Por Pau Ramírez
RIO DE JANEIRO, 2 dic (Xinhua) -- Brasil y China son dos potencias económicas emergentes que han estrechado sus relaciones con Africa en el marco de la cooperación Sur-Sur, y que tienen intereses complementarios en el continente africano, coincidieron analistas en declaraciones a Xinhua.
Ambos países son socios de Sudáfrica dentro del marco de los BRICS, grupo que incluye además a Rusia y la India, y en el último lustro han incrementado enormemente su presencia comercial y de inversiones en Africa.
"Brasil es un exportador de materias primas y China vende productos manufacturados y además está interesada en ampliar el número de sus proveedores de alimentos. Sus intereses en Africa, lejos de estar en conflicto, pueden ser complementarios", comentó Samuel Dantas, profesor de Economía y Finanzas de la Fundación Getulio Vargas (FGV) de Brasil.
Desde 2009, China se ha erigido en el primer socio comercial del continente africano, superando a Estados Unidos, con intercambios que llegaron el año pasado a los 222.000 millones de dólares, mientras que Brasil, aunque está en un nivel muy inferior, aumentó sus exportaciones a esa región en un 400 por ciento en la última década.
Entre el 85 y el 90 por ciento de todas las importaciones chinas de Africa son recursos naturales, ya sea petróleo, gas o minerales, según estadísticas chinas.
Además, en 2013, cerca de 2.500 empresas chinas ya se habían establecido en territorio africano y las inversiones directas del país asiático en Africa totalizaban 25.000 millones de dólares hasta ese año.
La creciente presencia de firmas chinas se ha centrado en el desarrollo de obras de infraestructuras, desde embalses y obras del sector eléctrico hasta estadios de fútbol.
Este sector, el de las infraestructuras, es precisamente en el que Brasil más ha invertido en el continente africano y donde ambos países pueden hacerse competencia mutua, puesto que las constructoras brasileñas también tienen una larga experiencia internacional.
No obstante, las empresas brasileñas suelen encontrar dificultades para establecerse en Africa, tales como la falta de financiación, crédito y garantías apropiadas, lo que limita las inversiones, según informes del Departamento de Promoción Comercial del Ministerio de Relaciones Exteriores de Brasil.
China posee un gran excedente de financiación y podría colaborar en este sentido con las empresas brasileñas, según fuentes diplomáticas consultadas por Xinhua.
Otra posible fuente de financiación que goza de buenas perspectivas de crecimiento en Africa parte del Nuevo Banco de Desarrollo creado por los BRICS en la cumbre de Durban de noviembre de 2013.
Al margen de este punto, China y Brasil pueden beneficiarse de sus experiencias en sectores como la agricultura y la energía renovable, en opinión de analistas.
Brasil, de hecho, está tratando de exportar a Africa avances tecnológicos impulsados por su reputada Empresa Brasileña de Pesquisa Agropecuaria (Embrapa) para impulsar el desarrollo de la producción de alimentos y también para extender la producción de biocombustibles a base de caña de azúcar y de soja.
"Brasil es un gran productor de biocombustibles y sólo si se diversifican los países productores de estos, se crearán las bases para tener un mercado internacional", según Dantas.
Brasil le propuso oficialmente a China un acuerdo para colaborar en el desarrollo de biocombustibles en Africa, en el marco de convenios similares que tiene con Estados Unidos en el Caribe.
La soja precisamente es un producto en el que China tiene un gran interés y es un gran importador, principalmente de Brasil, lo que puede ampliar el interés en este cultivo en los países africanos, ya que no dependerían tan sólo de las fluctuaciones del mercado de biocombustibles.
En el ámbito diplomático, Brasil y China han manifestado desde 2007 su interés en cooperar de forma "triangular" con los países africanos, afirma el diplomático Gustavo Rocha de Menezes.
Un ejemplo de colaboración conjunta es la extensión del programa CBERS para distribuir gratuitamente a los países africanos información obtenida con imágenes de satélite que se usa para el monitoreo de desastres naturales, la deforestación y la planificación agrícola, entre otros.
La cooperación de Brasil con Africa se desarrolló principalmente a partir del gobierno del ahora expresidente Luiz Inácio Lula da Silva (2003-2010), con base en la colaboración Sur-Sur, lo que ha implicado la inversión de proyectos en salud, agricultura y combate contra el hambre.
La política brasileña hacia Africa ha estado bastante concentrada en los países de lengua portuguesa, entre ellos Mozambique, Angola, Cabo Verde y Guinea Bissau, mientras que China ha centrado sus esfuerzos diplomáticos en otras zonas del Africa subsahariana.
El año pasado, el primer ministro chino, Li Keqiang, visitó Etiopía, Nigeria, Angola y Kenia; en 2013, el presidente chino, Xi Jinping, llevó a cabo una gira por Sudáfrica, República del Congo y Tanzania que sirvió para fortalecer los lazos con la región y concretar la firma de acuerdos comerciales y de inversión.
El presidente Xi se encuentra de nuevo en Africa, realizando una visita de Estado a Zimbabwe, y luego a Sudáfrica, donde también presidirá el Foro de Cooperación China-Africa, previsto para los días 4 y 5 de diciembre en la ciudad sudafricana de Johannesburgo.