COMENTARIO: Reunión entre Xi y Trump dará tono a relaciones entre China y Estados Unidos
                 Spanish.xinhuanet.com | 2017-03-31 15:59:59

BEIJING, 31 mar (Xinhua) -- El próximo encuentro entre el presidente chino, Xi Jinping, y su homólogo estadounidense, Donald Trump, el primero de su tipo, servirá, de acuerdo con las expectativas, para sentar las pautas del desarrollo futuro de los lazos entre China y Estados Unidos, un asunto de gran relevancia para Asia-Pacífico y para el resto del mundo.

La reunión entre los dos líderes de las dos mayores economías mundiales reviste un gran significado ante las grandes oportunidades que tienen ante sí las relaciones entre las dos naciones tras registrar ciertos altibajos en los últimos meses.

China y Estados Unidos, afortunadamente, han sido siempre capaces de buscar una base común y aparcar las diferencias, y se han mostrado dispuestos a gestionar sus desacuerdos y mantener conjuntamente la estabilidad de las relaciones bilaterales, así como la paz en la región y más allá.

El 10 de febrero, en una conversación telefónica, los dos presidentes se comprometieron a forjar una relación bilateral constructiva. Trump corrigió su posición anterior y garantizó a su homólogo chino que la Administración estadounidense respetaría la política de una sola China, base de los vínculos bilaterales más importantes del mundo.

Los dos países, además, han acordado asentar las relaciones de acuerdo con los principios de ausencia de confrontación y de conflicto, respeto mutuo y cooperación en beneficio recíproco, unos principios que el secretario de Estado estadounidense, Rex Tillerson, ha reiterado en varias ocasiones y que fueron originalmente propuestos por China en 2013.

También han reconocido ambos lados que la cooperación es la única opción correcta y que unas relaciones sin contratiempos entre China y Estados Unidos resultarán en oportunidades de desarrollo importantes.

La próxima reunión cara a cara entre Xi y Trump es una buena oportunidad para ahondar en la comprensión personal que tienen el uno del otro y reforzar la confianza mutua. Una relación personal sólida entre jefes de Estado suele desempeñar un papel crucial, e incluso a veces indispensable, para fomentar los vínculos entre sus respectivos países.

Se espera que la reunión de dos días siente una serie de directrices para las relaciones bilaterales en el futuro y que los dos líderes intercambien puntos de vista sobre asuntos regionales y globales, como el comercio y la inversión en ambas direcciones, las divisas y la estabilidad en el mar Meridional de China, entre otros.

Por supuesto, sería ingenuo creer que las dos partes pueden acabar con sus diferencias en una sola reunión diplomática. Aún así, mientras las dos naciones puedan mantener la buena voluntad que han mostrado recientemente, para dialogar y hacer concesiones en base al respeto mutuo, no habrá diferencia que sea demasiado difícil de eliminar.

China y EEUU son ahora parte de un mundo altamente globalizado. Para la Administración Trump, la mayor parte de sus tareas más urgentes, como impulsar el crecimiento económico, crear empleo y modernizar su infraestructura, se encuentran en el ámbito doméstico.

De hecho los fuertes lazos económicos y comerciales de China con EEUU pueden ser de gran ayuda, en vez de obstáculos, para que la Administración Trump cumpla sus promesas. Los incentivos para que las dos partes arruinen su importante relación son, como mucho, mínimos.

A nivel mundial, los dos países también se necesitan el uno al otro más que nunca para abordar problemas espinosos como el calentamiento global, el terrorismo, los crímenes transnacionales y el tráfico de drogas, y para mantener la paz y el desarrollo globales.

El coste de la no cooperación sería demasiado grande.

La teoría de la Trampa de Tucídides describe el terrible escenario de China y EEUU enfrascándose en una guerra para competir por la supremacía global.

Aún así, la teoría no tiene en cuenta que en un mundo de interdependencia, la cooperación es la manera mejor y más eficiente para que naciones como China y EEUU consigan sus intereses comunes.

Mientras que los dos países puedan lograr sus intereses compartidos así como lidiar con sus diferencias con pragmatismo y prudencia, podrán sin duda evitar esta trampa.

 
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COMENTARIO: Reunión entre Xi y Trump dará tono a relaciones entre China y Estados Unidos

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BEIJING, 31 mar (Xinhua) -- El próximo encuentro entre el presidente chino, Xi Jinping, y su homólogo estadounidense, Donald Trump, el primero de su tipo, servirá, de acuerdo con las expectativas, para sentar las pautas del desarrollo futuro de los lazos entre China y Estados Unidos, un asunto de gran relevancia para Asia-Pacífico y para el resto del mundo.

La reunión entre los dos líderes de las dos mayores economías mundiales reviste un gran significado ante las grandes oportunidades que tienen ante sí las relaciones entre las dos naciones tras registrar ciertos altibajos en los últimos meses.

China y Estados Unidos, afortunadamente, han sido siempre capaces de buscar una base común y aparcar las diferencias, y se han mostrado dispuestos a gestionar sus desacuerdos y mantener conjuntamente la estabilidad de las relaciones bilaterales, así como la paz en la región y más allá.

El 10 de febrero, en una conversación telefónica, los dos presidentes se comprometieron a forjar una relación bilateral constructiva. Trump corrigió su posición anterior y garantizó a su homólogo chino que la Administración estadounidense respetaría la política de una sola China, base de los vínculos bilaterales más importantes del mundo.

Los dos países, además, han acordado asentar las relaciones de acuerdo con los principios de ausencia de confrontación y de conflicto, respeto mutuo y cooperación en beneficio recíproco, unos principios que el secretario de Estado estadounidense, Rex Tillerson, ha reiterado en varias ocasiones y que fueron originalmente propuestos por China en 2013.

También han reconocido ambos lados que la cooperación es la única opción correcta y que unas relaciones sin contratiempos entre China y Estados Unidos resultarán en oportunidades de desarrollo importantes.

La próxima reunión cara a cara entre Xi y Trump es una buena oportunidad para ahondar en la comprensión personal que tienen el uno del otro y reforzar la confianza mutua. Una relación personal sólida entre jefes de Estado suele desempeñar un papel crucial, e incluso a veces indispensable, para fomentar los vínculos entre sus respectivos países.

Se espera que la reunión de dos días siente una serie de directrices para las relaciones bilaterales en el futuro y que los dos líderes intercambien puntos de vista sobre asuntos regionales y globales, como el comercio y la inversión en ambas direcciones, las divisas y la estabilidad en el mar Meridional de China, entre otros.

Por supuesto, sería ingenuo creer que las dos partes pueden acabar con sus diferencias en una sola reunión diplomática. Aún así, mientras las dos naciones puedan mantener la buena voluntad que han mostrado recientemente, para dialogar y hacer concesiones en base al respeto mutuo, no habrá diferencia que sea demasiado difícil de eliminar.

China y EEUU son ahora parte de un mundo altamente globalizado. Para la Administración Trump, la mayor parte de sus tareas más urgentes, como impulsar el crecimiento económico, crear empleo y modernizar su infraestructura, se encuentran en el ámbito doméstico.

De hecho los fuertes lazos económicos y comerciales de China con EEUU pueden ser de gran ayuda, en vez de obstáculos, para que la Administración Trump cumpla sus promesas. Los incentivos para que las dos partes arruinen su importante relación son, como mucho, mínimos.

A nivel mundial, los dos países también se necesitan el uno al otro más que nunca para abordar problemas espinosos como el calentamiento global, el terrorismo, los crímenes transnacionales y el tráfico de drogas, y para mantener la paz y el desarrollo globales.

El coste de la no cooperación sería demasiado grande.

La teoría de la Trampa de Tucídides describe el terrible escenario de China y EEUU enfrascándose en una guerra para competir por la supremacía global.

Aún así, la teoría no tiene en cuenta que en un mundo de interdependencia, la cooperación es la manera mejor y más eficiente para que naciones como China y EEUU consigan sus intereses comunes.

Mientras que los dos países puedan lograr sus intereses compartidos así como lidiar con sus diferencias con pragmatismo y prudencia, podrán sin duda evitar esta trampa.

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