COMENTARIO: Se debe mantener el buen ímpetu para los lazos China-EEUU

Spanish.xinhuanet.com   2017-03-18 15:31:01

BEIJING, 18 mar (Xinhua) -- Nunca antes la relación entre China y EEUU había sido tan complicada de comprender y tan importante como para fracasar.

El sábado marcará la primera visita a China de Rex Tillerson como secretario de Estado de EEUU. Muchos especulan con que una de las principales tareas del máximo diplomático estadounidense en Beijing este fin de semana será comunicarse con la parte china sobre una posible reunión entre los jefes de Estado de los dos países en las próximas semanas.

En los días previos a la visita de Tillerson, las relaciones entre China y EEUU han visto avances positivos.

En una conversación telefónica el mes pasado entre el presidente chino, Xi Jinping, y su homólogo estadounidense, Donald Trump, los dos líderes prometieron construir una relación bilateral constructiva.

El presidente Trump escribió una vez en Twitter que Washington no necesita estar sujeto a la política de una sola China. Durante su conversación con Xi, cambió su postura y aseguró a su homólogo chino que el gobierno de EEUU seguirá adheriéndose a dicha política, algo fundamental para las relaciones bilaterales más importantes del mundo.

Las dos economías principales tienen todos los motivos para mantenerse comprometidas con una relación fuerte debido a su amplio abanico de intereses compartidos, especialmente comerciales.

El comercio bilateral excedió el año pasado los 519.600 millones de dólares, según el Ministerio chino de Comercio. Esto convierte a China en el mayor socio comercial del país norteamericano, y a EEUU en el segundo para el país asiático.

También, en vez de llevarse puestos de manufactura de EEUU, los intercambios económicos y comerciales entre los dos países han, de hecho, apoyado más de 2,6 millones de empleos en todo el país norteamericano desde la industria automotriz, la de equipamientos de construcción y la agrícola.

Estos hechos y estadísticas son una clara demostración de la interdependencia de las dos principales economías mundiales. Cualquier revés a los lazos bilaterales causaría un daño inmensurable a ambas partes.

El viaje de Tillerson también se produce en un momento en el que Asia Pacífico y el mundo entero están enfrentándose a una serie de temas espinosos que requieren la estrecha coordinación entre los dos países, especialmente sobre la situación en la Península Coreana.

Antes de su llegada a Beijing, el máximo diplomático estadounidense visitó Corea del Sur, donde abogó por un nuevo enfoque para lidiar con la República Popular Democrática de Corea (RPDC), insinuando que podrían considerarse opciones militares contra Pyongyang.

Sin embargo, no hay nada nuevo en este enfoque. Estas mismas tácticas fueron utilizadas por el expresidente estadounidense George W. Bush y fracasaron.

En los primeros años de su presidencia, Bush llevó a cabo una política aislacionista y coercitiva contra la ambición nuclear de la RPDC sin resultados.

Posteriormente, la Administración Bush comenzó a tratar el país asiático de manera tanto bilateral como multilateral. A cambio, Pyongyang cerró sus instalaciones nucleares de Yongbyon en 2007, y regresó a la mesa de negociaciones.

El enfoque demuestra que Washington necesita conversar con la RPDC, en vez de intentar amedrentarla.

Antes de que Tillerson comenzara su gira asiática, el Departamento de Estado estadounidense reveló que su secretario desea buscar una relación "orientada a los resultados" con China.

Los resultados positivos requieren esfuerzos y buena fe de ambos lados. Beijing nunca ha fallado en poner de su parte, ahora le toca a Washington.

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COMENTARIO: Se debe mantener el buen ímpetu para los lazos China-EEUU

Spanish.xinhuanet.com 2017-03-18 15:31:01

BEIJING, 18 mar (Xinhua) -- Nunca antes la relación entre China y EEUU había sido tan complicada de comprender y tan importante como para fracasar.

El sábado marcará la primera visita a China de Rex Tillerson como secretario de Estado de EEUU. Muchos especulan con que una de las principales tareas del máximo diplomático estadounidense en Beijing este fin de semana será comunicarse con la parte china sobre una posible reunión entre los jefes de Estado de los dos países en las próximas semanas.

En los días previos a la visita de Tillerson, las relaciones entre China y EEUU han visto avances positivos.

En una conversación telefónica el mes pasado entre el presidente chino, Xi Jinping, y su homólogo estadounidense, Donald Trump, los dos líderes prometieron construir una relación bilateral constructiva.

El presidente Trump escribió una vez en Twitter que Washington no necesita estar sujeto a la política de una sola China. Durante su conversación con Xi, cambió su postura y aseguró a su homólogo chino que el gobierno de EEUU seguirá adheriéndose a dicha política, algo fundamental para las relaciones bilaterales más importantes del mundo.

Las dos economías principales tienen todos los motivos para mantenerse comprometidas con una relación fuerte debido a su amplio abanico de intereses compartidos, especialmente comerciales.

El comercio bilateral excedió el año pasado los 519.600 millones de dólares, según el Ministerio chino de Comercio. Esto convierte a China en el mayor socio comercial del país norteamericano, y a EEUU en el segundo para el país asiático.

También, en vez de llevarse puestos de manufactura de EEUU, los intercambios económicos y comerciales entre los dos países han, de hecho, apoyado más de 2,6 millones de empleos en todo el país norteamericano desde la industria automotriz, la de equipamientos de construcción y la agrícola.

Estos hechos y estadísticas son una clara demostración de la interdependencia de las dos principales economías mundiales. Cualquier revés a los lazos bilaterales causaría un daño inmensurable a ambas partes.

El viaje de Tillerson también se produce en un momento en el que Asia Pacífico y el mundo entero están enfrentándose a una serie de temas espinosos que requieren la estrecha coordinación entre los dos países, especialmente sobre la situación en la Península Coreana.

Antes de su llegada a Beijing, el máximo diplomático estadounidense visitó Corea del Sur, donde abogó por un nuevo enfoque para lidiar con la República Popular Democrática de Corea (RPDC), insinuando que podrían considerarse opciones militares contra Pyongyang.

Sin embargo, no hay nada nuevo en este enfoque. Estas mismas tácticas fueron utilizadas por el expresidente estadounidense George W. Bush y fracasaron.

En los primeros años de su presidencia, Bush llevó a cabo una política aislacionista y coercitiva contra la ambición nuclear de la RPDC sin resultados.

Posteriormente, la Administración Bush comenzó a tratar el país asiático de manera tanto bilateral como multilateral. A cambio, Pyongyang cerró sus instalaciones nucleares de Yongbyon en 2007, y regresó a la mesa de negociaciones.

El enfoque demuestra que Washington necesita conversar con la RPDC, en vez de intentar amedrentarla.

Antes de que Tillerson comenzara su gira asiática, el Departamento de Estado estadounidense reveló que su secretario desea buscar una relación "orientada a los resultados" con China.

Los resultados positivos requieren esfuerzos y buena fe de ambos lados. Beijing nunca ha fallado en poner de su parte, ahora le toca a Washington.

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