(Nueva York, 28 de septiembre de 2015)
Xi Jinping, presidente de la República Popular China
Sr. Presidente y colegas:
Hace 70 años, tras librar batallas sangrientas, nuestros antepasados lograron la victoria mundial antifascista, dando vuelta a una página oscura en la historia de la humanidad. Fue una victoria conquistada arduamente.
Hace 70 años, nuestros antecesores, previsores y clarividentes, fundaron la Organización de las Naciones Unidas (ONU), una organización internacional que tiene la mayor universalidad, representatividad y autoridad, y la cual albergó la nueva perspectiva de la humanidad e inició una nueva era de cooperación. Se trató de una iniciativa sin precedentes.
Hace 70 años, uniendo la sabiduría de todas las partes, nuestros antecesores elaboraron la Carta de la ONU, la cual constituye la piedra angular del moderno orden internacional y establece las normas fundamentales de las relaciones internacionales contemporáneas. Ha sido un logro de profunda y duradera influencia.
Sr. Presidente y colegas:
El 3 de septiembre, el pueblo chino, junto con los pueblos del mundo, conmemoró solemnemente el 70º aniversario de la victoria en la Guerra de Resistencia del Pueblo Chino contra la Agresión Japonesa y en la Guerra Mundial Antifascista. Como principal frente de batalla en Oriente, China hizo enormes sacrificios, con unos 35 millones de víctimas, y resistió a las principales tropas militaristas japonesas, lo que no solo salvó a la nación y aseguró su supervivencia, sino que significó también un gran apoyo a las fuerzas de resistencia en los frentes de Europa y del Pacífico. Fue una histórica contribución a la victoria en la Guerra Mundial Antifascista.
La historia es un espejo. Debemos sacar lecciones de la historia y evitar reincidir en errores semejantes. Debemos sentir temor y veneración por la historia y acercarnos a ella a través de un conocimiento intuitivo. La historia no puede ser cambiada, pero el futuro puede ser creado. Si recordamos la historia no es para mantener el rencor, sino para sacar lecciones conjuntamente. Si transmitimos la historia no es para enredarnos en el pasado, sino para emprender el futuro y pasar la llama de la paz de generación en generación.
Sr. Presidente y colegas:
La ONU cumple 70 años desafiando el viento y la lluvia y atestiguando los esfuerzos de todos los países en la defensa de la paz, la construcción de un hogar para todos y la búsqueda de la cooperación. En cuanto al nuevo punto de partida histórico, la organización necesita pensar a fondo cómo responder mejor a la cuestión importante de la paz y el desarrollo del mundo en el siglo XXI.
El mundo de hoy se encuentra en un proceso histórico de acelerada evolución. Los rayos del sol de la paz, el desarrollo y el progreso bastan para penetrar en las calinas de la guerra, la pobreza y el atraso. El desarrollo de un mundo multipolar y el despegue de las economías emergentes y de los países en vías de desarrollo son ya una inexorable corriente histórica. La globalización económica y la informatización social han emancipado sobremanera las fuerzas productivas, creando oportunidades de desarrollo sin precedentes y trayendo, al mismo tiempo, nuevas amenazas y desafíos que necesitan ser tratados seriamente.
“Cuando se apliquen mejores normas de gobernanza, el mundo será compartido por todos”. La paz, el desarrollo, la equidad, la justicia, la democracia y la libertad son valores comunes en el ser humano y son también los nobles objetivos de la ONU. Estos objetivos están lejos de ser alcanzados y debemos realizar más esfuerzos para promover su realización. En el mundo actual hay una interdependencia entre los países, los que comparten la misma suerte y las mismas desgracias. Debemos renovar nuestro compromiso con los propósitos y principios de la Carta de la ONU, debemos establecer un nuevo tipo de relaciones internacionales que se caracterice por la cooperación de ganancia compartida y debemos crear una comunidad de destino común para la humanidad. Para ello, necesitamos hacer lo siguiente:
--La comunidad internacional debe establecer asociaciones en las que los países se traten como iguales, lleven a cabo consultas mutuas y muestren comprensión entre sí. La Carta de la ONU incluye los principios de soberanía e igualdad. El futuro y destino del mundo concierne a todos los países. Los países son iguales y ninguno debe abusar de su condición de gran, poderoso o rico país para atropellar a uno pequeño, débil o pobre. El principio soberano debe reflejar no solo un total rechazo a la violación de la soberanía y la integridad territorial y a la intervención en los asuntos internos de cada una de las partes, sino también la salvaguarda de su derecho a elegir su sistema social y su vía de desarrollo, así como el respeto a la forma en que promueve su desarrollo económico y social y en que mejora la vida de su pueblo.
Debemos persistir en el multilateralismo y rechazar el unilateralismo. Hay que continuar con la idea de una cooperación ganar-ganar, de ganancia múltiple y compartida, y abandonar los viejos pensamientos de “tú pierdes, yo gano” o del “vencedor se queda con todo”. La consulta es una forma importante de democracia y debe ser un método significativo en una moderna gobernanza internacional. Es necesario promover la solución de disputas mediante el diálogo y la eliminación de divergencias mediante consultas. Debemos forjar una asociación global tanto a nivel internacional como regional y adoptar un nuevo enfoque de las relaciones entre los Estados, el cual debe caracterizarse por el diálogo más que por el enfrentamiento y busque socios más que alianzas. Los países grandes deben seguir en sus relaciones los principios de ausencia de conflictos y enfrentamientos, de respeto mutuo y de cooperación recíprocamente beneficiosa. Al mismo tiempo, las naciones grandes deben tratar a las pequeñas como iguales y adoptar un enfoque adecuado sobre la justicia y los intereses, anteponiendo la primera a los segundos.
--Debemos establecer un marco de seguridad caracterizado por la equidad y la justicia, al que contribuyan y que compartan las naciones. En esta época de globalización económica, la seguridad de los países está relacionada y afecta a todos. Ninguno podrá alcanzar la seguridad absoluta solo con su propio esfuerzo, ni lograr una estabilidad aprovechando las turbulencias de otros. La ley del más fuerte no es el principio que rige la coexistencia de las diversas naciones y el abuso de la fuerza armada será como levantar una piedra solo para dejarla caer sobre los pies de uno mismo.
Es necesario descartar la mentalidad propia de la Guerra Fría. Debemos favorecer una nueva concepción de seguridad común, integral, cooperativa y sostenible, y potenciar el rol central de las Naciones Unidas y de su Consejo de Seguridad a la hora de terminar con las guerras y mantener la paz, convirtiendo la hostilidad en amistad mediante la solución pacífica y la acción forzada. Hay que impulsar el avance simultáneo de la cooperación internacional, tanto en el sector económico como en el social, enfrentando de manera coordinada las amenazas tradicionales y no tradicionales en seguridad y previniendo posibles focos de conflictos y guerras.
--Debemos buscar una perspectiva de desarrollo abierta, innovadora, inclusiva y que sea impulsada por la cooperación de beneficio mutuo. La crisis financiera internacional originada en 2008 nos ha hecho saber que dar rienda suelta a los deseos de mayores ganancias de capital originará inevitablemente más crisis. Un mercado sin moral no podrá sostener el edificio de la prosperidad mundial. Una situación en la que los ricos son más ricos y los pobres más pobres no es concebible y es contraria a la imparcialidad y la justicia. Es importante que utilicemos tanto la mano invisible como la visible para formar sinergias entre las fuerzas del mercado y el papel del Gobierno, impulsándose el uno al otro, y que nos esforcemos por lograr la eficiencia y la equidad.
El desarrollo de todos es un verdadero desarrollo y el desarrollo sostenido es buen desarrollo. Para materializar esta meta tenemos que promover, según el espíritu de apertura, la ayuda mutua y la cooperación de beneficio recíproco. En el mundo de hoy, 800 millones de personas viven todavía en la pobreza extrema, cerca de 600 millones de niños menores de 5 años mueren anualmente y unos 60 millones de niños no reciben educación. Dado que la recién concluida Cumbre de la ONU sobre Desarrollo Sostenible adoptó la Agenda para el Desarrollo Después de 2015, los compromisos deben traducirse en acciones y la comunidad internacional debe garantizar que todo el mundo esté libre de la escasez, tenga acceso al desarrollo y goce de una vida digna.
--Abogamos por un intercambio de civilizaciones con una armonía que no excluya las diferencias y que tolere puntos de vista de diversa naturaleza. La diversidad de civilizaciones ha creado un mundo colorido. La diversidad origina el intercambio, el intercambio concibe la integración, y la integración fomenta el progreso.
El trato civilizado requiere un espíritu de armonía que no excluya las diferencias. Siempre y cuando estas se respeten, sean aprendidas entre todos y convivan en armonía, el mundo se convertirá en uno más variopinto y próspero. Las distintas civilizaciones conservan sabidurías y contribuciones de diversas naciones, sin diferencias entre lo alto y lo bajo, o entre lo superior y lo inferior. Las diferentes civilizaciones deben mantener el diálogo y los intercambios en vez de tratar de excluirse o de reemplazarse entre sí. La historia de la humanidad es un gran espectáculo en el que las distintas civilizaciones intercambian, aprenden y se integran. Debemos respetar todas las civilizaciones, tratarnos como iguales, aprender del otro y admitir los puntos de vista de diversa naturaleza, promoviendo un desarrollo creativo de la civilización humana.
--Tenemos que construir un ecosistema que priorice la naturaleza y el desarrollo ecológico. El ser humano puede utilizar y transformar la naturaleza, pero, como parte de esta, debe protegerla sin colocarse por encima de ella. Hay que resolver bien la contradicción causada por la civilización industrial y hacer realidad, con la convivencia armoniosa entre el hombre y la naturaleza como meta, el desarrollo sostenible del mundo y el desarrollo general del hombre.
La construcción de una ecocivilización repercutirá en el futuro de la humanidad. Todos los miembros de la comunidad internacional deben trabajar conjuntamente en el camino hacia una ecocivilización global, fomentar la concienciación del respeto a la naturaleza, adaptarse a ella, protegerla y seguir el camino del desarrollo sostenible, verde, circular y de bajo carbono. China asumirá su cuota de responsabilidad y continuará desempeñando su parte en este esfuerzo común. Asimismo, instamos a los países desarrollados a cumplir con su responsabilidad histórica, honrar sus compromisos de reducción de emisiones y ayudar a los países en desarrollo a mitigar el cambio climático y a adaptarse a este.
Sr. Presidente y colegas:
Los más de 1300 millones de chinos están luchando por materializar el sueño de la gran revitalización de la nación china. El sueño del pueblo chino está íntimamente ligado a los sueños de los diversos pueblos. Su realización es inseparable de un entorno internacional pacífico, de un orden mundial estable y de la comprensión, apoyo y ayuda entre todos los pueblos. En la materialización de su sueño, el pueblo chino creará más oportunidades para diversos países e impulsará aún más la paz y el desarrollo del mundo.
China será siempre un constructor de la paz mundial y seguirá el camino del desarrollo pacífico. Sin importar cómo evolucione el panorama internacional y cuán fuerte y desarrollado pueda volverse, China nunca buscará la hegemonía, la expansión o las esferas de influencia.
China será siempre un contribuyente al desarrollo global, seguirá el camino del desarrollo común y aplicará la estrategia de apertura y cooperación de beneficio mutuo y ganancia compartida. Estamos listos para compartir nuestras experiencias y las oportunidades de desarrollo con otros países, y les invitamos a que aborden el tren expreso del desarrollo de China, para que así todos logremos el desarrollo común.
China será siempre una defensora del orden internacional y seguirá el camino de la cooperación en el desarrollo. Como primer país firmante de la Carta de la ONU, China mantendrá continuamente el orden y sistema internacional conforme a los propósitos y principios de dicha Carta. Continuamos estando del lado de los países en vías de desarrollo y apoyamos firmemente el incremento de la representación y la voz de esos países, especialmente de los africanos, en el sistema de gobernanza internacional. El voto de China en las Naciones Unidas siempre pertenecerá a los países en vías de desarrollo.
Aquí proclamo que China establecerá un fondo de paz y desarrollo China-ONU a diez años por un valor de 1000 millones de dólares para apoyar la labor de la ONU y fomentar la cooperación multilateral, haciendo nuevas contribuciones a la paz y al desarrollo del mundo. Proclamo que China se incorporará al nuevo sistema de preparación de la capacidad de mantenimiento de la paz de la organización, formará un escuadrón permanente de policía para el mantenimiento de la paz y creará una fuerza de reserva de mantenimiento de la paz de 8000 efectivos. Proclamo que China donará 100 millones de dólares en ayuda militar a la Unión Africana en los próximos cinco años para respaldar el establecimiento de la Fuerza Africana de Reserva y de la Capacidad Africana de Respuesta Inmediata a las Crisis.
Sr. Presidente y colegas:
En el momento en que la Organización de las Naciones Unidas acoge otro desarrollo de diez años, mantengámonos más estrechamente unidos para construir la nueva asociación de cooperación ganar-ganar y crear una comunidad de destino compartido para el ser humano. Que las filosofías de fundir espadas para fabricar rejas de arado y la de nunca participar en guerras estén profundamente arraigadas en la mente de la gente, y que la idea de desarrollo, prosperidad, equidad y justicia se implemente en el mundo.
Muchas gracias.