BEIJING, 5 sep (Xinhua) -- En su discurso de apertura de la cumbre del G20 el domingo en Hangzhou, el presidente chino, Xi Jinping, no sólo identificó los grandes desafíos a los que se enfrenta la economía mundial, sino que también prescribió remedios para reavivar el crecimiento, afirmaron expertos y observadores de diferentes partes del mundo.
En París, el analista internacional y renombrado sinólogo David Gosset aseguró que el discurso de Xi es muy significativo pues llega en un momento en el que el mundo afronta diversos retos.
Entre ellos, dijo, las cifras bajas de crecimiento, el deterioro del medio ambiente y las tensiones regionales que afectan las relaciones entre los miembros del G20.
"Las altas expectativas que despierta la cumbre se pueden explicar por el contexto único que la rodea y, además, por el reconocimiento de que puede tener un impacto positivo en un momento crítico para los asuntos globales", explicó el experto francés.
Xi, subrayó Gosset, ha pedido a sus colegas en el G20 que eviten unas conversaciones vacías y ha dicho que quiere resultados concretos y eficacia.
A juicio del analista, es posible que en la actualidad no exista mejor lugar que China para calmar a los países que afrontan dificultades económicas y enviar un mensaje de confianza en el futuro de la economía mundial, pues no en vano el país asiático está entre las economías con mejor desempeño del G20 a pesar de su ralentización gradual.
Aunque no es realista esperar que la cumbre de Hangzhou resuelva todos los problemas mundiales, puede sin duda infundir un espíritu, añadió el sinólogo.
Ese espíritu de la cumbre de Hangzhou, precisó, "tiene sus raíces en los imperativos de la creatividad, la armonía y la inclusión", al tiempo que puede "enriquecer la sabiduría colectiva y es un aliento para que la humanidad vislumbre un sueño común de paz y felicidad".
Para Mahmoud Allam, exembajador egipcio en China, el discurso de Xi en la cumbre del G20 refleja la aspiración china de ayudar a construir un mundo mejor, y también es una prueba de su papel como puente entre países desarrollados y en vías de desarrollo.
En su discurso, Xi instó a las principales economías del G20 a apoyar a los países en desarrollo y a adopatar medidas concretas para evitar que estos últimos sean despojados de la oportunidad de atraer inversiones, participar en el comercio global y mejorar el bienestar de su pueblo, destacó el exembajador.
También resaltó que Xi ha prometido un apoyo integral a las naciones en desarrollo y que "China, como país en desarrollo, desea devolver el apoyo que ha recibido de los países en desarrollo fortaleciendo el desarrollo de estos".
Luigi Gambardella, presidente de ChinaEU, asociación comercial con sede en Bruselas, resaltó los dos aspectos que más le habían impresionado en el discurso de Xi: la economía digital como nuevo ímpetu del crecimiento global y el comercio libre.
Al recalcar que el proteccionismo comercial va en aumento y el movimiento antiglobalización también está ganando impulso, Gambardella dijo que China, como segunda mayor economía del mundo, está asumiendo la responsabilidad de establecer una economía global abierta, y sus esfuerzos son cada día más reconocidos por los países occidentales.
Donald J. Lewis, experto en comercio internacional y profesor de la Escuela de Derecho de Stanford, enfatizó que el discurso de Xi muestra que China es un país responsable y también un líder a la hora de reactivar la economía global y renovar la gobernanza mundial.
La atención china al crecimiento inclusivo también es alentadora en un contexto de creciente proteccionismo, indicó el experto, quien agregó que el mundo necesita un marco de comercio mundial más abierto y un rejuvenecimiento del sistema comercial multilateral para facilitar el crecimiento sostenible.