ESPECIAL: Prisión mexicana donde murieron 52 reos enfrenta carencias de años

Actualizado 2016-02-12 05:21:58 | Spanish. xinhuanet. com

Por Luis Brito

MEXICO-MONTERREY-SECURITY-PRISON

Jaime Rodríguez Calderón, gobernador de Nuevo León, informó en una conferencia de prensa que 52 personas murieron y 12 heridos después de una pelea entre dos fracciones rivales de los internos dentro de la prisión de Topo Chico. (Xinhua / ABC)

MEXICO, 11 feb (Xinhua) -- La prisión de Topo Chico, en el norteño estado de Nuevo León, donde este jueves murieron 52 presos durante un motín, enfrenta desde hace años carencias de gobernabilidad y seguridad que no han sido atendidas por sus autoridades, advirtieron expertas en temas penitenciarios entrevistadas por Xinhua.

Leslie Solís, investigadora del programa de Seguridad y Justicia de México Evalúa, un centro de análisis de políticas públicas, subrayó que, según diagnósticos de la oficina del ombudsman mexicano, la cárcel estatal no tiene suficiente personal de custodia y sus autoridades muestran una baja capacidad para controlar la seguridad.

"Topo Chico y en general las cárceles en Nuevo León han tenido calificaciones reprobatorias en aspectos fundamentales para garantizar la seguridad de los internos, las condiciones de gobernabilidad al interior de las prisiones, y la calidad de una vida digna para los que ahí habitan", manifestó la especialista en sistemas penitenciarios.

Topo Chico es la cárcel más grande de Nuevo León, con una población de 3.965 presos, de los cuales el 80 por ciento enfrenta cargos o compurga penas por delitos del orden común, y el resto por ilícitos federales, según datos a diciembre de 2015 de la Secretaría de Gobernación, el ministerio del interior mexicano.

La operación de Topo Chico está bajo cargo del gobierno de Nuevo León, estado donde existen en total 15 prisiones donde están recluidos a la fecha 7.909 presos, de acuerdo con las cifras oficiales.

Solís detalló que los diagnósticos anuales de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), la oficina del ombudsman, han registrado que en Topo Chico existen actividades ilícitas y que hay presos que ejercen violencia contra la población de la prisión.

La prisión de Topo Chico, según las estadísticas oficiales del gobierno federal, enfrentaba un sobrecupo de 280 presos, porque su capacidad total es para 3.685 reos.

"Son problemas que se vienen registrando, los diagnósticos ahí están a disponibilidad de las autoridades para cuando quieran verlos. No se han atendido", dijo Solís.

El motín inició a las 23:30 horas del 10 de febrero por una riña entre dos grupos antagónicos en el interior de la prisión localizada en la ciudad de Monterrey, capital de Nuevo León, que se prolongó hasta la 01:30 horas de hoy, cuando los cuerpos de seguridad pudieron controlar la situación, según el gobierno estatal.

El gobernador de Nuevo León, Jaime Rodríguez, dijo en rueda de prensa que los grupos enfrentados son liderados por Jorge Iván Hernández "El Credo", y Juan Pablo Saldívar, "Z27", cabecillas del Cártel del Golfo y de la organización criminal de Los Zetas, respectivamente.

Hernández fue detenido por autoridades estatales en 2012, mientras que Saldívar en 2013. El Cártel del Golfo y Los Zetas operaron por una década en sociedad hasta que hacia el 2010 rompieron, y desde entonces su enemistad provoca violencia, principalmente en el norteño estado de Tamaulipas, según reportes del gobierno federal.

El incidente es uno de los más graves en la última década en cárceles de México por la cifra de reos muertos, y el más severo en Nuevo León desde que en febrero de 2012 fallecieron 44 presos en la prisión de Apodaca, en la zona metropolitana de Monterrey, también en una riña entre miembros del Cártel del Golfo y Los Zetas.

"Creo que esto estaba ya anunciado, estaban sucediendo cosas muy graves desde los años anteriores, desde el gobierno estatal del periodo anterior, y lamentablemente pues no se han atendido", apuntó Elena Azaola, investigadora del Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social (CIESAS).

Azaola, quien desde hace años realiza estudios sobre el sistema penitenciario mexicano, enfatizó que el reciente motín en Topo Chico es un botón de muestra de las carencias en control y gobernabilidad que viven la red de cárceles del país a cargo de gobiernos estatales y alcaldías, las cuales suman 373 prisiones.

"Las autoridades no cuentan con suficiente presupuesto ni suficiente personal; el personal que existe le da funciones de control y de mando a los internos (reos), y éstos suelen ser muy crueles con los que no pertenecen a su grupo.

"No se han tomado las medidas y no se da a las prisiones la prioridad que deberían tener", expuso la investigadora de CIESAS.

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Jaime Rodríguez Calderón, gobernador de Nuevo León, informó en una conferencia de prensa que 52 personas murieron y 12 heridos después de una pelea entre dos fracciones rivales de los internos dentro de la prisión de Topo Chico. (Xinhua / ABC)

MEXICO, 11 feb (Xinhua) -- La prisión de Topo Chico, en el norteño estado de Nuevo León, donde este jueves murieron 52 presos durante un motín, enfrenta desde hace años carencias de gobernabilidad y seguridad que no han sido atendidas por sus autoridades, advirtieron expertas en temas penitenciarios entrevistadas por Xinhua.

Leslie Solís, investigadora del programa de Seguridad y Justicia de México Evalúa, un centro de análisis de políticas públicas, subrayó que, según diagnósticos de la oficina del ombudsman mexicano, la cárcel estatal no tiene suficiente personal de custodia y sus autoridades muestran una baja capacidad para controlar la seguridad.

"Topo Chico y en general las cárceles en Nuevo León han tenido calificaciones reprobatorias en aspectos fundamentales para garantizar la seguridad de los internos, las condiciones de gobernabilidad al interior de las prisiones, y la calidad de una vida digna para los que ahí habitan", manifestó la especialista en sistemas penitenciarios.

Topo Chico es la cárcel más grande de Nuevo León, con una población de 3.965 presos, de los cuales el 80 por ciento enfrenta cargos o compurga penas por delitos del orden común, y el resto por ilícitos federales, según datos a diciembre de 2015 de la Secretaría de Gobernación, el ministerio del interior mexicano.

La operación de Topo Chico está bajo cargo del gobierno de Nuevo León, estado donde existen en total 15 prisiones donde están recluidos a la fecha 7.909 presos, de acuerdo con las cifras oficiales.

Solís detalló que los diagnósticos anuales de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), la oficina del ombudsman, han registrado que en Topo Chico existen actividades ilícitas y que hay presos que ejercen violencia contra la población de la prisión.

La prisión de Topo Chico, según las estadísticas oficiales del gobierno federal, enfrentaba un sobrecupo de 280 presos, porque su capacidad total es para 3.685 reos.

"Son problemas que se vienen registrando, los diagnósticos ahí están a disponibilidad de las autoridades para cuando quieran verlos. No se han atendido", dijo Solís.

El motín inició a las 23:30 horas del 10 de febrero por una riña entre dos grupos antagónicos en el interior de la prisión localizada en la ciudad de Monterrey, capital de Nuevo León, que se prolongó hasta la 01:30 horas de hoy, cuando los cuerpos de seguridad pudieron controlar la situación, según el gobierno estatal.

El gobernador de Nuevo León, Jaime Rodríguez, dijo en rueda de prensa que los grupos enfrentados son liderados por Jorge Iván Hernández "El Credo", y Juan Pablo Saldívar, "Z27", cabecillas del Cártel del Golfo y de la organización criminal de Los Zetas, respectivamente.

Hernández fue detenido por autoridades estatales en 2012, mientras que Saldívar en 2013. El Cártel del Golfo y Los Zetas operaron por una década en sociedad hasta que hacia el 2010 rompieron, y desde entonces su enemistad provoca violencia, principalmente en el norteño estado de Tamaulipas, según reportes del gobierno federal.

El incidente es uno de los más graves en la última década en cárceles de México por la cifra de reos muertos, y el más severo en Nuevo León desde que en febrero de 2012 fallecieron 44 presos en la prisión de Apodaca, en la zona metropolitana de Monterrey, también en una riña entre miembros del Cártel del Golfo y Los Zetas.

"Creo que esto estaba ya anunciado, estaban sucediendo cosas muy graves desde los años anteriores, desde el gobierno estatal del periodo anterior, y lamentablemente pues no se han atendido", apuntó Elena Azaola, investigadora del Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social (CIESAS).

Azaola, quien desde hace años realiza estudios sobre el sistema penitenciario mexicano, enfatizó que el reciente motín en Topo Chico es un botón de muestra de las carencias en control y gobernabilidad que viven la red de cárceles del país a cargo de gobiernos estatales y alcaldías, las cuales suman 373 prisiones.

"Las autoridades no cuentan con suficiente presupuesto ni suficiente personal; el personal que existe le da funciones de control y de mando a los internos (reos), y éstos suelen ser muy crueles con los que no pertenecen a su grupo.

"No se han tomado las medidas y no se da a las prisiones la prioridad que deberían tener", expuso la investigadora de CIESAS.

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