 millones de dólares. Aparte de eso, cooperaron en la lucha contra el terrorismo, el cambio climático y otros asuntos de impacto global.

Logros como éstos lo dicen todo sobre cuán beneficiosa es una relación China-EE. UU. sólida, no sólo para los dos pueblos sino también para el mundo en general. La cooperación ha probado ser el camino correcto para seguir adelante.

En 2013, Beijing y Washington acordaron impulsar sus vínculos con base en la cooperación de no confrontación ni conflicto, el respeto mutuo y el beneficio compartido.

Es de esperar que estos principios sigan prevaleciendo, como lo indicó el secretario de Estado estadounidense, Rex Tillerson, al reiterar los principios en su viaje a China, en marzo, al igual que el compromiso hecho por Trump de adherirse a la política de "una sola China", en una conversación telefónica con Xi en febrero.

Al mantener una comunicación estrecha, especialmente al nivel máximo, se garantizará que las relaciones sigan por el camino correcto.

En medio de una débil recuperación de la economía mundial, y una actitud cada vez más hostil hacia la globalización, el mundo observa atentamente a China y Estados Unidos.

En cuanto a la reunión, se espera que los dos líderes busquen consensos en cooperación económica y comercial, entre otras temáticas. Los resultados tendrán implicaciones globales.

Como países de gran influencia, China y Estados Unidos deben ir mucho más allá de sólo cuidar sus propios intereses.

Ambas naciones deben establecer ejemplos positivos para el mundo, asumir las responsabilidades debidas y, de manera individual o conjunta, proveer más recursos públicos para promover el bienestar de la humanidad.

Es crucial evitar la trampa de Tucídides. Y para eso la clave puede ser el fortalecimiento del diálogo y la coordinación entre ambas partes.

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