BEIJING, 27 mar (Xinhua) -- Nueva Zelanda se convirtió hoy en el primer país occidental desarrollado en firmar un acuerdo de cooperación con China sobre la Iniciativa de la Franja y la Ruta.
Como una iniciativa distintiva del proyecto de China para la globalización económica, la Franja y la Ruta cuenta con la participación de más de 100 países y organizaciones internacionales y más de 40 acuerdos de cooperación han sido firmados con China, lo que supera las expectativas globales.
La iniciativa ha cosechado beneficios anticipados ya que ha ayudado a estimular el crecimiento económico, crear empleos y mejorar la calidad de vida en países a lo largo de las rutas.
La gente se pregunta cómo la táctica de China ha logrado tal efecto a pesar de una aletargada recuperación económica, el debilitado comercio internacional y un grado de recaída en la globalización.
La clave está en abandonar la ley de la selva, el hegemonismo y las políticas de poder como un juego de suma cero, al mismo tiempo que son reemplazados con cooperación, asociación e intercambio.
Sabiduría, responsabilidad y verdadera búsqueda del desarrollo común están materializados en la iniciativa, la cual ha sido reconocida por más actores económicos e incluso ha trascendido ideologías y la geopolítica tradicional.
Por ejemplo, China ha estado trabajando con Australia y Nueva Zelanda para transcender las diferencias en condiciones nacionales, cultura y tradición, para lograr exitosos resultados con base en el respeto y la igualdad.
En vez de simplemente hacer hincapié en el comercio como en los viejos días, la Iniciativa de la Franja y la Ruta de China se refiere más a la inversión, infraestructura, oportunidades compartidas e interconectividad para un futuro compartido, evidente en la cooperación de China con Arabia Saudí e Israel, dos importantes países a lo largo de la Franja Económica de la Ruta de la Seda.
China y Arabia Saudí firmaron 14 acuerdos de cooperación durante una visita del rey saudí, Salman bin Abdulaziz Al Saud, a Beijing a principios de este mes, incluyendo proyectos que involucran capacidad de producción y cooperación en inversión por un valor de alrededor de 65.000 millones de dólares.
Durante la visita del primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, a China este mes, las dos partes anunciaron una asociación integral innovadora y firmaron acuerdos de cooperación en economía, ciencia y tecnología, comercio y aviación civil.
China espera impulsar la cooperación en la Franja y la Ruta con países de Medio Oriente porque el desarrollo es tanto la raíz como la solución para resolver asuntos contenciosos en la región afectada por conflictos.
La apertura ha sido una fuerza que ha impulsado a China a convertirse en la segunda mayor economía del mundo durante décadas recientes.
El país ha sido un defensor comprometido del libre comercio, y sabe bien que al hacer un balance los beneficios superan los costos para los países.
A pesar de su déficit comercial con Australia y Nueva Zelanda, por ejemplo, China se mantiene comprometido con una mayor apertura mutua en ambos mercados.
En la realidad global que parece desplegarse hacia el proteccionismo y contra la globalización, la Iniciativa de la Franja y la Ruta trae esperanzas de que la apertura, el desarrollo compartido y la cooperación cruzarán todos los muros y las barreras.
En tiempos difíciles, el mundo necesita sabiduría y unidad para avanzar. Los primeros beneficios de la Iniciativa de la Franja y la Ruta han demostrado que son una buena opción.