ZHENGZHOU, 17 mar (Xinhua) -- Li Xiangting sabía que algo malo debió ocurrirle a su secretaria de partido, Wu Shulan, dado que no había escuchado de ella en dos meses.
Wu, de 60 años de edad, trajo esperanza a 2.000 residentes atrapados en el círculo de la pobreza extrema en la aldea montañosa de Xiwanglou, en la provincia china central de Henan, desde que se hizo cargo de los esfuerzos de alivio de la pobreza en 2014.
Para Li, de 70 años de edad, fue extraña la desaparición de Wu porque el anciano analfabeta sabía cuán a menudo venía la secretaria del partido.
En los últimos dos años, Li marcó todas las visitas de Wu con una línea en su puerta. En 2014, trazó 25 líneas; el año pasado fueron 42.
Tras preguntar a otras personas, Li se enteró de que Wu se estaba recuperando de una cirugía cardíaca, aunque lo alivió verla estable en el hospital.
Wu se hizo famosa por ayudar a las personas a salir de la pobreza.
En 2010, mientras trabajaba en la oficina provincial de alivio de pobreza, se ofreció a asumir el cargo de secretaria del partido en su aldea natal Dawuzhuang, en Henan.
En ese entonces era la única mujer y la más grande de un primer equipo de 19 funcionarios en la provincia que respondieron al llamado de los funcionarios de alto nivel para ayudar en las labores de alivio de la pobreza en las zonas rurales.
La sorprendió ver que su aldea no había cambiado en 32 años.
"No había carreteras, la escuela primaria todavía está en ruinas", escribió Wu en su diario.
Dawuzhuang se encuentra en una típica llanura de Henan. Durante siglos, los residentes locales se han alimentado cosechando granos como maíz y trigo.
Pero los bajos índices de escolaridad y la falta de industrias mantienen a la región en extrema pobreza. Es como si no hubiera forma de salir.
En 2010, más de la mitad de los 1.700 residentes de Dawuzhuang tenían un ingreso anual de cerca de 2.600 yuanes (377 dólares) por persona, por debajo de la línea nacional de pobreza.
China fijó el objetivo de erradicar la pobreza para 2020, pero es una ardua tarea dado que todavía había hasta finales del año pasado 43,35 millones de personas en pobreza.
Para los funcionarios de las bases como Wu, salir de la pobreza no son palabras vacías, sino una tarea que se debe realizar de forma gradual.
A fin de recaudar fondos para construir una granja lechera y un taller textil en la aldea, Wu retiró todos sus ahorros y en innumerables ocasiones le pidió prestado dinero a su hija que trabaja en Beijing.
"Una vez que mi hija vino a visitarme, lo primero que dijo fue 'mamá no tengo ni un centavo'", dijo Wu.
Durante su período en Dawuzhuang entre 2010 y 2013, organizó las reparaciones de la escuela, construyó 11 caminos y abrió una guardería. El ingreso anual per cápita en Dawuzhuang se duplicó a 5.600 yuanes y 76 familias salieron de la pobreza.
Pero el exceso de trabajo dañó la salud de Wu. La funcionaria padece diabetes y disfunción renal, pero eligió quedarse en la línea de acción.
La aldea de Xiwanglou en la que trabaja es incluso más pobre.
Con una población de 2.000 habitantes, muchas personas de la aldea viven en áreas montañosas aisladas, sin carreteras. Los niños tienen que caminar varios kilómetros todos los días para llegar a la escuela.
Para recaudar ingresos locales, Wu arregló una ruta de montaña de 28 kilómetros para ciclistas, así como 107 hectáreas para cultivar prunella vulgaris, una planta medicinal que se espera que genere ingresos anuales por 6,4 millones de yuanes.
Wu también ayudó a los empresarios locales a recibir préstamos bancarios por más de tres millones de yuanes para iniciar sus propios negocios y para construir carreteras que den a los residentes locales acceso al resto del mundo.
"Estamos muy agradecidos con nuestra querida secretario del partido", dijo un aldeano.
Con 60 años, ha llegado el momento de que Wu se jubile, pero ella no está dispuesta a parar.
"Trabajo contra reloj. No quiero decepcionar al gobierno ni a las personas que cuentan conmigo", dijo Wu.
