RIO DE JANEIRO, 21 jun (Xinhua) -- Dos ex ministros del gobierno de la presidenta suspendida de Brasil, Dilma Rousseff, aseguraron hoy ante la comisión del Senado a cargo del proceso político contra ésta, que no existió fraude alguno durante su mandato que justifique su destitución.
La ex ministra de Planificación y ex presidenta del banco público Caixa Económica Federal, Miriam Belchior, y el ex ministro de Derechos Humanos y de Desarrollo Agrario Gilberto José "Pepe" Vargas, testificaron en la comisión del Senado, a petición de la defensa de Rousseff.
Ambos afirmaron que las irregularidades fiscales por las cuales es acusada la mandataria son habituales en los anteriores gobiernos de Brasil.
La oposición denunció a Rousseff por las "pedaladas fiscales", como se le conoció a la contratación de créditos para el gobierno con la banca pública y emisión de decretos que alteraban los presupuestos sin la autorización del Congreso.
Belchior y Vargas coincidieron en que esas prácticas han sido "comunes" en la administración pública brasileña, tanto en los ámbitos nacional, regional y municipal, y rechazaron que sean un "delito de responsabilidad", que es como define la Constitución las causas para destituir a un mandatario.
Belchior dijo que los decretos mediante los cuales se modificaron los presupuestos aprobados por el Congreso no aumentaron el gasto público, como sostiene la acusación, porque según ella, fueron utilizados para darle destino a "excedentes fiscales" no previstos en el cálculo inicial.
La ex ministra criticó que "al menos durante los últimos 15 años esos excedentes se trataron de la misma forma y nadie lo penalizó, pero ahora, así de repente, hay una hecatombe por eso".
La comisión del Senado escucha esta semana a los testigos de la defensa de Rousseff, antes de realizar un informe en el que deberá recomendar la destitución de la mandataria o que la causa sea archivada.
El informe deberá ser votado en el plenario de la cámara alta, que deberá decidir por una mayoría simple de 41 votos entre sus 81 miembros si la causa prosigue.
De ser así, el Senado votará en agosto la destitución de Dilma Rousseff, apartada del cargo el pasado 12 de mayo, para lo cual necesita dos tercios de los votos en el Senado (54).
En caso de que eso ocurra, el vicepresidente de Brasil, Michel Temer, actual presidente interino, completará el mandato que vence el 1 de enero de 2019, pero si Rousseff es absuelta recuperará el poder una vez que sea publicada la sentencia.
